Elijah. - “Alfa, en breve las hembras estarán en el barco, ya he enviado la orden a los gemelos para que las traigan, desde que regrese del gabinete, ya podemos zarpar.”- le dije mentalmente a Desmond, que ahora ese encontraba reunido con algunos abogados que se encargaban de las propiedades de la manada en Inglaterra. - “Perfecto, desde que termine, voy.”- me respondió mentalmente. La verdad era que llevaba casi todo el día organizándolo todo para embarcar, había tenido que ir al puerto para pedir los permisos para zarpar al atardecer, mientras el resto de la manada iba a asearse y a prepararse para el viaje. También me había encargado de qué se resolvieran todo lo referente a las compras que habían hecho tanto la Luna, como mi compañera, en el centro comercial, no sólo abonarlas, sino que también, fueran enviadas al barco, o en su defecto, a la mansión del Alfa, así como a la casa donde viviríamos mi compañera y yo. Cuando todo estuvo arreglado, fui a asearme y afeitarme, nec
Ava. - “Creo que nos hemos pasado un poco, te estas volviendo muy salvaje Ava. A Callum no le va a gustar esto.”- me dijo de nuevo, la voz insistente de Elora, que desde que vio la reacción que provocamos en los hombres, lobos o no, que había en la recepción de la posada, no dejaba de martillearme la cabeza. Tampoco ayudaba que Irina estuviera casi de acuerdo con Elora, por no decir que estaba totalmente de acuerdo, solo un uno por cierto de esa Gamma estaba de mi lado, pero ese uno por ciento, era lo suficientemente fuerte como para conseguir que ahora mismo estuviéramos accediendo a la escalinata del barco, que nos trasladaría a nuestra nueva manada, vestida como estábamos. Por extraño que pareciera, por primera vez en mi vida, me sentía lo suficientemente segura por como para querer enfrentarme a un lobo de rango superior, que resultaba ser mi pareja, toda mi vida había sido sometida a los mandatos crueles, de otros lobos más fuertes. Ni siquiera se me había pasado por la cabez
Ava. Elijah me acompaño junto a un enorme camarote que supuse que era el del Alfa, donde estaba ya Irina, que me miraba nerviosa, totalmente colorada, con un brillo extraño en la mirada, y un sobre todo con un olor intenso a frustración sexual. - “¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estas así?”- preguntamos la una a la otra, a la vez, al mirarnos, después de quedarnos a solas. - “Creo que lo mío no es tan importante ¿Por qué estás tan tensa?, siento dolor y miedo en ti, aunque sólo como rastros lejanos, ¿Ese maldito Beta no te ha hecho daño?, ¿verdad?.”- me preguntó cogiéndome de las manos, mientras el color verdoso de la ira se anidaba en sus ojos, Bella estaba furiosa. - “No, al contrario, sólo fue un recuerdo.”- le dije mientras procedía a contarle lo que había sucedido en el camarote, y lo que unas simples palabras, dichas en un momento de tensión, por mi mate, habían provocado que un recuerdo que creía olvidado regresara a mi mente, de forma dolorosa. - “Tú llegada a mi antigua manad
Narrador. Glenarm forest, Irlanda del norte, territorio de la manada de Karanlik ay, momento actual. - “Como había previsto, Alfa Calix, el estúpido del Alfa Kelsey ha caído en nuestra trampa”-me dijo mentalmente mi beta, haciendo que no pudiera evitar mi sonrisa. - “Perfecto, avísame de los resultados”- le respondí. La verdad era que estaba aún algo molesto de que el maldito Rey oscuro, hubiera cambiado los planes de como volver a Irlanda. Yo esperaba que, como siempre hacía, entrara por los límites entre nuestros dos territorios, pero cuando se me informó, por parte de mis espías en el puerto Aberystwyth, donde el lujo barco de la manada Blue Moon estaba atracado en Gales, que la entrada a Irlanda se iba hacer desde Drogheda, zona costera que pertenencia a la manada Blue Moon, sentí que habíamos perdido la oportunidad de enfrentarme de nuevo a ese demonio Oscuro, y recuperar lo que era mío, a esa preciosa Gamma. Aunque yo sabía, que como había pasado con el resto de las manadas
