Asthon
Coloqué una mano sobre mi boca para no lanzar un gemido de horror, cuando vi una sombra de lobo convertirse en la silueta de un hombre de anchos hombros. Cerca se escuchó el disparó de un rifle y mi cuerpo se estremeció como una hoja en el viento. El terror que había en aquel sonido era el eco del sentimiento que se revolvía en mi interior. Malditos cabrones. Otra cosa más que echarle en cara al estúpido engreído de Caleb, hasta ese momento no había conocido el miedo auténtico. Cada minuto que transcurría era como una horrible pesadilla. Desde que escapé de la cabaña había que tenido que permanecer escondida, calada hasta los huesos y con mis perseguidores pisando mis talones. La silueta titubeó, pero no se detuvo. Se escuchó otro disparo y un gruñido gutural corto el aire frío de la tarde. Esta vez, la silueta no lo dudó. Cuando estuvo más cerca, pude reconocer en su semblante el de un lobo en el fragor de la lucha, la cara ligeramente deAsthonLa cueva se había sumergido en un profundo silencio, ese silencio pesado que se puede sentir después de una batalla. Sentía la frente perlada de sudor y la garganta seca, como si no hubiese bebido agua durante días. A duras penas podía entender lo que ocurría y de no haber sido por el desconocido que me tomó del brazo, me habría quedado allí paralizada sudando, calada hasta los huesos y reprimiendo los incesantes deseos de vomitar.Caleb meneó la cabeza. Levantó la mano hacia el desconocido y luego la dejó caer sobre su vientre.—¿Puedes hacer algo? —Le pregunté con urgencia al ver como la sangre continuaba fluyendo. Apartando la sensación de estar dentro de un sueño.—Eso creo. Ayúdame a girarlo. —Paso su mano por debajo de su cabeza. —Soy Ziú, a propósito, el mejor amigo
AsthonCaleb, se encontraba perfectamente bien, fuera lo que fuera que había hecho, estaba segura de que estaba dando resultado. Ziú prendió una hoguera en el centro y se sentó junto a Caleb que a pesar de mis ojos en blanco se había acomodado a mi lado y me traspasaba con la mirada, siempre de arriba abajo, con descaro, y no disimulaba cuánto le gustaba lo que veía. Y yo no podía hacer otra cosa que sonrojarme por su osadía. De no ser porque aún estaba convaleciente, lo habría puesto en su lugar de inmediato.Me bastaba con mirarlo para que mi mente entrara en un año sabático instantáneo. Nunca había conocido a un hombre tan irremediablemente posesivo.Hacía aflorar lo peor en mi, hundiéndome en un nivel tan primitivo y animal como el suyo. Luego de haber despertado, comenzó a comportarse como si fuese de su propiedad, bajo el pretexto de que intentaba protegerme. Por lo que quería lanzarme sobre él y darle de puñetazos. 
CalebMuy cerca, marchaba agazapado en la oscuridad un escuadrón de 30 draugers hambrientos. Avanzaban en silencio a través de la niebla. Empuñando dagas de plata ancestrales. Con ojos atentos y músculos tensos. Algo recorrió mi cuerpo al reconocer el cabello corto de quien los guiaba.Nicolas Drago.Qué malnacido. No sabía porqué la buscaban, pero algo me decía que el motivo no era que Asthon fuera aparentemente la última de su especie, debía haber algo más, ¿pero qué? ¿Por qué era tan importante para todos tenerla? Desde que Asthon había puesto un pie en Yorkshire podía apostar que no era el único que se había dedicado a merodear en su búsqueda, sin embargo esto ya era sorprendente.Nicolas Drago era uno de los draugers antiguos, con el poder de controlar mentalmente no sólo a los mortales, si no a otros seres oscuros. Una sola gota de su sangre podía salvar a cualquiera de la muerte y podía entrar en cualquier me
