Como siempre Lucían no soportó quedarse en su cama, extrañaba a su obsesión y esos días en los que no durmió con ella lo pasó mal, era increíble cómo se acostumbró a esa mujer nuevamente tan rápido. Con ganas de que lo abrazara la soltó y pegó su cuerpo desnudo al suyo, era cálida y delicada, le fascinaba el cuerpo de esa mujer, Azul quien dormía plácidamente por el cansancio se abrazó a él, lo que hizo que sonriera, Lucían besó su cabeza y se permitió dormir con su vida entre sus brazos. Ahora no quería irse, solo quería quedarse junto a ella, pero algo importante lo esperaba en Rusia y no lo podía retrasar más.
—¿Mi Ruso?— susurró Azul al sentir su poderoso cuerpo cubrirla, al no recibir respuesta sonrió y besó sus labios para después quedarse nuevamente dorSu calor y aquellas caricias hicieron que Lucían sonriera, le gustaba cuando ella despertaba antes que él, y aunque antes no se movía para no demostrar lo que realmente sentía esa vez estaba dispuesto a dejarse llevar, saber que Marcelo le había traicionado lo dejaban con más libertad de estar con su vida, pero aquel contacto era distinto y más indecente, frunció el cejo al recodar que no estaba con Azul, inmediatamente abrió los ojos y al ver a Aliona sobre él cabalgándolo gruñó.—¿Qué coño haces?— preguntó tratando de quitarla, pero ella no estaba dispuesta así que se abrazó a él —por una mierda— masculló al sentir una mordida en su cuello, sabía que no lo dejaría en paz. Volteándose inició a moverse sin tacto, duro y profundo, ella lo disfrutaba, le miró a los ojos y sonri
Rusia Moscú—Son todos unos inútiles, ¿Cómo han podio fallar?— preguntó Marcelo Sokolov –solo tenían que seguir a Lucían Molcovick a donde sea que fuera… y tenían una tarea fácil en matar a esa maldita mujer— golpeó con fuerza el escritorio, los hombres frente a él tragaron con dificultad, aquel hombre era un canalla y los podía matar —¿Tienen una maldita idea de lo que nos espera si Lucían se da cuenta que he sido yo el que atentó contra su familia? ¿Saben ustedes que gracias a él es que estoy dónde estoy? Si ese maldito decide traicionarme acabará conmigo en un abrir y cerrar de ojos— Marcelo estaba desesperado, confiaba en que Lucían no supiera que había sido él.—Lo sentimos señor— contestó uno de los hombres –hoy mismo envia
—Vidita— Lucían con el corazón a mil y sabiendo que ese secreto no permanecería por más tiempo estiró la mano y su hija se tiró a sus brazos, se aferró a él de una manera que a Azul le heló el alma, su Ruso estaba abrazando a una cría que era su hija, ese que hace solo unos segundos perdonaría a pesar de lo horrible que le había hecho pasar, ese hombre al que ella amaba con su vida, pero que ahora su corazón parecía odiarlo no le dijo la verdad y solo le ha estado ocultando cosas.—Te extrañé— sonrío la cría acariciando la barba de su padre, después clavo su verdosos ojos en una descolocada Azul que no respiraba y solo parecía estar ahí viendo para sufrir —eres hermosa— sonrío la cría, esa mujer le inspiraba confianza —ella es mejor que Aliona, estoy seguro que si— dijo em
Rusia, Moscú, mansión Petrov.—Señor— entró su hombre de confianza —Marcelo tiene algo entre manos, hay mucho movimientos en su mansión— Dmitry Petrov dio media vuelta y lo miró fijamente —lo siento señor, su plan para despistar a Molcovick fue decirle que usted había atentado en contra de su ex y su hija, así como también de su novia— Dmitry resopló, aquel hombre le tenía las pelotas a nada de explotar.—Supongo que ya está actuando— el hombre asintió.—Nuestro hombre me ha informado que en camino vienen la ex y la actual mujer de Molcovick— tomó la copa que su jefe le tendió –no lo entiendo, ¿Qué estaba pensando al meterse con la familia del hombre que lo mantiene en el poder? ¿No sabe él que si Lucían lo decide puede terminar mal?—
Rusia, Moscú, mansión SokolovEn la mansión Sokolov había mucha actividad, ese día se casaba la princesa de la mafia, todos estaban en festejo y como siempre Aliona estaba intensa, quería que todo fuera perfecto. Finalmente Lucían Molcovick sería su espeso y no había mayor gusto que ese.—Quiero que el salón quede totalmente arreglado en 30 minutos— ordenó histeria y emocionada —¡No… ahí no!— gritó al ver que ponían un centro de mesa donde no era —son todos unos inútiles, no pueden hacer nada bien— estaba furiosa, todos para ella eran unos incompetentes buenos para nada.—Hija, creo que es hora de que te vayas a tu habitación, es tu gran día y en 4 horas te casaras, has esperado toda una semana para esto— Marcelo le sonrió a su hija, le gustaba verla f
New York 5 meses despuésLa vida para Azul, su niña, madre, amigos y Laura era estupenda, cada uno sobrellevaba la situación como mejor le era posible, pero en ese grupo todos estaban preocupados por una persona, misma que era fría, poco compasiva con las personas, cruel en cierto punto y algo despiadada. Azul no había vuelto a ser la misma, ahora era la dueña de las cadenas de hoteles Silver, contra ella solo se podía tener respeto y nada más.Azul en todo ese tiempo no supo cómo sacar lo que tenía dentro, para ella fue mejor callar, aguantar y hacer como si nada, no tenía tiempo para llorar y sentirse miserable, solo quería olvidar a Lucían y eso lo lograría haciendo como si nada hubiera pasado.—Blue cariño, venga debemos irnos— gritó Azul tomando su bolso, ella no se quedó de brazos cruzados, a la par con sus amigos
Rusia, bodega de la tortura.Ver a Dmitry Petrov no le sentó bien a Lucían, aquel imbécil que si le hubiera dado su ayuda cuando lo necesitó tenía la posibilidad de salvar a Fedora y a Azul. Tenía que pagar por su traición, pero el muy cobarde se había ido de Italia para cuando terminó de follarse a Aliona, no tuvo más remedio que regresar a Rusia y probar suerte, pero no la estaba teniendo y eso le cabreaba más.Rocco solo miraba a su amigo, Lucían no entraba en razón, esa estupidez que estaba haciendo para encontrar a Dmitry los podía exponer, pero sabía que no podía hacer nada más que apoyarlo, no lo dejaría solo o se saldría de control, quizás no debió decirle lo que sabía de Azul, saber que ella lo estaba olvidando tan fácil le calaba hondo a Lucían.—¿
Una vez en casa de Azul, Dmitry ordenó a sus hombres mantener los ojos bien abiertos, no pasaría nada, si algo tenían sus colegas es que eran muy discretos cuando querían lograr algo de importancia, pero claramente no se iba a confiar, parte de su trabajo era tener malicia y desconfiar de todo y de todos.—¿Por qué nos has venido a ver?— peguntó la cría sonriendo —¿Te has enterado lo que pasó con papá?— el corazón de Azul falló un latido cuando Dmitry miró a la niña confundido.—Si cariño, es por eso— respondió él sin saber muy bien a lo que la niña se refería —y como hoy te he estropeado el día de diversión, prometo llevarte a donde quieras ir— la cría miró a su vida con felicidad, cada vez llegaban más personas para hacerla feliz. Deseaba con todas sus