Capítulo 1

«Laila»

Ya me había acostumbrado al roce de las frías manos de mi madre por las mañanas, como siempre corría las cortinas dejando que los tibios rayos del sol invadieran mi habitación iluminando cada rincón y haciendo que me removiera bajo las sabanas, Lara era la mujer más hermosa de este mundo, era un deleite mirarla, hasta para mí que había nacido de su vientre.

—Arriba mi pequeña, se hace tarde para la escuela —dijo Lara mirándome con ternura, algo que me causaba un poco de malestar, las muestra de afecto no son mis favoritas.

— ¿Joshua ya despertó? —Pregunte sentándome sobre la cama.

Mama sonrió nuevamente pero ahora con una sonrisa cómplice eso solo significaba que Joshua seguía dormido y que hoy era mi oportunidad de entrar primero al baño, por lo único que odio esta casa es por eso, solo un baño para los dos. Salí haciendo alarde de mis agilidades como mitad vampiro y en un abrir y cerrar de ojos estuve dentro, subí las manos en señal de victoria y luego escuche las quejas de Joshua detrás de la puerta.

—Laila como te demores, te juro —dijo mi hermano pero no lo deje terminar.

—Sí, sí, si ahora te aguantas hermanito —dije con una sonrisa triunfal.

***

Joshua y yo bajamos juntos a desayunar, nos sentamos en las sillas giratorias que están en la barra del desayunador mientras esperábamos expectante el desayuno que mi padre había preparado.

— ¿En serio papá? —dije mirando mi plato. —Avena de nuevo —Lo mire con repugnancia.

—Tu madre me dejo a cargo por quinta vez, es lo que me sale mejor —me miro dulcemente con aquellos ojos gatunos que bueno no puedo negarlo son hermosos.

Volqué los ojos y mire a Joshua que ya devoraba su plato de avena, me miro con el ceño fruncido sé que seguía enojado porque le quite su turno en el baño, el maduro Joshua Wiltipire por lo más mínimo parece de 5 años.

— ¿Y cómo les fue anoche? —soltó Joseph de repente.

Deje la cuchara a medio camino de mi boca, puse los ojos en blanco y mire a Joshua con ojos entrecerrados, los ojos de mi padre habían oscurecido, si realmente estaba enojado.

—Todo es culpa de él —dije llevándome una cucharada de avena a la boca y señalando a mi hermano que me miraba con sorpresa, le reste importancia y puse mi atención en el asqueroso plato de avena en serio tenía hambre.                                                                              

—Una semana sin salidas —dijo mi padre con seriedad a lo que yo reí, por lo bajo.

Tome mi mochila y salí disparada antes de escuchar el bola bla bla de mi hermano, por ser una hermana, con poco sentido de lealtad, se lo había advertido y por lo de salir no me importa yo soy poco sociable, en cambio mi hermanito es uno de los más populares de Progress Hight School, eso significa que el chico es fiesta y mujeres típico, para mi esta semana seria de lo más normal, para Joshua seria catastrófica.

***

Joshua no me dirigió, la palabra en todo el camino a la escuela, miraba con las cejas cruzadas el camino y de vez en cuando apretaba con fuerza el volante, odiaba hacerlo enojar pero no podía cargar con la culpa de sus estupideces y él ya me conocía de sobra, era confiable solo cuando las cosas eran más que beneficiosas para mí.

—Sigue así y tendrás que comprar un nuevo —dije con sarcasmo. Apretó la mandíbula y solo escuche un bufido de su parte, mi pobre hermano esta que explota como una piñata en cumpleaños.

—Debiste apoyarme, no hundirme Laila —dijo cuando al fin se dignó a hablarme.

—Te lo advertí Josh —dije con frialdad.

Llegamos a nuestra amada escuela <<si claro>>, Joshua se aparcó en el lugar de siempre y Matt esperaba por el recargado sobre su coche, lo ojos grises del mejor amigo de mi hermano chocaron con los míos, en cuanto me baje de la camioneta, pero antes de que pudiese decir algo, yo me aleje de los dos adentrándome entre el mar de estudiantes.

— ¡Laila!—vocifero Becka con entusiasmo en cuanto tropecé con ella en el pasillo, ella es mi mejor y única amiga.

—Hola Becka —dije alzando las cejas y regalándole una muy corta pero significativa sonrisa a mi amiga.

