Las palabras del médico nos dejaron por un momento desconcertados “Sangre dorada”, nunca en mi vida había escuchado hablar sobre el tema. Antes de que me atreviera a solicitar información al médico, Mark hizo las preguntas que a todos no estaban bullendo en ese momento.
—¿Sangre dorada? ¿Qué es? ¿Qué tipo de sangre es? ¿Dónde encontramos los donantes? ¿Qué podemos hacer? ¿Va a salvarse mi hermano? —las preguntas salían a borbotones de su boca.
—Es llamada así porque su RH nulo, es extremadamente valiosa porque no puede conseguirse y aunque son “donantes universales”, ellos solo pueden recibir transfusión de sangre de las personas que tengan ese mismo Rh nulo. Como le dije solo cuarenta y cinco personas en el mundo, cuentan con este tipo de sangre y ni siquiera se puede rastrear qui&e
Me sentía molesto con Mark, estaba a punto de levantarme para propinarle un puñetazo por haber dejado a Leyna atrás, incluso susceptible de ser atacada por esos desgraciados, sin embargo, antes de poder continuar con ese enfrentamiento, escuché esa voz, la cual identifiqué en el acto.Mi corazón latió de prisa con cada palabra pronunciada por ella, giré mis ojos posándolos en su humanidad y en la chiquilla entre sus brazos. No pude contener mi emoción, era indescriptible la felicidad sentida. Si mis recuerdos no me fallaban, era uno de los momentos más agradables de mi vida, comparable a cuando era niño y esperaba ansioso en la noche de Navidad, la llegada de Papá Noel.Intenté por segunda vez, desde el momento de recobrar mi conciencia incorporarme para ir a su encuentro. Mi deseo de abrazarlas, besa
Dos semanas despuésMe miraba al espejo dándome los últimos retoques de rubor en mis mejillas. El vestido color malva se ajustaba a mi cuerpo como una segunda piel, acentuando mi figura. En ese momento entró mi amiga Eva con la hermosa Dakota en sus brazos, esbozando una sonrisa. Nos habíamos mudado juntas a la ciudad de Los Ángeles a un dúplex, ella vivía en la planta alta y yo en el piso inferior.—Estás preciosa nena. Estoy feliz porque has encontrado el amor. Blake es un hombre maravilloso. Definitivamente la vida siempre termina premiando a las personas maravillosas. Has sufrido mucho en tu vida y mereces lo mejor —declaró abrazándome con ternura.—Por eso tarde o temprano, también lograrás encontrar un príncipe azul, para quien seas lo más importante y sobre todo te ame profund
La madrugada bañaba sutilmente la habitación, me sentí incómodo en torno al fresco dejado por el aire acondicionado en contraste con mi cuerpo caliente. Centré mi vista en la hermosa mujer entre mis brazos, ni siquiera dormido dejaba de pensar en ella, la deseo como a nadie en este mundo.Admiro su precioso cuerpo desnudo bajo la sábana,nunca me sacio de ella, pasan los días, semanas, meses, sigo tan enamorado de mi esposa como el primer día cuando la conocí. Ha pasado casi un año de eso, nuestro amor sigue creciendo, alimentándose de los detalles, de las caricias y besos. Nunca pensé que la felicidad tuviera nombre de mujer, mi Leyna Bañez.Acerco mi nariz a su espalda, absorbiendo nuestro olor, porque a pesar de la hora, tres conveinticinco de la mañana según el reloj despertador ubicado al lado de la mesa de noche a mi dere
NOTA. Esta novela es producto de mi imaginación, por lo cual es ficción, no está basado en hechos ni personas reales, si encuentra alguna similitud con un caso de la vida real es pura coincidencia. Aún cuando la historia está ambientada en California, Estados Unidos, se narrarán situaciones que son producto de la imaginación de la autora y que no están ajustadas a la legislación del estado de California, ni a ningún otro. Por lo cual, si detecta algún caso, que no le parezca aplicable, no se preocupe que está estructurado de esa manera para el mejor desarrollo de la trama. Prólogo Estaba terminando las últimas cláusulas de un contrato, cuando el teléfono de mi pequeña oficina comenzó a sonar incesantemente, me chocaba cuando estaba concentrada en algo y me interrumpían, no había para mi peor ofensa. Cuando atendí se
