Dos semanas después
Habían pasado dos semanas desde que gané el juicio y renuncié a la firma Brooke & Millers, me habían dado mi liquidación y el porcentaje correspondiente al haber ganado el caso de la señora Michelle Jones. Sin embargo, debí arreglarme con la señorita Mariah y el administrador, porque Adams no quiso recibirme. Era un estúpido e inmaduro, como si me iba a doler mucho no verlo, a decir verdad mejor para mí que no lo vi, porque definitivamente él no era mi persona favorita en ese momento.
Tampoco había visto a Mark y aunque confieso que marqué a su despacho varias veces, terminaba arrepintiéndome en el último momento y acababa cortando la llamada.
Durante esos días me dediqué a distraerme, salí con Damián una vez, como me había comprometido a hacerlo y a
El miedo me sobrepasó en un principio, pero luego reconocí ese olor, el tacto de él en mi piel. Intenté girarme, pero no me lo permitió, me subió en la camioneta sin soltarme, a la par que un chofer arrancaba el auto, me giré y observé esos ojos entre verdes y azules que me miraban con burla.La rabia me inundó y comencé a golpearlo — ¡Desgraciado! ¿Por qué me estás haciendo esto? ¿Dime por qué quieres abusar de mí? — Espeté sin dejar de golpearlo, hasta que terminé llorando. Me sentía miserable, me negaba a que él pudiera provocarme como hombre ¿Por qué me hacía eso?Al verme llorando frunció su ceño con preocupación, me abrazó y me sostuvo en su pecho — ¡No llores mi triple K, nunca te haría daño! — Habla
Al escuchar sus últimas palabras, la rabia se desató en mi interior como si de un desastre natural o atmosférico se tratara, amenazaba con arrasar con todo a mi paso. Corrí hacia la puerta de la biblioteca para escapar, entretanto gritaba histérica. — ¡Eres un enfermo! No creas que voy a permitir que te salgas con la tuya. ¿Así pretendes callarme? Usando la coacción como arma en mi contra. ¡Pues no lo permitiré!Salí echando chispa de la biblioteca mientras un par de sus empleados me miraban con sorpresa.Corrí sin parar por el pasillo, buscando recordar el camino de retorno porque debía salir inmediatamente de esa casa. Minutos después vi la puerta principal, la sentí como un ancla de salvación, mi corazón amenazaba con salir de mi pecho, por la adrenalina que corría por mis venas. La abrí y cedi&oa
Al salir de la habitación, me senté en la entrada, recostando mi espalda de la puerta. Golpeé con rabia mi frente con la parte baja de la palma de mi mano, producto de la impotencia que sentía en ese momento.Estaba convertido en un completo imbécil, tuve la oportunidad de tenerla solo para mí, gimiendo bajo mi cuerpo y lo eché todo a perder, queriendo doblegarla ante mí, cuando tengo claro que Triple K no es igual a las otras mujeres que he tenido, se ve y se siente diferente e incluso mi reacción ante su presencia no es la misma que con las otras. Kadece es difícil de dominar y tal vez eso la haga ser especial, porque no dejaba de pensar como sería tenerla subyugada a mí.Ahora estaba en una situación que no sabía cómo actuar, nunca me había pasado eso, porque ella me hacía vulnerable. Respiré profundo con frustraci
Apenas salió Mark de la habitación que tenía asignada me fui a dar un largo baño con agua helada para sofocar mi ardor. No podía creer que después de haber sido una escéptica respecto al sexo, pues era junto con practicar deportes mis actividades menos favoritas, últimamente parecía a la antorcha humana de los cuatro fantásticos, si precisamente desde que me expuse a los rayos cósmicos llamado Mark, pensé sonriente, no pensaba en otra cosa, mi cuerpo solo pedía sexo, sexo, sexo, parecía un drogadicto pero esta vez por adicción al sexo.Tarde más de hora y media bañándome… Si ¡Soy culpable! Terminé dándome placer yo misma, podríamos decir que a capela solo con mis manitas y mi imaginación, sin ningún tipo de instrumento… Si ya sé que a capela se refiere es a la creación d
Cuando la vi pateando con violencia el vestido y profiriendo maldiciones e insultos me causó irritación su actitud, no pude controlar el dominante que llevo dentro, traté de levantarla en brazos, pero luchó como la fiera que es, esa que me pone como loco con unas ganas inmensas de hacer la mía de mil maneras, sin embargo, no es tan fuerte como yo y la tomé en mis brazos, acostándola boca abajo sobre mis piernas, dejando hacia abajo su tórax, la parte baja de su espalda y sus muslos frente a mí.Subí su vestido y estaba desnuda debajo, ese voluminoso culo color perlado provocó una gran excitación en mí, mi boca salivó deseosa de probar el imponente trasero y hurgar en ese rosado botoncito cuyos labios se visualizaban al terminar.Conteniendo mi deseo, extendí la palma de mi mano y comencé a nalguearla, dejando mis dedos marcados en
De inmediato busqué en mi mente un pretexto para justificar mi casi escape. Me giré y estaba Joel el secretario de Mark, quien me observó de pies a cabeza, su actitud no me gustó, de hecho las alarmas en mi cuerpo se encendieron, cuando iba a exponer una excusa, habló él.— Creo que lo mejor es que huya, estoy dispuesto a ayudarla. Mark no es un buen hombre, le hará daño, la destruirá y luego la desechará como ha hecho con las otras, es un alma fuliginosa, cruel, egoísta. No tiene piedad ni con sus padres, imagínese que no sería capaz de hacer en contra suya. Él nunca se ha enamorado de nadie, porque solo se ama a sí mismo.» Corra señorita Kadece, usted es una chica pura, buena para dejarse destruir por un hombre, él está fingiendo, está consciente de todo lo que ha hecho, no se crea las mentiras q
Aprecié la vibración en su voz, por lo que deduje que se encontraba emocionado. Percibir su reacción causó una gran emoción en mi interior, sentí un ardor recorrer mi cuerpo, a tal punto que debajo del brasier mis pezones se irguieron orgullosos y una corriente fría se agitó en mí—. Estoy en un pequeño motel situado a aproximadamente diez minutos del muelle de Hermosa Beach, se llama Station Small.— ¡¿Por qué coño te fuiste sin avisarme?! ¡¿Por qué estás tan lejos de mi casa?! ¡¿Qué carajo haces en un motel?! —Las preguntas salían a borbotones de su boca y me daba cuenta de que con cada nueva que me formulaba se iba notando más su molestia.— ¡Stop! —Lo atajé porque me había comenzado a poner nerviosa su actitud, al parecer una de las p
Respiré profundo buscando la tranquilidad en mi cuerpo, en verdad que la actitud de Mark me tenía desconcertada, primero se había molestado cuando le hice referencia a su ida al club, saliendo con que ninguno controlaba al otro y ahora pretendía hacerlo conmigo, pues estaba muy equivocado si quería practicar conmigo la ley del embudo, lo ancho para él y lo angosto conmigo, yo no había nacido ese día. Y sí, estaba de acuerdo con aclarar la situación de una vez.— Mark, me parece una excelente idea, porque debes tener claro que no puedes llegar de la manera en que lo hiciste cuando me viste hablando con Damián, porque tú y yo no tenemos nada que nos conmine a guardar ninguna fidelidad uno por el otro. ¿Lo entiendes?—Kadece, creo que la primera vez no fui sincero, déjame decírtelo sin que te quede ninguna duda ¡Eres m&iacu