Caleb
Todo se movía a mi alrededor de forma vertiginosa. —No pudo contralarse, es evidente que de no haber llegado la habrías encontrado seca —dijo Ziú apresurándose a ayudar a Víctor con su trabajo. —No —contesté a secas. Mi corazón dio un vuelco, de haber llegado unos cuantos minutos tarde, probablemente estaría muerta. —¿Crees que por alguna razón en especial? — Víctor me miró de reojo. La pregunta tenía varias intenciones. —No lo sé, evité comportarme como un carroñero que simplemente toma lo que quiere. Víctor permaneció mirándome un buen rato. Intentaba averiguar hasta donde había sentido algo especial con ella. Pero me mantuve sereno e impertérrito. No la había tomado, no quería ponerla en riesgo por no poder controlar mis impulsos animales. No sabía si era mortal de forma parcial. —No sigas torturándote, Caleb, entonces. No ha sido más que un desafo—No podemos hablar con Elman. Estoy seguro que él también tiene intenciones ocultas, cuando Asthon abrió el portal. Vimos a Kay y Freya llegando al lugar donde fuimos atacados. —Contesté con urgencia.—Es posible, pero podemos protegerla, aún de su ambición. No me cabe la menor duda de que también la busca, si Asthon es en parte celestial su sangre puede ser la clave de todo.—¿Eso que quiere decir? —Preguntó Ziú.—Una sola gota de su sangre puede curar en instantes las heridas, su poder de regeneración supera en gran medida a la de los licántropos. —Tenía mucho sentido, su piel estaba casi tersa nuevamente. —Pero eso es lo menos sorprendente, su sangre puede ser la semilla para crear cualquier raza de seres oscuros, aumentar sus habilidades, curarlos de sus dolencias como la sensibilidad a la luz del sol y brindarle habilidades mágicas. En pocas palabras, Asthon puede ser la clave para proteger el orden y el equilibrio o puede s
Asthon—Despierta, cariño.Parpadeé ante el susurro dulce en mi oído. Aunque no había manera de saber cuánto tiempo había pasado, un viento helado me corto la piel de las mejillas y la noche había llegado. Me incorporé suavemente y observé a la mujer que se encontraba parada junto a mi, esperando a que despertara.Era realmente hermosa y blanca como la nieve. Me miró con dulzura y señaló algo en la distancia.—Ya casi has llegado. El final de tu viaje —dijo estirando el brazo hasta dos monolitos de roca que se encontraban sobre una colina. —Penrhos Feilw. El portal que une los tiempos. Debes llegar allí para cumplir tu destino.Solo veía las estrellas sobre mí, pero el sonido familiar del viento meciendo las copas de los árboles y agitando suavemente los arbustos me d
Caleb—¡Esa pequeña y terca bruja! —Gemí, dejando salir por fin mi frustración luego de tirarme sobre una cama cómoda por fin. ¿Por qué me costaba tanto separarme de ella? ¿Y, jodidamente, por qué mantenerla a salvo era una completa odisea?Mientras me restregaba el rostro frustrado, Ziú apareció con una toalla envuelta en su cintura.—¿Entonces estas desesperado por volver a verla? —Alzó la cejas de modo cómplice.—¿Qué quieres, Ziú? ¿Por qué estás tan interesado en que reclamé a la chica?—Bueno, creo que para nadie es un secreto que entre ustedes hay algo. Nos arriesgamos para ir a buscarla en primer lugar porque insistías en que habías soñado con ella y no puedes negar que te mueres por
AsthonHoras más tarde, aún estaba despierta, más hambrienta que nunca y ahora temblorosa. Creí que sería fácil encontrar un refugio o alguien que me llevase, pero evidentemente estábamos más lejos de la sociedad de lo que esperaba, había caminado por horas sin encontrar una sola carretera. Lo único que lograba ver eran caminos escarpados, árboles y arbustos.Aunque fuera abyectamente miserable, pensaba que podría dormir al cobijo de un tronco caído junto a una enorme roca que formando una especie de cueva, que hacía las veces de refugio, todo era oscuridad hasta donde podía ver. Había tapado la improvisada entrada con helechos, sin embargo eso no me daba seguridad.—Ven a mí —escuché desde la distancia y mi corazón se detuvo durante un corto instante.Me puse en cuclillas enseguida, levanté la capa de helechos que cubría la entrada y observé, entrecerrando los ojos a las sombras. En la oscuridad a unos cuantos metros, c
