Rusia Moscú
—Son todos unos inútiles, ¿Cómo han podio fallar?— preguntó Marcelo Sokolov –solo tenían que seguir a Lucían Molcovick a donde sea que fuera… y tenían una tarea fácil en matar a esa maldita mujer— golpeó con fuerza el escritorio, los hombres frente a él tragaron con dificultad, aquel hombre era un canalla y los podía matar —¿Tienen una maldita idea de lo que nos espera si Lucían se da cuenta que he sido yo el que atentó contra su familia? ¿Saben ustedes que gracias a él es que estoy dónde estoy? Si ese maldito decide traicionarme acabará conmigo en un abrir y cerrar de ojos— Marcelo estaba desesperado, confiaba en que Lucían no supiera que había sido él.
—Lo sentimos señor— contestó uno de los hombres –hoy mismo envia—Vidita— Lucían con el corazón a mil y sabiendo que ese secreto no permanecería por más tiempo estiró la mano y su hija se tiró a sus brazos, se aferró a él de una manera que a Azul le heló el alma, su Ruso estaba abrazando a una cría que era su hija, ese que hace solo unos segundos perdonaría a pesar de lo horrible que le había hecho pasar, ese hombre al que ella amaba con su vida, pero que ahora su corazón parecía odiarlo no le dijo la verdad y solo le ha estado ocultando cosas.—Te extrañé— sonrío la cría acariciando la barba de su padre, después clavo su verdosos ojos en una descolocada Azul que no respiraba y solo parecía estar ahí viendo para sufrir —eres hermosa— sonrío la cría, esa mujer le inspiraba confianza —ella es mejor que Aliona, estoy seguro que si— dijo em
Rusia, Moscú, mansión Petrov.—Señor— entró su hombre de confianza —Marcelo tiene algo entre manos, hay mucho movimientos en su mansión— Dmitry Petrov dio media vuelta y lo miró fijamente —lo siento señor, su plan para despistar a Molcovick fue decirle que usted había atentado en contra de su ex y su hija, así como también de su novia— Dmitry resopló, aquel hombre le tenía las pelotas a nada de explotar.—Supongo que ya está actuando— el hombre asintió.—Nuestro hombre me ha informado que en camino vienen la ex y la actual mujer de Molcovick— tomó la copa que su jefe le tendió –no lo entiendo, ¿Qué estaba pensando al meterse con la familia del hombre que lo mantiene en el poder? ¿No sabe él que si Lucían lo decide puede terminar mal?—
Rusia, Moscú, mansión SokolovEn la mansión Sokolov había mucha actividad, ese día se casaba la princesa de la mafia, todos estaban en festejo y como siempre Aliona estaba intensa, quería que todo fuera perfecto. Finalmente Lucían Molcovick sería su espeso y no había mayor gusto que ese.—Quiero que el salón quede totalmente arreglado en 30 minutos— ordenó histeria y emocionada —¡No… ahí no!— gritó al ver que ponían un centro de mesa donde no era —son todos unos inútiles, no pueden hacer nada bien— estaba furiosa, todos para ella eran unos incompetentes buenos para nada.—Hija, creo que es hora de que te vayas a tu habitación, es tu gran día y en 4 horas te casaras, has esperado toda una semana para esto— Marcelo le sonrió a su hija, le gustaba verla f
New York 5 meses despuésLa vida para Azul, su niña, madre, amigos y Laura era estupenda, cada uno sobrellevaba la situación como mejor le era posible, pero en ese grupo todos estaban preocupados por una persona, misma que era fría, poco compasiva con las personas, cruel en cierto punto y algo despiadada. Azul no había vuelto a ser la misma, ahora era la dueña de las cadenas de hoteles Silver, contra ella solo se podía tener respeto y nada más.Azul en todo ese tiempo no supo cómo sacar lo que tenía dentro, para ella fue mejor callar, aguantar y hacer como si nada, no tenía tiempo para llorar y sentirse miserable, solo quería olvidar a Lucían y eso lo lograría haciendo como si nada hubiera pasado.—Blue cariño, venga debemos irnos— gritó Azul tomando su bolso, ella no se quedó de brazos cruzados, a la par con sus amigos
Rusia, bodega de la tortura.Ver a Dmitry Petrov no le sentó bien a Lucían, aquel imbécil que si le hubiera dado su ayuda cuando lo necesitó tenía la posibilidad de salvar a Fedora y a Azul. Tenía que pagar por su traición, pero el muy cobarde se había ido de Italia para cuando terminó de follarse a Aliona, no tuvo más remedio que regresar a Rusia y probar suerte, pero no la estaba teniendo y eso le cabreaba más.Rocco solo miraba a su amigo, Lucían no entraba en razón, esa estupidez que estaba haciendo para encontrar a Dmitry los podía exponer, pero sabía que no podía hacer nada más que apoyarlo, no lo dejaría solo o se saldría de control, quizás no debió decirle lo que sabía de Azul, saber que ella lo estaba olvidando tan fácil le calaba hondo a Lucían.—¿
Una vez en casa de Azul, Dmitry ordenó a sus hombres mantener los ojos bien abiertos, no pasaría nada, si algo tenían sus colegas es que eran muy discretos cuando querían lograr algo de importancia, pero claramente no se iba a confiar, parte de su trabajo era tener malicia y desconfiar de todo y de todos.—¿Por qué nos has venido a ver?— peguntó la cría sonriendo —¿Te has enterado lo que pasó con papá?— el corazón de Azul falló un latido cuando Dmitry miró a la niña confundido.—Si cariño, es por eso— respondió él sin saber muy bien a lo que la niña se refería —y como hoy te he estropeado el día de diversión, prometo llevarte a donde quieras ir— la cría miró a su vida con felicidad, cada vez llegaban más personas para hacerla feliz. Deseaba con todas sus
Lucían lo primero que quiso hacer fue saltarle al cuello al maldito de Petrov, pero al ver que su vidita se aferraba al brazo de su vida le estrujó el corazón. Todos parecían desconocidos, de esa manera se miraban, había mucha tensión y mucho odio en el aire. Aliona no se soltaba de Lucían y Rocco no decía nada, aquella mirada que la rubia le daba lo acojonaba como nunca antes nada le acobardó, no sabía por qué con ella actuaba como un idiota.En cambio Azul miraba a ese hombre incrédula, después de tantos meses se presentaba con aquella mujer. Por inercia se aferró al brazo de Dmitry provocando en lucían un dolor enorme en su corazón, ahí estaban lo más importante para él aferradas al hombre que más odiaba en todo el universo.—Oh por Dios… mi niño— sollozó Laura quien apartándolos a todos sali&
Los días eran una completa locura, Celos, odio, resentimientos y tenciones. Lucían ya se había establecido completamente en el mismo edificio donde vivía Azul, claro, le pertenecía a él, su esposa no muy feliz simplemente lo aceptó porque le daría un hijo, situación que no era real, Lucían tras llevarla con un médico le pagó al mismo para que le recetara unas vitaminas y estas resultan ser píldoras anticonceptivas, bajo ninguna circunstancia Lucían embarazaría a una Sokolov, su venganza finalmente estaba en marcha y no podía tener imprevistos.Por otro lado estaba Azul con Dmitry, no tenían nada serio, pero se quitaban el frio y saciaban algunas necesidades del cuerpo, era excitante siempre que lo hacían y al parecer ambos estaban de acuerdo con ello, ¿Para qué desaprovechar algo así?Blanca y Rocco obviamente no tardaron en arr