Deseo irresistible
Deseo irresistible
Por: Ninoska
Capítulo 1

Presente

—¿Has tenido pesadillas recientemente?

—Sí.

—¿Las mismas?

—Así es.

—¿Cómo vas con la interacción con los chicos?

—No muy bien —Sofía tomó un respiro— Desde la última vez que quise Salir con uno, no me animo a volver a intentarlo pronto…— hizo una mueca —fue un desastre—

—Tómatelo con calma —Su Terapeuta seguía escribiendo en su libreta— No es al contacto físico a lo que le temes, sino a la idea de que intenten hacerte daño nuevamente.

—No quiero volver a pasar por lo mismo, Pero intentaré socializar más.

—Como dije no te apresures, aún eres muy joven tienes metas y un camino que recorrer, en ese camino puedes llegar a conocer personas increíbles, no te cierres a esa posibilidad.

Sofía salió del consultorio de su Psicóloga y su madre la recibió con un abrazo. —¿Cómo te fue? —Preguntó Aurora.

—No estoy segura —Sofía encogió los hombros. Su madre la miró con amor.

—Todo va estar bien cariño.

—Eso espero.

Cinco años antes.

—¡Sofía! ¡hija! ¡Sofía Princesa Despierta! —

Rara vez los padres de Sofía iban a despertarla a su habitación excepto cuando se quedaba hasta la madrugada estudiando, esta era una de esas ocasiones, ella se quedó hasta las tres de la mañana leyendo libros de una de las materias más importantes para la carrera que ella quería estudiar.

Gracias a su inteligencia y que era una de los pocos alumnos de su escuela que eran superdotados había logrado saltarse casi dos años de escuela, y casi la habían admitido en la universidad primeramente debía realizar un examen muy importante.

—Papá, aún es temprano— musitó ella.

—No pequeña, ya casi es hora de ir a la escuela, aún te queda una semana antes de ir a la universidad.

Su padre tiró de ella y logró que se sentara en la cama, pero ella se dejó caer en el pecho de su padre acurrucándose en él. —Princesa, ¿Por qué te quedaste estudiando tan tarde si no tienes exámenes?

—Si voy a ir a la universidad tengo que lograr quedarme ahí, te imaginas que vergüenza sería si me devuelven a mi escuela.

—No pienses eso, sé que lo lograrás.

—Eso espero— dijo rodeando la cintura de su padre con sus brazos.

—Hay algo que te gustará saber.

—Dime papá.

—Tu hermano vuelve esta misma semana.

—Oh por Dios, ¿hablas en serio? — Sofía saltó de la cama muy emocionada, ella amaba mucho a su hermano, solo lo había visto unas cuantas veces en los últimos cinco años.

—Si, por supuesto, nos llamó ayer en la noche para avisarnos.

Era lunes, Sofía llegó a su escuela y pensó que esta semana sería la más larga de toda su vida. Extrañaría la escuela sin duda, sus amigos, sus aventuras y hasta posiblemente sus molestos profesores, pero tenía un reto frente a ella y no estaba en sus planes darse por vencida ante lo difícil que fuera en el futuro. Pero ella estaba dispuesta a demostrar que podía si otras personas de la historia habían logrado más que ella con menos recursos, esto la animaba aún más ya que podría decirse que ella solo tenía que preocuparse por estudiar.

Después de pasar la primera clase del día Sofía se dirigió con algunos de sus amigos más cercanos hacía la cafetería.

—Sofía de verdad vamos a extrañarte— le decía una de sus compañeras mientras se sentaban en una mesa.

—Lo sé, soy insuperable— bromeaba Sofía mientras lanzaba su cabello rubio hacía atrás. Todos rieron ante su gesto. El que Sofía fuera una nerd no dejaba de ser popular entre sus compañeros había aprendido a mantener un equilibrio, cuando hace dos años algunos compañeros la trataron con indiferencia cuando ella no quiso ir a un campamento que la escuela organizó como no era obligatorio ella decidió quedarse porque quería estudiar más sobre algunos temas de los que tenía duda, el que sea inteligente no quería decir que nunca tuvo ciertas dificultades para entender algunas cosas que no le agradaba estudiar.

—Cuando tú ya te gradúes, nosotros apenas si estaremos como en tercer año de la universidad— comentó un compañero.

—Eso si tu logras llegar a la universidad— se burló otra compañera, y todos rieron.

Antes de que Sofía entrara a la siguiente clase se encontró por el pasillo a Giovanni, él era el chico que perseguía a Sofía a ella también le gustaba mucho desde que lo conoció, había ocasiones en las que pasaban conversando por un buen rato.

—Hola Sofía— Saludó Giovanni.

—Hola Giovanni, ¿Cómo estás? No te vi en la primera clase.

—Sí, todo va bien, es solo que no pude llegar a tiempo hoy. ¿Almorzamos juntos? — preguntó el chico.

—Seguro que si— respondió ella.

