Reino Priswer
Traidores.
Traidores.
Traidores.
Así los llamaban desde que decidieron dejar de seguir a la diosa Atenea para poder lograr vivir en paz. Su descendencia era del clan Zafiro, un clan puro de brujos, los primeros seguidores de la diosa Atenea. Lucharon con ella para liberar la tierra de Lucifer, tras luchas y luchas lograron encerrarlo en el Zafiro eterno que contiene su alma y su cuerpo fue quemado.
Aquel Zafiro se mantiene oculto dentro del castillo, años tras años cada rey sellaba la jaula con su sangre para que nadie excepto el rey sea capaz de abrir y obtener el Zafiro.
Nadie debía tocarlo.
Nadie debía romperlo.
O el mundo nuevamente entraría en un caos, Lucifer encontraría a su primogénito dando su poder para tomar lo que hace muchos años le fue arrebatado. El poder sobre la tierra.
Dorian Priswer era alguien frío y distante, pero detrás de aquella máscara un pas
Reino Witther A cada minuto la pequeña humana sentía su corazón estrujarse de dolor. Sus ojos se llenaban de pequeñas lágrimas que rápidamente eran borradas con timidez. Verlo a él sonreír amenamente con Amanda era doloroso, como si nada hubiera pasado. Aquella mañana con valentía Esmeralda decidió colocarse su traje y continuar con su trabajo, aunque ahora se arrepentía de aquello. Ni siquiera sabía cómo seguía de pie viéndolos sonreír. ¿Entonces por qué te amo? Se preguntó Esmeralda agachando su cabeza aún más para tal vez distraer su mente observando el pasto bajo sus pies. Pudo observar la diferencia entre ella y Amanda. Ella era fina, de elegante figura, ropas que se amoldan y resaltan su piel blanca. Mientras que Esmeralda nunca había portado un vestido tan hermoso como el que aquella mujer poseía, pero la vida era así, nacer en familia sin recursos te hacía soñar día y noche. Esme
Reino Mítico • Francesco • Para mí era un ser humano despreciable. Su sonrisa, su mirada, todo de él me daba asco, me avergonzaba. Solté un suspiro cuando esté abandonó el despacho con una sonrisa en sus labios, gotas de sudor sobre su frente y su copa de vino. La muchacha seguía sollozando. Tenía miedo. Me acerqué a ella colocándome en cuclillas, ella sollozaba de rodillas mientras tocaba sus manos empapadas de sangre. —Tranquila. —acaricie su espalda— Ven, déjame llevarte con Paloma Tomé a la muchacha de unos 21 años entre mis brazos y subí hasta la alcoba de Paloma quien leía sobre su cama un libro. Ella me observó asustada. —¿Qué le hizo? —pregunto Paloma acercándose a nosotros —Sus manos tienen cortes grandes, por favor debes curarla —ella asintió guiándome hasta su cama donde deposite a la muchacha quien aún sollozaba Largos minutos después l
Reino Witther Amanda sonreía dulcemente observándose al espejo, hoy saldría al pueblo con su amado Max a ver cómo iba la construcción de un orfanato pues el antiguo orfanato estaba viejo y desgastado. Ella solo se concentraba en lucir hermosa para su rey, no quería verse desarreglada. Se había colocado un vestido lila y su cabello lo había trenzado, su cuello era decorado por un hermoso collar de oro mientras que sus manos lucían pulseras con diminutos diamantes, pero para el joven rey pasar tiempo con ella era sentir un dolor punzante en su corazón, sabía que su pequeña compañera sufría por dentro. Quería abrazarla, besarla y gritar a los cuatro vientos que ella tenía su corazón, pero no podía arriesgar la vida de su compañera. Sospechaba de Amanda y Felipe, la llegada de ambos tenía mucha extrañeza por eso sus guardias y en especial el beta no despegaban sus miradas de ellos, sobre todo de Felipe quien muchas veces se
