Nathaniel Había oído un montón de idioteces en mi vida, pero «solo podría aceptar, si te acuestas solo conmigo» podía ser la mayor de todas.Me quedé mirando el espejo al tiempo que me acomodaba la pajarita, mientras me preparaba para la cena mensual con mis compañeros de Oxford, preguntándome por qué demonios esta mujer, que todo el tiempo me sacaba de mis casillas, tenía aquel tipo de efecto en mí. Me había convertido en alguien que a duras penas reconocía. En dos ocasiones me sentí a merced de sus caprichos, después de que saliera de mi oficina dejándome completamente pasmado; cuando me había aventurado por los pasillos, la sorprendí sonriendo y hablando animadamente con Spencer. No entendía por qué correspondía a sus atenciones. Pero el idiota bromeaba con ella sobre «salir a tomar unas copas el fin de semana para poder relajarse y olvidar el trabajo». Ella se rio con él, pero me di cuenta de que no era una risa sincera, que simplemente lo est
Leer más