AsthonNo podía decir que estuviera inconsciente, aunque por un corto periodo de tiempo , no tuve conciencia de lo que ocurría. Me «desperté», por así decirlo, al tropezar con una roca en la oscuridad, luego que Caleb me pidió correr sin mirar atrás cuando aquellas bestias de rostro humano llegaron en cuestión de minutos. Resbalé y me detuve en la hierba húmeda.Olfateé el aire. El fuerte aroma al bosque cuando estaba pronto a amanecer y un suave perfume de florecitas que provenía de una mata a mis pies.Me toqué la cabeza. No había dolor, ni una gran cantidad de sangre. Por lo tanto, era seguro que no me había golpeado la cabeza contra una roca como creí en un primer momento.Aunque si tenía el rostro magullado por las ramas de los abedules se me habían clavado en el pelo y me
CalebEl gritó desesperado estremeció el bosque. Dejé caer el cuerpo del drauger sin vida junto al de su compañero y corrí en dirección a donde provenía el alarido agonizante.Cuando llegué a lugar contemplé horrorizado que Nicolas estaba sobre Asthon con los colmillos clavados en su cuello. Había tomado su nuca para poder beber mejor y se encontraba extasiado, ajeno a todo lo que lo rodeaba.La furia me envolvió cuando comprendí lo que estaban haciendo aquellas bestias ladinas que nos habían dispersado, nos estaban distrayendo.Rugí, el sonido retumbó a través del bosque, luego rajé con mis garras los troncos de los robles, hendiéndolo en toda su longitud. Después clave mis garras en la espalda del maldito cerdo y se lo quité de encima de un solo golpe.Tom&eacut
CalebTodo se movía a mi alrededor de forma vertiginosa.—No pudo contralarse, es evidente que de no haber llegado la habrías encontrado seca —dijo Ziú apresurándose a ayudar a Víctor con su trabajo.—No —contesté a secas.Mi corazón dio un vuelco, de haber llegado unos cuantos minutos tarde, probablemente estaría muerta.—¿Crees que por alguna razón en especial? — Víctor me miró de reojo. La pregunta tenía varias intenciones.—No lo sé, evité comportarme como un carroñero que simplemente toma lo que quiere.Víctor permaneció mirándome un buen rato. Intentaba averiguar hasta donde había sentido algo especial con ella. Pero me mantuve sereno e impertérrito. No la había tomado, no quería ponerla en riesgo por no poder controlar mis impulsos animales. No sabía si era mortal de forma parcial.—No sigas torturándote, Caleb, entonces. No ha sido más que un desafo
—No podemos hablar con Elman. Estoy seguro que él también tiene intenciones ocultas, cuando Asthon abrió el portal. Vimos a Kay y Freya llegando al lugar donde fuimos atacados. —Contesté con urgencia.—Es posible, pero podemos protegerla, aún de su ambición. No me cabe la menor duda de que también la busca, si Asthon es en parte celestial su sangre puede ser la clave de todo.—¿Eso que quiere decir? —Preguntó Ziú.—Una sola gota de su sangre puede curar en instantes las heridas, su poder de regeneración supera en gran medida a la de los licántropos. —Tenía mucho sentido, su piel estaba casi tersa nuevamente. —Pero eso es lo menos sorprendente, su sangre puede ser la semilla para crear cualquier raza de seres oscuros, aumentar sus habilidades, curarlos de sus dolencias como la sensibilidad a la luz del sol y brindarle habilidades mágicas. En pocas palabras, Asthon puede ser la clave para proteger el orden y el equilibrio o puede s
Asthon—Despierta, cariño.Parpadeé ante el susurro dulce en mi oído. Aunque no había manera de saber cuánto tiempo había pasado, un viento helado me corto la piel de las mejillas y la noche había llegado. Me incorporé suavemente y observé a la mujer que se encontraba parada junto a mi, esperando a que despertara.Era realmente hermosa y blanca como la nieve. Me miró con dulzura y señaló algo en la distancia.—Ya casi has llegado. El final de tu viaje —dijo estirando el brazo hasta dos monolitos de roca que se encontraban sobre una colina. —Penrhos Feilw. El portal que une los tiempos. Debes llegar allí para cumplir tu destino.Solo veía las estrellas sobre mí, pero el sonido familiar del viento meciendo las copas de los árboles y agitando suavemente los arbustos me d