Irina. Miré a Desmond antes de hacer lo que Nelda nos pedía, inconscientemente dejé mi mano en la suya, algo me decía que lo mismo iba a necesitar la tranquilidad y el sosiego que mi mate me trasmitía, siempre que estaba cerca de mí. -“Primero debo, saber algunas cosas por eso Luna quiero que seas sincera con tus respuestas, para que todo ya quede claramente explicado.”-me dijo, y yo, sería, asentí mirándola a los ojos, mientras sentía un movimiento de impaciencia de mi mate, quería acabar rápido con esto, para saber que era lo que me había pasado, y con sinceridad, yo también quería saberlo. -“En tu familia los poderes se pasan entre las hembras, ¿verdad?, a raíz de tu abuela Banshee. ¿no es así?”- me dijo, medio preguntando, medio confirmando, Nelda. -“Mi madre fue la primera mujer-loba en tener sangre de bruj… digo de Banshee, y cuando tuvo la transformación, y descubrió que mi padre era su mate, mi abuela, despertó el poder de su sangre en ella. Los poderes de mi madre eran
Elijah. - “Aún no puedo creer, hijo, que tu mate, sea una omega, su aura no es para nada la de una omega, esa pequeña tiene incluso más fuerza interior que la que tenía tu madre cuando descubrí que era mi mate.”- me dijo mi padre, cuando mi madre nos echó literalmente de mi habitación. - “No sabes cuanto, papá, esa omega, no tiene respeto alguno por los rangos, sólo tienes que mirar en lo que nos hemos metido Cotton y yo por culpa de la luna y ella, literalmente son indomabl…”- un gruñido agudo de advertencia mío hizo que Walter, mi hermano pequeño, uno de los malditos gemelos, bajara la cabeza, y se callara. - “No trates de pagar tu incompetencia y la de Cotton, echándole la culpa a ellas, enano o te golpeó. Recuerda que el alfa no está muy contenta, y yo, tampoco.”-le dije redirigiendo mis nervios y mi ira a un blanco que se lo merecía más. Mi padre me sonrió y gruño severo a mis hermanos que hundieron aún más su cabeza y sus hombros, ante la severa reprimenda de dos betas tan p
Ava. En algún momento una dulce voz llegó a mi inconsciencia, era una voz atrayente, era una voz que por un momento me hizo recordar a la de mi madre, antes que fuera maltratada por la manada, y mi maldito hermano, como represaría por ser la amante del Alfa, mi padre. - “Despierta preciosa, ya has descansado suficiente, querrás saber que ha pasado con La Luna.”- me dijo la voz, haciendo que mis ojos se abrieran de golpe, pensando en Irina. Me incorpore de golpe, haciendo que por un momento que todo a mi alrededor, girara. - “¡Eh! ¡Con calma! Que lo que te inyectaron aún se encuentra en tu sangre. La verdad, mi bella nuera, es que eres muy fuerte, para ser una omega, casi mi marido y mi hijo Elijah, tu mate, no pudieron agarrarte para que no corrieras tras el Jeep que usó el Alfa, para llevar a la luna hacia donde pudiera ayudarla.”- me dijo y unas imágenes llegaron a mi como a cámara lenta. Recordaba bajar nerviosa la escalinata junto Irina, pensando en que tenía que ser aceptad
Irina. Mientras nos dirigíamos a la casa del Alfa, después de la reunión que habia tenido con Ava, donde había conocido a la peculiar familia del Beta, me encontraba en una extraña situación con mis sentimientos, por una lado estaba feliz porque Ava hubiera encontrado su lugar, y aunque ella renegara, e intente quitarle importancia, sabía que, gracias a mi capacidad empática, ella estaba muy feliz, por fin tenía a su compañero que la protegería, una familia que la aceptaba, y le daba su lugar, y finalmente lo más importante para nosotros lo lobos, una manada a la que pertenecer. Pero por otro lado egoístamente sentía que la conexión entre nosotras se estaba debilitando, o al menos, ya no era la única conexión fraternal que tenía Ava. - “A nosotras nos pasará lo mismo cuando nos marquen, nuestros lazos con nuestra pareja serán tan fuertes que pasaran a ser lo más importante en nuestras vidas, junto con nuestro papel de Luna para la manada, justo lo que él está pasando a Ava, y cuand