Reino Witther La mañana llego y la pequeña humana seguía arrodillada, sus rodillas se habían adormecido y sus lágrimas secado. Le dolía todo el cuerpo mientras que su garganta seca pedía a gritos agua. Su estómago le dolía demasiado haciéndola muchas veces gemir a lo bajo, pero no podía levantarse hasta que Amanda despierte. No sólo le dolía el cuerpo también era su corazón, era una tonta. Una muy grande y completa tonta al enamorarse de aquel rey. Su sonrisa, sus labios, sus hermosos ojos y aquello que removía su corazón no le pertenecían. Él al fin y al cabo encontraría a su compañera mientras que Esmeralda tendría que verlo ser feliz. ¿Podría olvidarme de ti?, —se preguntó mentalmente Esmeralda mientras sentía que más lágrimas descendían por sus mejillas— ¿por qué soy tan débil? Siguió arrodillada mientras intentaba no caerse, sus ojos pesaban y su cabeza le dolía. Amanda abrió la pu
Reino Mítico Abrazaba con fuerza el pequeño cuerpo y casi en un murmullo tarareaba una canción de cuna. La pequeña dormía plácidamente en los brazos de su madre mientras sentía los suaves arrullos que ella le proporcionaba. Era una escena tierna y Paloma solo quería detener el tiempo para contemplar más a su hija. Su pequeña Ángel. ¿Por qué el destino fue tan cruel? Ni ella misma lo sabía y aunque no dejará de tener miedo su único consuelo era saber que después de tanto tiempo al fin tenía a su pequeña entre sus brazos, pero lo peor estaba por venir. Francesco se mantenía en calma sabiendo que pronto en todo el castillo el grito enojado de su padre asustaría a todos, pronto se enteraría de que sus "valiosas" prisioneras habían sido liberadas por una madre desesperada y su fiel hijo. ¿Qué podría hacer ante aquello? Pues solo luchar. En cambio, Manuel más de lo enojado que se sentía había una pizc
Reino Witther No dejaba de observar su rostro que ahora volvía a su color normal, sus labios resecos lucían pequeñas heridas causadas por la falta de agua y su cabellera se extendía por toda la almohada suavemente. Según el médico solo debía descansar y comer bien pues últimamente ha estado teniendo una mala alimentación algo que ni María sabía, de seguro la tristeza le quitaba el hambre. El joven rey se atrevió acariciar las mejillas de su compañera y depositar un suave beso en su frente. Sentía las inmensas ganas de llorar y el dolor que sintió cuando la vio caer desmayada. Ahora todo se complicaba, su objetivo era protegerla y ahora ya no podía ocultar que ella era su compañera. La futura reina de Witther. María observaba aquella escena en silencio con la tristeza inundando su alma y las ganas de llorar. Sabía del amor tan puro e inocente que su pequeño niño tenía hacia Esmeralda. Ambos merecían ser f
Reino Witther Era un dolor inexplicable. Un dolor que por años lo atormento y ahora desaparecía ante la vista de aquella mujer. Su compañera. Ambos se observaron por unos minutos más antes de abrazarse con fuerza sin importarle la presencia de nadie. Ella sollozaba sobre el hombro de su amado esposo y el olfateaba minuciosamente la cabellera de su amada Paloma. Ese aroma a flores enloquecía la parte lobuna de Felipe, ese aroma que por años intento volver a sentir. Ella está aquí. Conmigo. Conmigo. Volvía a la vida. Cómo si por años hubiera estado muerto y observará todo a su alrededor sin emoción, su único consuelo fue su amada Ángel, fruto de aquel amor. Sus labios formaron una sonrisa cuando su pequeña hija caminaba hacia él con pasos lentos y torpes. Ambos se soltaron y se permitió abrazar a su hija suavemente mientras depositaba suaves besos en sus mejillas.
Reino Witther ¿Qué ocurría con su reflejo? Ni él mismo lo sabía, su reflejo era distinto, su mirada oscura y ese pelaje oscuro. No era ese su lobo. ¿Qué era? Negó con la cabeza cerrando sus ojos, tal vez era una ilusión creada por su mente, pero no era así, nuevamente el reflejo del lobo negro se deslumbraba en el espejo. Lo observaba fijamente esperando alguna reacción, no había ninguna. —Esto somos ahora, —el lobo abrió su hocico mostrando sus afiliados dientes mientras la saliva escurría por estos— somos más poderosos Jacob abrió los ojos sorprendido, su lobo hablaba de nuevo. Después de tantos años esperando que esté dijera algo al fin hoy pronunciaba alguna palabra. Sus labios formaron una sonrisa ladina. —¿Así que somos esto? —observó al lobo de pies a cabeza— Magnífico —¿Qué deseas hacer primero? —Mi nieto aún es un niño, así que preparémonos para morir y lu