Al terminar la clase Sofía tomó sus cosas igualmente Giovanni y ambos salieron juntos del aula. —¿Te parece si nos sentamos aquí? —

—Aquí está bien— cuando ambos se sentaron Giovanni soltó un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, Sofía sintió que él estaba algo frustrado o algo así.

—¿Qué pasa? — preguntó ella.

—¿Ah? — musitó él levantando la mirada hacia ella.

—Parece que te preocupa algo.

—Oh, no es nada… bueno es que la verdad aun no me hago a la idea de que no podré verte—

—No me estoy yendo del país o algo así, seguiremos viviendo en la misma ciudad. — Es posible que Sofía no haya entendido lo que en realidad Giovanni trataba de decir. El chico tomó valor estiró su mano y con sus dedos sostuvo también uno de los dedos de Sofía y lo apretó ligeramente.

—De verdad te voy a extrañar mucho— Ante tal acción Sofía dejó de respirar lo vio a los ojos y él le sonrió cariñosamente. Pero Sofía reaccionó rápidamente le preocupaba que alguien más los mirara siendo tan íntimos, así que retiró suavemente su mano para soltarse de su agarre.

—Igual yo— logró decir ella.

—¿Qué te parece si este sábado te invito a comer? podemos ir a algún restaurante que te guste y luego a ver una película, o simplemente pasear lo que tú quieras hacer—

—¿Algo así, como una cita?

—Sí, ¿porque no?

—De acuerdo, podemos pasear primero y luego vemos que se nos antoja comer.

—Claro, paso por ti—

—No es necesario, nos podemos reunirnos en el parque que está a unas cuadras de aquí— por supuesto Giovanni prefería pasar por ella a su casa, pero si ella lo quería de esta manera no había problema.

***

—¿Sofía estás listas? El avión llegará pronto.

—Lista papá vamos ¿Y mamá?

—Está esperando afuera. Ella es la más ansiosa por ver a su pequeño hijo

—Que supongo ya no es tan pequeño— dijo Sofía con una sonrisa en sus labios, ambos rieron mientras salían por la puerta principal hacia el estacionamiento.

Cuando Sofía vio a su hermano acercarse hacia ellos fue la primera en salir a su encuentro igual que antes se lanzó hacía él, Andrés la atrapó casi en el aire y dio vueltas con ellas en sus brazos, estaba claro que ella ya no era tan pequeña como hace apenas algunos años, pero para Andrés seguí siendo su pequeña hermana a la que siempre mimó y cuidó hasta que se fue a Estados Unidos. Pero al parecer ella seguía siendo la misma con él.

—Wo Wo— decía su padre cuando Andrés por poco pierde el equilibrio, pero Gino logró sostenerlos a ambos. Los dos hermanos se quedaron abrazados por un rato —Te extrañe mucho Princesa— le decía Andrés antes de besarla en la frente.

—Y yo a ti grandulón—

Separándose Andrés abrazó a su padre y luego a su madre Aurora. —Mamá—

—Hijo, por fin vuelves con nosotros— el abrazo con su madre duró un poco más ya que hubo algunas lágrimas de felicidad.

—¿Oye que tanto miras en tu teléfono? No les estas poniendo atención a la película— reclamaba Andrés a Sofía.

—No es nada.

—¿Ah no? Déjame ver— Andrés estiró el brazo y quiso tomar el teléfono de Sofía, pero ella fue más rápida y lo ocultó detrás de su espalda.

—oye— reclamó ella.

—¿Qué? Solo quiero ver que te tiene tan distraída.

—Ya te dije que no es nada importante.

—Entonces déjame ver tu teléfono.

—No te daré mi teléfono— Andrés colocó en una mesita el tazón de palomitas qué tenía en sus regazos, pero Sofía adivinó sus intenciones se paró en el sillón y saltó de él para dirigirse hacia las escaleras, Andrés fue tras ella, su madre los miraba divertida, estaba muy feliz de ver a sus hijos juntos nuevamente.

—Espera pequeña nerd— gritó su hermano.

—No, aléjate de mí— cuando Sofía subió al segundo piso corrió en dirección a su habitación, abrió la puerta para entrar y cerrar tan rápido como pudiera, pero Andrés era más veloz y fuerte.

—Oye, ¿Qué haces?

—Solo tengo curiosidad.

—No hay nada que ver grandulón, no me molestes, a penas llevas tres días aquí y ya estas insoportable.

—Pequeña, dime ¿te gusta algún chico?

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

—Te estaba observando y por la sonrisa que tenías dibujada en tu rostro y mi instinto de hermano mayor me dice que hay alguien que te gusta.

—¿Qué clase de teoría es esa?

—Estoy seguro que es así y si no me lo dices voy a decirles a todos en esta casa que tienes novio.

—¿Qué? Claro que no.

—Bueno, entonces voy a contárselos a todos— Andrés se dio la vuelta para salir de la habitación, pero antes de abrir la puerta Sofía le cerró el paso.

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