Arlet
Estaba segura de que el destino se reía de forma histérica a mi costa, como un cruel villano. La fiesta a la que Carola me había llevado no era en uno de los salones de los edificios Meyer como la que se había realizado anteriormente, sino en la del edificio Goltman en Park Avenue, y aunque se suponía que no podían asistir los residentes, estar allí me hacía pensar únicamente en que era probable que Ezra o su nueva novia estuvieran ocupando la suite, eso me estresaba muchísimo a pesar de que habíamos terminado en buenos términos y que el divorcio era pacífico por el bien de las niñas.
Cada veinte minutos, Carola se acercaba para presentarme a un tipo distinto, alguien que según ella era el hombre ideal para quitarme el estrés post traumático luego de casi un año de abstinencia, pero por el que yo nunca me sentía atraMatheus30 de Octubre del 2010Justo cuando estaba recordando que casi nos habíamos besado en la fiesta luego de pelearse con Noha, sentí que me vibraba el móvil. Era ella.Arlet: ¿Qué tal tu cita?Dudé antes de responder. No sabía muy bien qué decir a excepción de que había sido un completo desastre. Sólo podía pensar en el idiota de Noha tocando y besando a mi mejor amiga.Desde ese momento todo era confuso, al menos para mí. Ella estaba bastante ebria por lo que dudaba que lo recordase nuestro súbito acercamiento.Yo: Maravillosa. He tenido el mejor sexo de mi vida.Arlet: Te he preguntado qué tal tu cita…, no por tus fantasías de cerdo petulante…Yo: ¿Qué tal ha ido la tuya?Escribí, sintiendo como mi estómago daba un vuelco.Quería decirle que odiaba a su novio y que no estaba dispuesto a soportar que su primera vez fuese
Arlet Me gustaba creer que Matt y yo íbamos a ser amigos para siempre. Después de todo ya habíamos superado el terrible lapsus de amor no correspondido o más bien yo lo superé, porque en lo que a él respecta nunca sucedió. Era mejor así de habérselo dicho todo se hubiese ido al demonio.Seamos sinceros, si la basura sale a la luz todo se complica.Entonces hice lo más sensato para todos; me quedé callada y me enfoqué en sacar de mi corazoncillo cada vestigio de cada molécula de ese tortuoso amor no correspondido que experimentaba por mi mejor amigo. Nada de extrañas fantasías sexuales, nada de declaraciones, nada de ch
ArletDebería ser ilegal permitir elegir profesión antes de cumplir los 20. Cómo se supone que con 18 años alguien puede elegir de forma correcta que va a hacer durante los próximos cincuenta años, es ridículo pensar que el ciento por ciento de jóvenes va a acertar.Por desgracia, yo era un número más en ese porcentaje que no acertó sobre lo que le apasionaba hacer para el resto de su vida. En algún momento entre Matemática financiera o Concursos y Quiebras perdí completamente el rumbo. Simplemente no podía imaginarme pasar la vida rellenando hojas de cálculo, me asfixiaba la idea de pasarme horas y horas en un despacho.La verdad es que me gustaba lo que estudiaba hasta que un día me tope con mi v
MatheusDesde hacía un par de meses estábamos trabajando incluso los sábados. Competíamos contra una de las empresas más grandes de ingeniería estructural por la expansión hotelera de Marcus Goltman.—¿Del uno al diez que tan bien estuvo tu noche? —dijo Alex en cuanto entró por la puerta.Aparté la vista de los planos para mirarlo.—¿Un 7? —volví a los planos —no estoy seguro, pero el pasillo de la vergüenza fue grandioso.—Son unos malditos sádicos, de verdad que por mucho que lo intento no logro entenderlos—comenzó a reír —es momento de
ArletEl lunes por la mañana estaba sentada en mi cubículo con la mente puesta en varias direcciones. Desafortunadamente para mi jefe ninguna de esas direcciones llevaba a la presentación de los estados financieros que necesitaba para la reunión del miércoles.En lugar del Excel sin terminar que aclamaba mi atención en la pantalla, yo me encontraba pensando en la piel de mi amigo, aún avergonzada por lo mucho que me había gustado sentirlo. Por un lado intentaba convencerme de que solo se trataba de un momento de debilidad, aunque por otro lado revolcarme y llorar como una niña por la enorme humillación que había sufrido era buena idea.Por suerte para mí en la puerta de mi cubículo apareció una rubia alt
MatheusTodas mis buenas intenciones se estaban a punto de ir por el caño. Mi cordura estaba pendiendo de un hilo muy frágil. Cuando no estaba con Arlet era fácil ver que era lo que tenía que hacer, olvidar lo que nos estaba pasando. Era una locura arriesgar nuestra amistad porque no podía controlarme. Pero al tenerla allí con su cuerpo pegado al mío, no me importaba quien era, no me interesaba nuestra historia, la deseaba con anhelo y era incapaz de pensar en otra cosa.Sin darme cuenta de lo que estaba haciendo senté a Arlet en mi regazo. Ella me tomó con fuerza por el cuello como si temiera que la apartara de mí, hundió su rostro en mi pecho y respiró profundamente.Decidí que sería fuerte que negaría
MatheusCuando entré a la habitación la vi sobre el escritorio completando los ejercicios de cálculo que teníamos que entregar la siguiente semana. Arlet levantó la vista de las hojas para saludarme. Cerré la puerta y me dejé caer en la cama.—Sabías que esa tarea es para la próxima semana ¿no?—Sí, pero no todos tenemos padres ricos y con mucha culpa que pagarían la universidad que sea. Algunos nos tenemos que esforzar.—Pobre Anita la huerfanita — hice un puchero.
ArletTenía un enorme informe tributario que realizar, aunque en su lugar estaba mirando fijamente la tarjeta que me entregó Sofi. No podía decirle que no estaba segura de si se la daría porque no tenía el valor para decirle lo que estaba ocurriendo con Matt.Jiwoo era abogada y vivía aquí a solo 15 minutos. ¿Qué pasaría si Matt se enteraba de ello? ¿Correría a buscarla? ¿Querría hablar con ella después de todo? ¿Todavía tendría sentimientos guardados?Sentí una fuerte necesidad de esconder esa información por el momento. No pensaba engañarlo, era simplemente que necesitaba saber que iba a pasar entre nosotros