Quedaba muy poco para el comienzo del Adviento y Esperanza era la encargada de preparar el primero de los actos.

La mujer fue al jardín de los deseos a ver si estaba todo listo para el domingo y así era.

Estaban los rosales y también el árbol de la esperanza. Estaban ultimando los candelabros y ya habían traído todo lo necesario para la exhibición de floriescultura, así que se quedó mucho más tranquila.

Había llegado una caja con adornos del mundo y tan solo quedaba el espectáculo final, que ultimaría por la mañana.

La chica se puso a escribir lo que quería hacer durante todos los días, pero en un momento dado se puso a redactar una carta para el árbol de la esperanza, donde ponía lo siguiente:

 "Estoy perdiendo la esperanza y me siento desolada.

Necesito que si me arriesgo, y sigo lo que mi corazón me dice, no me equivoque.

Si me decido por Deseo, quiero que me salga bien y que me trate como me merezco, pudiendo ser feliz y vivir ese amor al que yo aspiro.

Si tengo algo de esperanza en el amor es en parte por él, ya que me ha demostrado que me quiere y me ama de verdad, pero tengo miedo de que sea un sueño y cuando despierte no sea la cosa así.

No quiero nada especial ni busco un Superman o un príncipe azul, solo busco alguien normal que me comprenda, me respete, hable conmigo y sea mi apoyo en las buenas y en las malas.

Así siento que es Deseo y, aunque nunca he pedido nada especial, esta vez sí quiero que salga bien y pueda hacer feliz a alguien y él me lo haga a mí y percibo que él me hará muy dichosa".

Al terminar la carta, y apoyarla en el suelo, esta voló, yéndose a depositar en el buzón de Papá Noel, por lo que pensó que era una señal del destino.

Se fue a su casa y ahí la estaba esperando un ramo de flores con una nota, en la que estaba escrito: "Queridísima Esperanza, espero que ayer disfrutaras del menú y hoy todo salga mejor de lo que sueñas".

La mujer se puso a llorar, se sentía muy tonta, pues nunca nadie había hecho tanto por ella.

La verdad es que su amigo nunca dejaba de sorprenderle.

No había dormido prácticamente nada dejando todo listo para la ceremonia de las velas.

Era uno de los días más esperados por Esperanza, pero este año especialmente ya había sido difícil para ella y ahora podría hacer algo que le gustaba, motivaba y se podía olvidar un poco de los problemas.

Ese año le tocaba dar el discurso, al principio tenía pensado hablar de la Navidad, de lo que más le gustaba a ella y de que era su época favorita, pero en el último momento, cambió el recital, a parte por todo lo que había vivido, por los detalles y el apoyo recibido por su mejor y más especial amigo, el cual le estaba enamorando, a pesar de que luchaba contra ello con todas las fuerzas, ya que no quería que esa amistad se perdiera, pero le había conseguido conquistar al final.

El discurso iba a tener distintas partes, dedicadas al amor, la familia, la amistad, la ilusión y la esperanza, pero al mismo tiempo, todas iban a estar enlazadas. Le costó escribirlo, pero al final le quedó perfecto y le encantó.

Se puso su mejor vestido, se arregló el pelo, se puso los complementos a juego y bajo para ir con su padre al Jardín de los Deseos.

Estuvo a punto de cambiar el escrito y leer el que había hecho en un primer momento, pero por fin decidió leer el último.

Cuando llegaron, ya estaba casi todo el pueblo y estaba a punto de empezar la exhibición de floriescultura con dos expertos. Se le acercó Sergio a saludarles y a desearles suerte.

Se volvió a releer el discurso y en ese momento recibió un mensaje muy especial: "No estoy a tu lado físicamente, pero veré todo en streaming y lo estaré comentando. Estate muy tranquila y sé que lo vas a hacer muy bien. Tú puedes, campeona".

Esperanza le contestó: "Aunque no es lo mismo, gracias por tu apoyo y ánimos, siempre consigues sacarme una sonrisa y hacer que me sienta muy segura, la verdad. Te adoro, eres todo un amor".

Su amigo le respondió: "Yo también te adoro y tú eres mucho más un amor, guapísima".

Empezó la exhibición de floriescultura. Hicieron un trineo con renos, una gran estrella y un enorme corazón. Durante la exhibición, sonaron villancicos de distintos estilos.

Cuando esta terminó, empezó a sonar el villancico "Gloria" y comenzaron a entrar los niños con las velas, mientras se abría una gran bola de Navidad de la que salieron un montón de globos de colores.

