6. Buscando información

ALISA

Alisa no sabía que pensar. Después de una noche intranquila se había levantado para saludar a sus amigos, Tiana tenía el desayuno listo como todas las mañanas y Harry se vestía con un nuevo traje que las hizo sonreír. Era bueno que alguien mantuviera los ánimos, incluso aunque su amigo era uno de los más afectados por todo lo que estaba sucediendo, al menos intentaba conservar la cordura y la esperanza usando todas las herramientas a mano. Desayunaron sin decir demasiado hasta que la familia Jiménez se unió a ellos.

La pequeña Molly corrió hacia Harry con una sonrisa inmensa en el rostro y le preguntó sobre la ubicación de su tiara. El argumento de la pequeña era que si resultaba ser una princesa verdadera, entonces tendría que tener una tiara, eso los hizo reír a todos. Harry se llevó a la pequeña en busca de algún objeto que pudiera pasar por corona y eso la emocionó, las distracciones eran tan escasas que se apreciaban cuando llegaban.

-Buenos días- saludó Tiana con una sonrisa a los padres que llegaban -siéntense, hice el desayuno para todos.

Ellos asintieron, pero la incomodidad era evidente.

-No es necesario que hagas esto- dijo la mujer luego de unos minutos -puedo cocinar, no tienes que hacerlo por nosotros.

-Tal vez sí, puede que seas una mejor cocinara que yo- comentó Tiana -pero la cocina es mi trabajo, me gusta y me mantiene distraída. Eso es lo que me gusta, además estamos usando partes de sus suministros alimenticios, están aportando.

-¿Aceptas ayuda?- Preguntó Mildred con una sonrisa -no queremos ser una molestia y no hay demasiadas cosas más en las que sea buena.

-Ahora son parte de esta casa- afirmó su amiga con una sonrisa -cualquier trabajo es apreciado, pero si todavía necesitan descansar pueden hacerlo. Lo entendemos.

Fue en ese momento que Josep habló, el hombre había terminado su comida en tiempo record.

-Soy bueno en la mecánica y en los trabajos manuales- dijo él -si necesitan algo de eso, podría hacerlo sin problemas.

Una sonrisa emocionada cruzaba su rostro y Tiana la notó antes de reír.

-Estoy segura de que Alisa, aquí, tiene muchos trabajos para ti- comentó su amiga -pero por ahora, ¿quieres un poco más?

Tiana señaló el plato vacío del hombre, por unos segundos pareció dudar hasta que asintió con firmeza antes de que su amiga llenara el plato y no hubiera más palabras.

-Puedes ayudarme en el jardín- le ofreció Tiana a Mildred -tengo una especie de cultivo que necesita trabajo.

-Perfecto- aceptó la mujer limpiando su plato al levantarse.

Unos minutos más tarde Mildred y Tiana iban al jardín mientras ella se alejaba hasta el garaje con Josep. Las risas de Molly y Harry se escuchaban en toda la casa, haciéndolos reír, era impresionante lo que la inocencia de la pequeña hacía para cambiar el ambiente sombrío en el que vivían.

-Esto es lo que tengo hasta ahora- le dijo ella al hombre señalando lo que parecía un montón de chatarra en la esquina del lugar -intenté…

-Intentaste hacer un motor eléctrico que funciona con energía cinética- terminó Josep por ella antes de acercarse al lugar -esto es grandioso.

-Gracias- aceptó ella con una sonrisa -pero nunca pude ponerlo a funcionar porque me faltan los conocimientos mecánicos para hacerlo. Una pieza siempre salía volando cuando lo encendía.

El hombre no pudo evitar soltar una carcajada antes de que ambos se sumieran en el silencio y la concentración del trabajo. Cuando encontraron las fallas básicas que ella había pasado por alto comenzaron a arreglarlas con rapidez. Fue sencillo trabajar con Josep, el hombre era eficiente y bastante callado, se concentraba tanto como ella al hacer las cosas. Unas horas más tarde el motor estaba listo para más pruebas, por lo que intentaron encenderlo y resultó que funcionaba.

Ella gritó y saltó emocionada mientras abrazaba a Josep. Ambos estaban bastante orgullosos, el hombre no dejaba de mover una pequeña palanca manual que era la que convertía la energía cinética en eléctrica, pero ver al motor haciendo su trabajo era emocionante de por sí.

-Ahora podremos cargar lámparas u otras cosas incluso aunque falle la luz en esas escasas horas que nos dan- afirmó ella con algo de alivio.

