Arlet 

Sin respuesta, como siempre. Intenté hablar nuevamente con Ezra, pero no respondía a mis mensajes o emails. Había prometido cientos de veces que me daría por vencida, sin embargo una y otra vez rompía la promesa. 

Refresqué un par de veces, con la esperanza de que respondiera, pero no lo hizo. A cada minuto era peor, el dolor lacerante no menguaba en lo absoluto, muy por el contrario cada día crecía más. 

Hubo un ligero golpe en la puerta del camerino y me sequé los ojos con rapidez.

—Adelante —dije.

—De acuerdo, sí. —Carola entró hablando por el móvil—. Correcto.

Bien, podemos hablar el viernes. Estoy colaborando con una amiga. Hasta el viernes. —Quien fuera que estaba al teléfono volvió a hablar y ella sonrió —.  Si con ella, pero si quieres que te firmen el libro debes venir a una de sus firmas. Te enviaré el calendario por correo electrónico. Nos vemos el viernes.—Me lanzó con rapidez una mirada diciendo que lo sentía