—Por supuesto que lo eres, eso jamás ha cambiado, pero es mejor que cambiemos el tema— veo como la seriedad se va instalando en su pensativo rostro.
—No... No por favor... No quiero que ese gesto de perdona vida vuelva...— le hago puchero y sonríe —¡Eso!— aplaudo. Nos quedamos en silencio por un momento, he actuado como si nada pero esa confesión que él me ha hecho y la manera con la que me ha estado hablando estos últimos días y en especial hoy me descolocan ¿Tendrá que ver Sebastián en esto? —¡Oye!— chillo de pronto buscando mi móvil.
—¿Qué pasa?— pregunta acercándose a mí.
—Nada, es solo que recordé a la chica que me salvó... Naty... Maty...
—Nataly— dice él —¿Qué hay con ella?— pregunta serio.
—Si esa, es so
—Tienes... Tienes sangre— susurra, le obligo a ponerse en pie.—Es normal, es el tapón mucoso eso me dijeron o eso creo— él asiente y se aparta para yo poderme duchar, otro dolor desgarrador viene a mí, al hombre parece dolerle mucho más —ayúdame a secarme— le pido y él como un muñequito hace lo que le pido, me seca las piernas y en una que otra ocasión su mano toca mi sexo pero dudo que se haya percatado, está tan perturbado que hace las cosas por inercia. Una vez seca y con una compresa para atrapar el líquido, me toma en brazos y me lleva a la cama donde me visto.—Bien, todo está listo, Daniel llévala al auto serás tú quien nos lleves, Sebastián nos esperará allá— hacemos todo lo que ella dice, está llevando muy bien el control de la situación y se lo agradezco —vamos respira como
—Fue horrible— susurra —no debí ver eso...— no sale de su asombro, estiro mi mano con debilidad y acaricio su mejilla, estoy cansada.—Lo logramos mi amor, somos padres de dos perfectos y preciosos niños— mi hombre dulcifica su gesto y asiente.—Gracias por darme este obsequio tan preciado, gracias por convertirme en padre— besa mis labios con todo el amor que es capaz, la vista se me nubla.—Me duele la nuca— me quejo.—Doctora que está pasando— escucho el grito de mi marido.—Es la presión, señora Miller quédese conmigo, no se duerma, míreme— intento mantenerme despierta pero no lo logro, una calma cae sobre mí y ya no escucho más.Me revuelvo en la cama demasiado estropeada, mis hijos me dieron una paliza, mi garganta duele y me siento perdida, al recordar que ya mis hijos están conmigo
Estoy durmiendo placenteramente entre los brazos de mi hombre y escuchar el llanto de mi hija me perturba el sueño ¡Dios que llorona es!—Cielo tu hija despertó— le muevo para que despierte, su gruñido me hace sonreír, ahora está pagando eso de "mis hijos." Nos turnamos cada vez que ellos despiertan, los niños no duermen en toda la noche.—No de nuevo— resopla y se revuelve en la cama —Manedick hija— se queja mientras se levanta y como mi hijo ama tanto a su hermana él también inicia a llorar.—No puede ser— protesto bastante agotada, me levanto y camino hacia la cuna de Stephan para tomarlo en brazos —tienen hambre— miro a mi marido, pobre se le nota el cansancio.—Estos han sido los 40 días más felices pero duros de mi vida— achucha a nuestra hija quien deja de llorar al instante —vamos nen
Listos y con nuestros hijos en brazo vamos a la cocina donde están todos.—Señora buenos días— me sonríe Nataly —señor— saluda un poco más cohibida a Sebastián, ese ser irracional acojona a cualquiera.—Buenos días Naty— le saludo igual de feliz —abue, nani, mamá— les saludo a cada una.—Yo debo salir ya, no puedo desayunar— dice Sebastián dándole nuestra hija a Nataly —tú si desayuna bien— me da un beso a mí y a mi hijo —suegra, nani, abue, hasta más tarde pasen buen día— les sonríe y sin más se va.—Trabaja mucho— dice mi madre mirándome, le doy el niño a Naty y ella los acomoda en su carreola —no está feliz por qué vayas a trabajar ¿Verdad?— resoplo sentándome.—Está f
—¿Qué amas a mi madre?— carcajeo como una loca, la Reina está aquí así que mirándolo directo a sus ojos grises, a esos ojos que me calmaban y ahora solo me enfurecen, con el peor de mis tonos le digo —tú no amas a nadie, lo tenías todo, una mujer que te daba amor, que te dio a tu hija lo más importante de tu vida, te dio su vida y su juventud y ¿Tú solo la has engañado con la estúpida de tu asistente? Me decepcionas papá— recuerdo todo el dolor que me hicieron pasar a mí —eres igual que todos los hombres, son unos imbéciles que por mucho que una dedique a hacerlos felices engañan porqué sí, mi madre te lo daba todo... Todo... Y tú le has fallado, me das asco— le miro asqueada.—Hija respétame soy tu padre y a mí no debes hablarme así— dice casi enojado.—&iq
—¿De qué hablas?— pregunta sin cambiar su gesto de desconcierto.—Tú eres mi hermano— afirmo —¿Lo sabías verdad?— pregunto al ver cómo su gesto cambió de golpe a uno de culpa, lo conozco demasiado bien.—Osita yo...—Tú nada— le interrumpo —se supone que era tu mejor amiga, se suponía que nos lo contábamos todo... Y tú simplemente me ocultaste algo así de importante— niego con la cabeza —me siento traicionada— vuelvo a gritar.—¿Cómo te lo contaría si tú te fuiste y me dejaste? Dime ¿Cómo contarte las cosas si me abandonaste?— dice furioso —dime Catrina, ¿Me hubieras aceptado tú sabiendo que fui producto de una infidelidad de nuestro padre?— su pregunta me toma por sorpresa —te conozco y sé que me hubiera
En la cocina los 6 nos miramos unos a los otros, hoy es el día que se acaban las mentiras y por una vez en sus vidas practicarán eso de "sinceridad y verdad ante todo" mi madre tiene el gesto constipado y su nariz roja, mi padre tiene los ojos rojos ¿A llorado? Mi nani nerviosa y mi abue como si el asunto no fuera con ella, Rocky y yo nos miramos, él me sonríe y asiente.—Vamos osita suéltalo— me anima, lleno mis pulmones de aire y lo suelto lentamente por la boca.—Primero que nada me siento decepcionada de todos, me siento traicionada y estúpida.—¡Hija!— me regaña mi padre.—No me hables— le miro furiosa —no quiero siquiera verte y si estás aquí es porque así debe ser— dejo de mirarle —como iba diciendo, me siento como una tonta a quien siempre se le oculta todo por qué no la creen capaz de soportar las c
—Una última oportunidad mi cielo, una sola— disimulo a lo grande, jamás me iría de aquí, no sin antes haber sido follada como Dios manda. Vuelvo a meter su pito a mi boca e inicio a degustarlo como lo más delicioso que hay en el mundo, puedo ser consiente de como el calor sube por mi cuerpo, de cómo mi sexo se lubrica sin parar y de cómo mi corazón late con fuerza, el contacto que tengo con mi hombre siempre provoca una reacción en mí que me desconcierta.—Ya no lo soporto más— le escucho decir muy decidido, me separa de él y sin medirse me estampa contra la pared, me doy algo fuerte, pero él no se entera, he liberado a la bestia y ahora a de atenerme a ello. Sebastián me pone en 4 y sin titubeo se hunde en mi de un empellón que en mi vida había sentido, mi matriz ha de estar jodida, fue tanta la fuerza que el grito que doy me deja sin aire p