CalebUn año antes: Whitches WoodUna suave brisa me proporciono el suficiente alivio para intentar nuevamente escapar de allí. Eso y saber que mi hermana se sentía cada más débil. En su interior crecía una vida que mi padre había llamado abominación. Pero que podía saber el ser más cruel que he conocido.—Lo siento mucho, Caleb. Te juro que no quería que acabáramos así. Es todo mi culpa, no debería haberte pedido ayuda.Apreté los dientes mientras caía hacia atrás después de otro intento fallido de levantarme y tomar la rama de donde pendía mi cuerpo semidesnudo. Me dolían los brazos por el esfuerzo de soportar el peso de mi cuerpo únicamente por las muñecas. Cada vez que estaba a punto de conseguir alzarme hasta la rama que tenía por encima de la cabeza, escuchaba los sonidos roncos y ahogados que provenían de diversos puntos del bosque devolviéndome a mi posición original: colgado de la rama del árbol y sin esperanzas.I
AsthonNo era una especie de metáfora; necesitaba un hombre. Desesperadamente y cuanto antes. Alguien que me sacara de mi aburrida y monótona vida. Muchos dirían que no podía encontrar en alguien más lo que estaba en mi interior. Pero a ellos, yo les diría: ¡Qué se jodan! Todas esas personas no sabían lo que era pasar toda tu vida sola. Pero sobre todo, no entendían lo que era estar en un viaje de parejas sola como un hongo.A falta de eso, me conformaría con un chocolate que probablemente me llenaría de granos. «Dios, cómo detestaba mi vida en cada una de sus facetas —eché la cabeza hacia atrás agotada —. Ya ni siquiera podía tomar decisiones decentes que no me llevarán al completo ridículo.»Mi mirada se paseó por el concurrido interior del autocar del viaje organizado al que me había convencido de ir mi amiga, Santana. Claro que ella había olvidado mencionar que era para parejas, por lo que me encontré sola en medio de un festival d
AsthonEl autocar se detuvo con una brusca sacudida que hizo que saliera disparada hacia delante. Mi boca chocó con el marco metálico del asiento que tenía delante. Por lo que lancé una mirada airada al apuesto, pero nada brillante novio de mi amiga que reía entre dientes y me pregunté cómo era posible que todas las personas que estaban a mi alrededor fuesen capaces de prever el momento en que tendría lugar una parada súbita, mientras yo nunca podía hacerlo. De hecho dudaba que tuviese el instinto básico de supervivencia. Saqué del bolso su estuche de maquillaje y, como era de esperar, vi que mi labio inferior ya había empezado a hincharse.«Bueno, eso tal vez atraerá a un hombre», pensé mientras hacía que el labio sobresaliera todavía un poquito más antes de seguir obedientemente a Santana y Kellan que parecían no poder despegarse mientras se movían por la estrecha salida.¿Puede que a los hombres les gustasen los labios carnosos?—¿Se te ha v
Asthon—Estás muy sola, caperucita —murmuró suavemente un hombre más cerca de lo necesario.Me sobresaltó su tono grave y la frialdad de su voz.Cuando me di la vuelta lo vi sentado en una roca a escasa distancia de donde me encontraba con una sonrisa ladeada y una mirada azul eléctrica. Llevaba una chaqueta de cuero negra que se ajustaba en sus brazos, era alto y evidentemente fuerte. ¿Podía decir que aceleraba mi corazón? Definitivamente sí, aunque no estaba segura que de la manera que deseaba.—Yo… no estoy sola —Dije tratando de no mostrar el terror que comenzaba a recorrer mi espina dorsal. —Mi grupo esta muy cerca de aquí.—¿De verdad? —Se burló —. Que extraño, yo no veo a nadie. Solamente a ti… —Se levantó y caminó lentamente hacia mí.Yo también me levante con cautela, rogándole a mis músculos agarrotados que respondieran cuanto antes. El extraño me miró con curiosidad, recorriéndome una y otra vez con la mirada.