Masajeé suavemente mi sien, tratando de apaciguar el fuerte dolor de cabeza que sentía en ese momento, había llegado a la oficina temprano, antes de las siete de la mañana para estudiar el caso del cliente que me había dado mi jefe a última hora de la tarde anterior; porque el abogado que tenía el caso se había reportado enfermo y como yo soy la abogada con menos casos en el bufete, consensualmente, pero entre los accionistas de la firma, decidieron que soy la indicada para llevarlo, aun cuando esa no es mi especialidad, puesto que hasta ahora nada más había trabajado en materia de inquilinato, pero debido a mi autoestima herida, terminé pactando con mi jefe mi puesto.Pero la situación no era tan simple, una de las abogadas de mayor renombre dentro de la firma y con quien había hecho una relación no tanto de amistad, sino más bien de cordialidad y de apoyo mutuo, me comentó luego de mi sorpresiva designación, desconociendo que era la nueva abogada del caso, que el
Mientras buscaba la manera de encender el auto, el hombre se levantó, se paró al frente del auto y comenzó a caminar hacia mi ventanilla, pero para mi alivio, el auto encendió, pisé a fondo el acelerador y él salió volando hacia un lado para evitar ser atropellado, en ese instante la verdad llegó a mi mente y comencé a llorar mientras manejaba hasta mi casa, “¡Oh por Dios! Estuve a punto de ser violada”.Cuando llegué al aparcamiento de mi edificio, tomé mi portafolio y mi cartera, cerré el auto con fuerza y ni siquiera me atreví a esperar el ascensor, si no que subí corriendo por las escaleras descalza, como si mil demonios me persiguieran mientras no dejaba de llorar, me pasaba la mano por el rostro limpiando mis lágrimas y tratando de quitar el rastro de la saliva que ese hombre había dejado en mí, me dieron arcadas y traté de contenerlas hasta llegar a la tranquilidad de mi hogar.Llegué a mi departamento que se ubicaba en el quinto piso, abrí c
Luego de bañarme y colocarme un traje de pantalón tipo taller, un poco influenciada por lo que había vivido el día anterior. Pues pensé que si tal vez me vestía con pantalón evitaría que pudiera ser objeto de manoseos y toqueteos de pervertidos que transitaban libremente a lo largo y ancho de la ciudad con total impunidad, como lo que me sucedió la noche de ayer. La rabia comenzó a moverse en mí cuál si fuera una bebida efervescente — ¡Malditos miserables! ¡Mal paridos! ¡Hijos de puta! ¡Deberían morirse todos esos desgraciados y cortarles el pene y echárselos a los perros! —vociferé en voz alta fuera de mí. Pero era cierto, hombres como ese no eran dignos de ser llamados hombres, ni siquiera seres humanos, eran peores que animales, unas alimañas asquerosas.Respiré profundo para tranquilizarme porque en
Al verlo salir, proferí una maldición — ¡No vas a poder conmigo infeliz! Ganaré ese caso. Así tenga que coquetearles al juez y al abogado de la otra parte para que fallen a mi favor —exclamé en voz alta, aunque esto último no lo dije en serio, porque a decir verdad no estaba de acuerdo con esas prácticas que eran bastante comunes entre algunas de mis colegas, quienes se ganaban la condescendencia de los involucrados a cambio de favores sexuales.Tomé la carpeta con los documentos los puse en el escritorio y busqué el número de la señora Jones y le marqué.—Señora Jones, le habla la abogada Kadece Keen. Soy quien lleva su caso, quería preguntarle… —pero la mujer no me dejó concluir y con una voz chillona bastante chocante me cuestionó.—No la estoy entendiendo ¿C