6. ¿Qué pasó con la mamá de Joel?

La mirada de Adele se posó sobre él, estaba temblando, demasiado a decir verdad, era algo nuevo para todos ellos, y Adele trataba de mantener la calma por los demás, si ella perdía la calma, sería mucho más difícil para los que la acompañaban. Joel estaba aferrado con fuerza a Adele.

—Lo siento— alejó su mano.

—No es necesario, si está nervioso puede tomarla— respondió ella tomando su mano, una sonrisa se posó en sus labios, una bastante nerviosa.

—Es la primera vez en años que uso un autobús— confesó —cuando voy al trabajo, suelo caminar, esa es la razón por la que nos mudamos aquí, bueno, casi no tengo que salir de casa, es algo un poco raro— soltó un suspiro.

—Pensé que era la única que detestaba salir— confesó sonriendo de manera chica —la verdad, es que desde hace mucho prefiero estar en casa, no sé exactamente el por qué — su voz estaba algo apagada.

Llegaron al famoso lugar, Joel pareció despertar de ese profundo sueño, al bajarse del taxi corrió en círculos, estaba bastante animado, Thoma y Adele simplemente lo miraban con una sonrisa.

—¿Cómo te sientes Tomás? ¿Qué tal el viaje?— preguntó la menor mientras estiraba sus brazos.

—Adele, mi nombre es Thoma, no Tomás— sonrió de lado, por un momento ella se quedó repitiendo su nombre y asintió.

Ese lugar me llenaba de recuerdos de su niñez, cuando venía con su padre después de que él terminara con su trabajo y ella recibiera buenas calificaciones. También lo hacían si no las obtenía para levantarle el ánimo, era su  rutina de domingos, la cual cada día esperaba con ansias. No le importaba el lugar, le importaba estar con ellos, con sus padres, los ojos de Adele se habían llenado de lágrimas, las enjugó bastante rápido para evitar que cayeran y continuó con normalidad. «Eso… es algo del pasado, no tiene por qué afectarme, simplemente seguiré adelante» sonrió para mí misma.

«Cuando seas mayor, al ver atrás vas a lamentarte por no haber disfrutado mientras tenías la posibilidad» Quizá su hermana estaba en lo cierto, debía valorar el presente y disfrutarlo. En tanto Adele reflexionaba acerca de lo que su hermana le había dicho en aquel entonces, Joel llegó con una sonrisa y la arrastró al carrusel.

—¡Vamos mamá! ¡Vamos juntos!— su sonrisa era muy radiante, sí, la hacía sentir mucho mejor.

«¿Qué relación tendré con ese niño? ¿Qué tan estrecha es?» Esas preguntas se apoderaban de sus pensamientos, quería respuestas, pero ellas no aparecían, debía buscar por su propia cuenta, pero ¿Por dónde tendría que hacerlo? 

Estaban de camino a casa, Joel estaba recostado en las piernas de la mayor y Thoma tenía su mano. Él estaba temblando un poco menos y eso era demasiado bueno. «Agradezco que no se desmayó, se veía muy pesado para poderlo cargar» con su mano libre acariciaba el cabello de Joel, era tan suave y delgado que se sentía como acariciar algodón de azúcar.

—Ustedes parecen ser una familia bastante feliz— dijo el taxista con una enorme sonrisa.

La vez que Adele estuvo en el parque, la madre del nuevo amigo de Joel la había confundido con la madre del niño. Adele sabía que no era necesario responder ese tipo de situaciones, cada persona entiende lo que quiere entender.

—Muchas gracias— sonrió ella achicando sus ojos a causa de la sonrisa.

Ella podía sentir la mirada extrañada de Thoma sobre ella. Con sus ojos le explicó que no era necesario preocuparse por eso, era un poco extraño, pero su madre le enseñó a que no debían prestarle atención a algunas cosas. Si pensaban que ellos eran una familia feliz, pues entonces, lo serían para ellos, la menor no se llenaría la cabeza con estas cosas. Ya habían llegado, el pequeño aún seguía durmiendo.

—Mamá ¿No te irás otra vez? ¿Lo prometes?— una pequeña sonrisa preocupada estaba en su rostro.