Pusieron las velas en los candelabros y empezaron a sonar las palabras esperanza, ilusión, fe, familia, amistad, agradecimiento y amor.

Mágicamente, mientras se pronunciaban las palabras, se encendían las velas.

Ahora le tocaba a Esperanza hablar y empezó diciendo: «Antes de mi discurso falta una palabra y esa palabra es PAZ».

Después de decir esto, pulso un botón que había en el atril y mientras sonaba la canción "Imagine" se abrió la otra bola de Navidad y empezaron a salir palomas y tórtolas representando la paz.

Después de esto empezó a leer su discurso:

»Este año no voy a decir lo mucho que me gusta la Navidad, ya que eso todos lo sabéis ni que me vuelvo niña por estas fechas.

Quiero dedicar este sermón a mi familia, por los malos momentos que hemos vivido este año y para alguien muy especial. Él sabe quién es, ha estado apoyándome en todo momento y me ha demostrado ser un amigo de verdad y me ha enseñado el verdadero significado del amor.

La familia es lo más importante, son las personas que siempre están con nosotros cuando les necesitamos y al final son con las que podemos contar. Pero la familia no solo es de sangre, sino también son esas personas que nos vamos encontrando en nuestro camino y que gracias a su apoyo y ayuda, son más que nuestra familia.

Nunca perdí la esperanza y hoy estoy aquí leyendo esta conferencia, aunque hubo momentos en que pensé que no podría hacerlo, pero alguien me dijo que no perdiera la fe ni la ilusión.

La verdad es que este día, para mí es muy emocionante, al igual que los días previos a la Navidad, pero si este año todo esto ha sido posible, se lo debo a alguien, que, aunque no está aquí en persona, me consta que lo está viendo en directo.

Él sabe quién es y tan sólo le puedo decir gracias.

Él es un grandísimo amigo que ha estado a mi lado en los buenos y en los malos momentos, me ha hecho darme cuenta que siempre debo ser yo misma y cuando yo no me veía capaz de hacer todo esto, me ha hecho creer que sí podía y efectivamente así lo ha sido, por lo que aquí estoy dando este discurso, donde sabes que tú estás muy presente.

A parte de todo lo anterior, también me ha enseñado el verdadero concepto del amor. Me ha enseñado que amar es entregarse generosamente, es dar un pedazo de tu corazón y de tu alma a la otra persona sin saber si va a ser correspondido, si va a ser para siempre, pero dando lo mejor de ti y haciendo que el otro tenga la sensación de que vive en un sueño permanente.

Eso es en lo que me has instruido, ya que es lo que me has dado.

Ahora que comience el show final".

Mientras hablaba, se iban proyectando los mensajes de la gente y había uno de Deseo que decía: "Yo no he hecho nada, todo lo has realizado tú, lo único que he realizado es que creyeras en ti y sacaras todo lo que llevas dentro".

Ese mensaje le hizo muchísima ilusión a Esperanza, la verdad.

De repente, empezó a sonar "La Magia de la Navidad" y se empezó a iluminar el árbol de la ilusión con miles de luces navideñas.

Seguidamente, el rosal empezó a levantarse y salió el buzón de Papá Noel.

Como fin de fiesta, hubo un espectáculo piromusical.

Así acabó la ceremonia de las velas, dando el pistoletazo de salida a las actividades navideñas.

Todo el mundo quedó maravillado y le felicitaron fervientemente, pero todavía quedaba una sorpresa para Esperanza, la magia de las velas iba a hacer su efecto especialmente para ella.

Entre los candelabros salió una imagen holográfica de su amigo con el siguiente mensaje:

"Enhorabuena, sabía más que de sobra que podrías y te saldría bien y así ha sido.

No me puedo creer que me digas que lo has hecho gracias a mí, cuando el mérito es totalmente tuyo.

Eres una artista y no solo por estas cosas, sino también por la forma en que afrontas la vida con confianza, seguridad y dando todo lo que puedes e incluso, en algunas ocasiones, más. Ojalá me dieras la oportunidad de disfrutar cada día de tu arte.

No sabía exactamente lo que estaba buscando, hasta que te encontré.

Si te quiero tanto es porque, sin querer cambiar nada, lo has transformado todo, sacando lo mejor de mí.

Estoy deseando ver todo lo que has preparado, pues seguro que son bellísimas. Siempre estaré enviándote mis fuerzas cuando desfallezcas.

Eres una bellísima persona y toda una campeona".

Su amiga se refugió en los brazos de su madre, llorando de la emoción que le había provocado esa sorpresa.

Había sido una ceremonia mágica que había encantado a todo el mundo, pero especialmente a Esperanza.