-Si no te molesta ejercitar los brazos- comentó Josep deteniéndose por fin.

Al parecer los gritos alegres que ellos habían dado llamaron la atención de todos en la casa, porque Tiana llegó con Mildred, ambas llenas de tierra y Harry cargaba a la princesa Molly en sus hombros.

-¿Qué sucede aquí?- Preguntó su amigo.

-¡Lo logró, Harry!- dijo ella con la misma emoción -Josep hizo que el motor funcionara por fin.

Sus amigos abrieron los ojos impresionados antes de felicitar al hombre.

-Solo noté los detalles- comentó Josep -su amiga hizo un trabajo increíble recuperando el motor.

-Eso es mentira, lo mío es la informática- afirmó ella -hice lo mejor que pude hasta que llegaste tú. Esto es muy importante y útil.

Mildred sonrió y besó a su esposo mientras Molly aplaudía emocionada. Pronto todo el mundo regresó a sus asuntos mientras Josep permanecía a su lado, ambos buscaron nuevos proyectos para emprender ahora que el motor estaba listo. Fue entonces que Alisa pensó en mover el aparato hasta la sala de café para poder tener una comunicación constante. Si el internet y las conexiones seguían funcionando, podría ser que lograra algo.

Luego de sellar algunas fugas en tuberías y techos, ella convenció al hombre de mover el motor. Para su sorpresa, él se vio tan emocionado como solía estar Alisa al entrar en aquella habitación, hablaron sobre la información que podía conseguir y sin pensarlo demasiado ella le comentó sobre el científico que se había puesto en contacto la noche anterior. De verdad esperaba poder ayudar mucho más ahora que tenían este nuevo motor, así que conectaron el aparato a los cables centrales de alimentación antes de que Josep comenzara a mover la palanca. Con alegría, ella vio a los aparatos cobrar vida.

La computadora se tardó una eternidad en encender y Alisa se preocupó del trabajo físico que tendría que hacer Josep. Cuando la conexión estuvo por fin establecida, ella casi gritó una vez más. Voló por todos los anuncios de noticias que solía ver hasta que regresó a la página con la que había contactado a aquel hombre, esperaba que pudiera ver sus mensajes en ese momento y que tuviera algo más que decir.

“De nuevo aquí” escribió ella sintiéndose como una boba, una vez más.

Luego de unos minutos estuvo a punto de sucumbir a la desesperación cuando el mensaje llegó.

“Eso es excelente. He estado esperando”

“¿Tienes nueva información?” preguntó ella emocionada.

“No demasiada, sigo creyendo que las consecuencias de este fenómeno estelar podrían catastróficas” afirmó él con fatalismo.

“¿Pudiste al menos comunicarte con alguien a quién le interese esa información?” insistió ella algo exasperada.

“¿Cómo quién?”

“La NASA primero que nada, o cualquiera que pueda hacerle llegar este mensaje a esos científicos” su mente corría mientras veía el cansancio de Josep.

“No soy tan bueno en las comunicaciones como pareces serlo tú. Soy mejor científico”.

“Entonces tendré que hacerlo yo, ¿cuál es tu nombre? Estoy segura de que me lo preguntarán”.

Esta vez el mensaje se tardó una vez más y ella torció el gesto. Esperaba de verdad que aquello no fuera un engaño.

“Víctor” fue la vaga respuesta.

“¿Cuál es tu apellido?” insistió ella intentando ser formal.

De nuevo, la respuesta tardó.

“Porter”.

“Bien, haré lo que pueda Víctor. Por ahora debo irme”.

“Espero poder comunicarme de nuevo con mejores noticias”.

Ella cerró la conexión y se volteó hacia Josep con una mueca.

-¿Crees que puedas aguantar un poco más?- Preguntó ella -¿o necesitas descansar?

-Puedo aguantar, pero no demasiado tiempo- le dijo él -empiezo a sentirme sin aliento.

-Me apresuraré.

Ella se volteó hacia la pantalla una vez más y se dedicó a buscar el contacto que la noche anterior se le había escapado, cuando lo consiguió pudo sonreír. Escribió un mensaje simple antes de apagar el aparato y decirle a Josep que podía detenerse, el hombre sonrió antes de recostarse en una de las paredes para descansar. Alisa estaba conforme con el mensaje que había dejado, era conciso y esperaba recibir una respuesta.

“Tengo información importante del científico Víctor Porter. A cualquiera que tenga lo medios para ayudar, conteste por favor”.

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