Desmond. - “Maldito idiota, ¿qué va a pensar nuestro mate de nosotros?”- me dijo Daimon por enésima vez, mientras regresábamos a las dos de la mañana a nuestra habitación. La verdad es que Irina me descontrola, me cuesta estar con ella a solas, sin que me domine la necesidad de marcarla, de cerrar nuestro vinculo, de que seamos uno de una vez. Los celos me invaden si la mira otro hombre, aunque sé que nunca irían en contra de mi mandato, de mi poder, menos en mi manada, pero cuando llegamos a la mansión del Alfa, y vi la admiración de personal de servicio masculino por la belleza de su Luna, los celos me dominaron, y prácticamente la arrastré a la habitación. Se que esto es debido a que aún no la he marcado, y mi parte animal recela de cada macho que la mira, respira a su lado, o se cerca de ella, pero es algo que nunca he sentido y me cuesta controlarlo, saber que tengo que esperar cuatro días para que cerremos el vínculo, tampoco ayuda, es justo por eso que he huido de nuestr
Ava. -“¡La culpa es tuya!, te pusiste tantas trabas, y te pusiste tan nerviosa, tras la cena, cuando los padres y hermanos de Elijah dijeron que ya lo tenían todo listo, que esta noche ya vivirían en su nueva casa, para dejaros la casa del beta a su legítimos dueños, que al final, Elijah se dio cuenta, y en vez de pasar la noche juntos, para cerrar nuestro circulo de una vez, decidió que durmiéramos en habitaciones separadas.”- se quejó por millonésima vez la libidinosa loba, que ya se había montado en su cabeza, una noche de sexo caliente e incontrolable, con nuestro mate. Las quejas de Elora, mientras yo me duchaba, medio deprimida por el cambio de actitud de Elijah desde que sus padres se fueron tras la cena, no ayudaba a mi estado de ánimo. Sobre todo, porque, en cuanto la familia de Elijah se fue de la casa, y él me transmitió que, durante un tiempo, está que yo estuviera preparada, dormiríamos en habitaciones separadas, para después, de forma sorpresiva, me comentara que tenía
Elijah. Casi odie a Desmond cuando me hizo volver a casa tan pronto, mi idea era, en realidad, no aparecer hasta la mañana siguiente, pero bien el cansancio, o bien la sensación de que habíamos abandonado nuestras mates, por nuestros miedos a no podernos controlar, hizo que a ciertas horas ambos cediéramos a la tentación de volver a nuestros hogares, donde ambos sabíamos que, en algún lugar de esas malditas casas, estaban durmiendo los seres que podían mover nuestro mundo. Si alguien supiera, si algún miembro de la manada se enterara, en especial mis hermanos, de que dos hembras, las que teníamos predestinada, nos habían puesto tan nerviosos que nos habían sacado de nuestros hogares, ante la tentación que suponían para nosotros, nuestra reputación quedaría francamente dañada. Supe que estaba en problemas durante la cena, mientras la sonrisa de esa salvaje omega se ampliaba ante los comentarios graciosos de mis hermanos y mis padres, al mismo tiempo que en aquellos que eran más subid
Ava. Desde que sus labios tocaron mi marca ya había dejado de pensar, ¿para qué? con lo que me hacía sentir ese hombre, pensar estaba sobrevalorado, más cuando me negaba a dejar que nada se interpusiera entre los que ese hombre y yo creábamos juntos, en lo que ese hombre me hacía sentir. - “Creo que no entendió, señora Martin, todo lo que hay en mi vida, o que yo poseo es suyo, yo sólo soy propietario una cosa, de usted, y es más que suficiente, ya es hora de que se lo demuestre.”- me dijo para posteriormente devorar mis labios, que lo recibieron locos de deseo, mientras me tumbaba sobre la cama. El calor, su olor, mi deseo, era toda una bola que recorría mi cuerpo, enganchada a mis pezones, y la esa parte tan sensible de mi entrepierna que ahora mismo estaba humedecida de expectación. Rodeé con mis piernas sus caderas, y sentí que, con mis movimientos, había soltado, de su sujeción, la inútil toalla que tenía mi mate alrededor de sus caderas, dejándolo desnudo sobre mí, para mi