Irina. Drogheda, Irlanda del Sur, a la mañana siguiente. Cuando abrí los ojos esa mañana, sentí el olor de Ava cerca del mí, miré a mi alrededor, y me encontré que aún estaba en el camarote del Alfa, pero al contrario de lo que yo esperaba, él no estaba allí, sólo una durmiente y agotada Ava dormía a mi lado. Recordé que, tras quedarme en trance, para soportar el dolor de los derrotados durante la batalla, esperé junto esa nerviosa omega, que nuestros mates vinieran a dar con nosotras, pero al parecer eso no pasó, y finalmente cedimos al cansancio que llevábamos acumulado durante días. - “Luna, señora Martin, ya estamos atracando, la manada está esperando en el puerto para recibirlos.”- me dijo uno de los gemelos a través de la puerta que continuaba cerrada, desde que el Alfa había salido por ella. - “¿Dónde está el Alfa?”- pregunté mientras sentía como Ava se movía a mi lado despertándose, para luego mirar alrededor algo desorientada, y decepcionada. Yo sabía, por las sensacio
Narrador. - “¡No pude ser! ¿No me digas que tu Luna es una Gamma, y aún no la has marcado?, ¡Diosa, estamos en problemas!”- dijo Nelda una de las últimas Banshees que quedan en Irlanda. La cara del Alfa Desmond no demostró el nerviosismo que en realidad sentía, por estas palabras que le había dicho la que su madre consideraba casi una hija, y una de sus consejeras más importantes de Rey oscuro. Era extraño que las manadas estuviera contacto con las brujas, al contrario, históricamente siempre había habido enfrentamientos entre estas dos razas, sobre todo por la hegemonía de los territorios, y hasta ahora, por lo menos en Irlanda, desde el establecimiento de la manada Blue Moon, hecha por uno de los antepasados de Desmond Darkness, la hegemonía la había ganado siempre los hombres lobo. El cambio se produjo cuando hace muchos años, antes de nacer el Alfa, la madre de Desmond Ellie Darkness, la reciente nombrada Luna, salvo de un ataque de unos picaros, a una joven humana, y su hija p
Irina.Era extraño, me sentía llena de energía mientras corría entre la dorada luz, con mi loba a mi lado, la dualidad de mi personalidad, aunque ahora estaba separada, nos sentíamos como una sola. No necesitaba que Bella me hablara, los pensamientos, las acciones y las fuerza era igual en la dos, hasta nuestra carrera sin fin, era coordinada, como si fuéramos un todo.En un momento, la luz se volví mucho más intensa, y la energía en nuestro cuerpo aumento de forma dolorosa. Ambas caímos al suelo, retorciéndonos de dolor, mientras la brillante luz no aplastaba sin dejarnos respirar.-“Luna, respira no estás sola, aquí esta tu pareja, para que lo sientas.”- una voz que yo no había escuchado nunca, penetró en mi interior, aunque me era difícil entenderla entre tanto dolor. –“Irina, sólo puedes ayudarte tú desde dentro, debes meditar, y salir de esa luz, para que pueda sellarte.”- me volvió a decir la voz.Eso era imposible, Bella era la que me ayudaba a meditar, y en este momento, ella,
Irina. Poco a poco sentí que mi cuerpo se despertaba, mientras Bella me llamaba. - “¡Eh! ya es hora de despertar dormilona.”- le oí decir. Abrí los ojos buscando algo que me fuera familiar, totalmente desorientada, me encontraba en una especie de cabaña de madera llena de diferentes objetos triviales, plantas colgadas en unas cuerdas disecándose boca abajo, y alfombras, de lana, de muchos colores. - “Luna veo que ya estas mejor”- Me dijo una voz que me hizo girarme asustada, buscando su procedencia. Frente a mí, una mujer de mediana edad, de eso unos cincuenta y pocos años, a lo mejor sesenta. Iba vestida de una forma peculiar, a un estilo retro como vestían las antiguas campesinas irlandesas, su pelo estaba recogido en una especie de pañuelo rojo oscuro, en lo alto de la cabeza dejando caer su melena, blanca y rizada por la espalda, el traje una mezcla de pequeñas flores gris y mostaza, en un fondo del mismo color que el pañuelo, su falda tenía un poco volumen, se notab