Adele lo observó detenidamente, estaba soñando ¿Qué estará soñando? Nuevamente esas preguntas.

—Adele, gracias por hoy, realmente nos fuiste de mucha ayuda y Joel corrió tanto que se ha quedado dormido antes de la hora— sonrió.

—Tomás, hay algo que me gustaría preguntarle— jugó con sus manos, estaba un poco nerviosa.

—Mi nombre es Thoma, no Tomás, Adelaida— la menor rodó sus ojos.

—¿Qué pasó con la mamá de Joel?— soltó de repente mientras la vista de Thoma se clavaba en ella.

—Bueno, creo que… tienes derecho a saberlo, ya que eres la «nueva mamá de Joel»— titubeó un poco.

—Espera, no creo que debamos hablar de esto cerca del niño, puede que nos escuche—  intervino algo preocupada.

—Vamos a nuestra casa, así podré dejarlo en su cama— sonrió de manera chica.

Minutos después estaban cara a cara, él, al parecer no tenía idea de cómo comenzar la plática lo cual le parecía a Adele bastante normal. No era un tema fácil, era uno que además de haber pasado hace algún tiempo, le afectaba visiblemente, eso dijeron sus ojos cuando perdieron su característico brillo.

—Hace tres años viajábamos a una casa de campo, el día estaba un poco oscuro, me detuve a comprar algunos víveres para el camino. Joel tenía tan solo dos añitos y estaba en su silla, se armó un tiroteo en la zona, llegaron los agentes especiales los cuales comenzaron a atacar con bombas de olor. Intenté salir del lugar en busca de ellos, pero una bomba explotó en ese instante… Me sentía completamente destrozado, había muchos desaparecidos en ese momento, incluido mi hijo. Días después lo encontramos algo lejos del lugar, estaba bien… quien lo ayudó se quedó a su lado por todo ese tiempo— sonrió de manera melancólica —Ella falleció en el auto, su cuerpo fue encontrado en él, había señales de haber intentado salir— miró a la menor.

Los ojos de Adele estaban llenos de lágrimas, perder a un ser querido era horrible y más de esta manera tan abrupta.

—Yo… lo siento mucho, quizá no debí haber preguntado— lanzó un suspiro mientras secaba su rostro.

—No, Adele… es la primera vez que hablo de esto con alguien, gracias… por ayudarnos y preocuparte por Joel, estoy seguro de que tus padres han de estar orgullosos de ti— sonrió.

—Mis padres fallecieron— jugó con mis manos.

—¿Hace cuánto murieron tus padres?— la miró bastante entristecido.

—Hace cinco años, en un accidente provocado— lo miré directo a los ojos.

—¿Cómo sabes que fue provocado?— ladeó la cabeza.

—Mi padre… él— se detuvo al pensar bien lo que diría —es mejor que no lo sepan, podrían estar en problemas— sonrió débilmente —él tenía enemigos, demasiados— aclaró.

Thoma asintió mientras parecía entender lo que le había dicho. El trabajo del padre de Adele era algo arriesgado, él era fiscal, con su trabajo ganó amigos y el doble de enemigos, eso era normal en esa clase de empleos, pero… su hija no pensó que se irían de esa manera y no la llevarían con ellos.

—Entonces, ¿tu hermana es tu única familia?— ladeó la cabeza.

—Realmente, ella es mi hermanastra, es hija de mis padres adoptivos los cuales cuidaron de mí después de la muerte de mis padres biológicos, ellos fueron sus amigos y como unos segundos padres para mí— respondió ella con tranquilidad.

—Eso explica el por qué ustedes dos lucen tan diferentes— susurró algo pensativo.

—Así es— el lugar había sido inundado por un silencio completamente incómodo —es tarde, lo mejor es que vuelva a casa— sonrió mientras se colocaba de pie.

—Sí, te acompaño— la siguió.

Al llegar a casa Adele pudo saber que lo que se preguntaba había recibido respuesta, pero… ¡Le generaban cada vez más y más preguntas! «¿Dónde había estado Joel en ese momento? Si es un niño… ¿Cómo podía salir?» Su cabeza comenzó a doler, no había tomado café hoy ¿Habrá sido eso? Mejor iría por una taza.

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