Arlet
No podía creer que estaba haciendo eso. Creí que sería menos doloroso y por un momento me sentí lo suficientemente fuerte para ir a recoger el resto de mis cosas sola, pero en cuanto me encontré allí entre tantos recuerdos vi que no era así. Entré directamente a mi vieja habitación y saqué un par de maletas del armario. Era extraño pensar que mi vida completa podía entrar cómodamente en dos maletas y una caja.
«Es el fin de una era». Me lo había repetido cientos de veces. Como miles de veces me pregunté si podría irme lejos de él o si podría convivir con alguien que no fuese Matheus. Cuando nos mudamos a una residencia universitaria sabía que el cambio sería horrible, pero podría soportarlo porque estaba con él. Ahora me
ArletMe desabrochó los vaqueros y comenzó a bajarlos. Yo también deseaba que me los quitara tanto como lo necesitaba él. Me besó con rudeza jalandome del pelo y me cogió entre sus brazos para llevarme hasta la cama donde me dejó con delicadeza. Matt me observó con la mirada oscura logrando que mi pulso se acelerara y la sangre se agitara en mis venas.La luz del sol aún entraba por las ventanas y me dejaba ver el apetito en su mirada, el deseo incontrolable que su cuerpo emanaba y me arrastraba contra toda razón.Parpadeé y dejé que me quitase la blusa muy despacio. Tiró la tela sedosa al piso y me desabrochó el sujetador con mano
ArletAl día siguiente me desperté cuando Matheus se removió a mi lado. Debí apañármelas para desenredar nuestras piernas sin despertarlo y quitar su cuerpo de encima del mío. Aún era de madrugada y me sentía terrible por lo que había ocurrido. Me asustaba dejarlo solo y no podía ignorar el sentimiento de culpa que revoloteaba en mi pecho. No podía estar cerca de él sin sentir deseos de tocarlo, de besarlo, de sentirlo. Su respiración era acompasada, su rostro se veía tranquilo y hermoso. Cogí mi ropa y las maletas en la oscuridad para salir de la h
Cuatro semanas después…MatheusDesde fuera era simple decir que nuestra historia era como cualquier otra que fue escrita y vivido mil de veces antes de nosotros. Era la historia de esa chica llena de complejos, frágil y asustadiza que conoció a un joven apuesto e inteligente aunque repleto de convenciones que se sentía tan solo y perdido como ella. El cariño entre ambos creció aunque él no sabía que ella lo amaba en secreto hasta que un día la pasión que crecía se hizo incontenible y estaban tan atrapados en el callejón sin salida de sus impulsos que no se dieron cuenta de que se transformaban poco a poco en cenizas.Ya lo había dicho, podía parecer la
Cuando entré a la habitación todavía flotaba sobre nubes. Hubiera deseado decirle que si quería quedarme a dormir con él, pero era demasiado pronto para eso y no estaba preparada en lo absoluto. Me tumbé sobre la cama complacida por el maravilloso día que habíamos tenido. Ezra diferente a Matheus, pero eso me gustaba.—¿Estás son las horas de llegar? —dijo Tara dándose la vuelta y borrando mi sonrisa de un plumazo.—¡Tara! ¡Me asustaste!—Y tú a nosotras —me contestó —Sofía estuvo esperando por horas. Creí que volverías para cenar. Pedimos comida china y Sofi me contó que Alex le propuso que se vayan a vivir juntos.
ArletMe desperté con el suave ronquido de Ezra. Tenía sus labios junto a mi oreja, mi espalda estaba pegada a su pecho y sus brazos rodeaban mi cintura. Los recuerdos de la noche me hicieron sonreír antes de entrar en pánico al recordar la vergüenza de su rechazo y que luego de esa embarazosa situación estábamos viendo algo en la televisión cuando me quedé profundamente dormida en el sillón. Levanté la manta un poco y comprobé que estaba completamente vestida, solo me había quitado las zapatillas y los calcetines. Aún así me moría de vergüenza. ¿Qué iba a pensar de mí? ¿Y Tara? Debía estar la mar de preocupada. Todavía era muy temprano para llamarla, todavía no despuntaba el sol y se sentían a lo lejos los ruidos de una ciudad que apenas comenzaba a despertar.Me di la vuelta lentamente, para observar sus
Arlet—¡Despierta ya! —gritó Tara.Abrí los ojos para encontrarme con una Tara completamente descontrolada que corría de un lado hacia otro. Llevaba una plancha de pelo en una mano y un zapato de tacón en la otra.Mi teléfono no dejaba de sonar y me pregunté cuántas veces ya me había sonado la alarma para que estuviese tan frenética. Me escocían los ojos por la falta de sueño. La noche anterior Sofí había ido a cenar para discutir su reciente propuesta y nos habíamos quedado hasta tarde.—Adivina tonta del culo —apago el celular de un manotazo —. ¡Estás llegando tarde! Por qué la gente se mole
ArletMe tomé todo el tiempo del mundo para bañarme mientras Ezra esperaba en el salón. Me coloque una ampolla para el cabello que encontré y me exfolie la cara. El baño de las chicas era realmente divertido. Yo no usaba nunca esa cantidad de productos, pero se me ocurrió que hacerlo esperar hasta que le salieran raíces era una excelente manera de castigarlo por interrumpir mi sueño a las siete de la mañana. Me envolví con una toalla y salí por el pasillo hacia la habitación. Antes de entrar lo miré a hurtadillas y lo vi recostado revisando su móvil. Estaba aburrido como una ostra y eso me hizo reír.Salí veinte minutos después con un vestido de invierno, una botas altas y un hermoso abrigo cortesí
ArletSalí del cuarto de baño luego de colocarme una suave capa de maquillaje con el vestido y los zapatos que Ezra me había comprado. Era demasiado elegante para volver a usarlo por eso pensaba disfrutar del momento.—¡Te ves increíble! —Ezra se levantó de su silla y me recorrió con una mirada juguetona —. Ahora no estoy seguro de llevarte a esa fiesta.—¿Por qué? Ni de broma, me alise el cabello y eso es todo un reto.—La verdad es que estás demasiado hermosa… No se puede que alguien quiera alejarte de mí —negué con la cabeza y me besó en los labios antes de guiarme al ascensor.