Ella se engancho de mi brazo y caminamos juntas a nuestros respectivos casilleros, mi amiga hablaba de cosas que en verdad eran de poco interés para mí, primero de su muy arrogante y mal parido novio Alan que como pueden ver no es santo de mi devoción y luego de su ascenso a capitana del equipo de porristas

—Me puse histérica cuando sacaron mi nombre de aquella caja azul —dice recostando su espalda sobre su casillero y aferrando los libros a su pecho de forma extraña.

Yo terminaba de sacar algunos libros del mío y pensaba ¿Cuándo fue que cometí el error de hacerme amiga de la sin cerebro de Becka?, ah si ya recuerdo Joshua me obligo cuando fueron novios y después de aquello no pude quitármela de encima, al final termine tomándole cariño y me encantaba molestar a mi hermano con su sola presencia en casa.                                                                      

— ¿Iras a la fiesta de Daniel el viernes por la noche? —sus ojos suplicaban un si.

—Estoy castiga —resople —Joshua sus idioteces y una larga historia.

Nuestro primer martirio, digo materia del día es biología con el maestro Rochester un regordete calvo, de mediana estatura y con una actitud muy desagradable. Beck y yo siempre nos sentamos juntas en casi todas las clases  excepto química que se sienta con Aarón Bel el nerd de la escuela el único que se arriesga a sentarse con ella en dicha materia, nos acomodamos en nuestros bancos y esperamos unos diez minutos a que el susodicho apareciese.

—Buen día Jóvenes, antes de iniciar la clase necesito toda su atención —dijo el regordete subiendo sus anchos pantalones y recargándose sobre su escritorio —quiero que recuerden que sus padres deben firmar el permiso para la excursión de la próxima semana al museo de Washington.

Bufidos, resoplidos, quejas y un gran murmullo se escucho en toda el aula, ese viaje no es del agrado de todos y mucho menos el mío.

—Silencio— dijo Rochester exaltado. —recuerden que es obligatorio y que vale la mitad de la nota del semestre.

En verdad que nos quiere hacer la vida imposible. Un silencio sepulcral invadió todo el lugar y una sonrisa de satisfacción se pintó en la cara del inepto maestro, dándose por ganador en esta ocasión y comenzando a impartir su aburrida clase.

Después de una hora escuchando las absurdas teorías de Rochester al fin había llegado el cambio de hora, Becka no tendría la próxima clase conmigo, pero eso no impedía que me fastidiara antes de que cada quien tomar su camino.

— ¿Ya viste a los nuevos? —dijo Beck mirando hacia algún lugar frente a ella, que yo no podía ver porque estaba de espalda.

Los ojos negros de uno de los chicos me hizo estremecer, cuando me di la vuelta para observar ¿Por qué mi amiga estaba tan sorprendida?, su pelo castaño alborotado y su suéter en color azul oscuro ajustado le dan un aire de chico malo, esperen un momento, ¿estoy admirando al chico?, imposible Laila Scott aterriza de una buena vez, me dije a mi misma.

— ¿Quiénes son? —dije desviando la mirada de aquel chico que no dejaba la mía y volviéndome hacia mi casillero.                                                                         

—Son los Bommer… —me susurro Becka, todavía con los ojos puestos en ellos. —según escuche vienen de Inglaterra. —Se volvió hacia mí, sé que buscaba ver alguna expresión positiva de mi parte.

—Que bien —dije cerrando de golpe mi casillero y restando importancia a los nuevos. —nos vemos en el almuerzo.

«Joshua»

—Solo a ti se te ocurre llevar a tu hermana Josh —dice Matt mientras hacíamos la fila para el almuerzo.

—Pensé que no abriría su gran bocota y me cubriría, Laila es una cajita de sorpresas ——dije tomando lo último que comería y caminando hacia nuestra mesa.

—Entonces ¿no asistirás a la fiesta de Daniel? —dijo mi amigo expectante.

Lo mire con una ceja alzada y una sonrisa maliciosa se formó en mi rostro, Laila me fastidio las cosas con papa y la haré pagarme de alguna forma su atrevimiento y falta de lealtad hacia mí.

—Digamos que —hice silencio por un momento. —Por nada del mundo me perderé esa fiesta —chocamos nuestras manos como siempre cuando tengo una brillante idea, Matt sabe que tengo un plan y que el mismo tiene nombre y apellido Laila Wiltipire.

—Esperando por mí —dijo mi hermana con su típico humor negro y tomando la manzana de mí bandeja.

Los dos nos quedamos en silencio, mientras ella y su mejor amiga Becka se sentaron en la mesa con nosotros. Mis ojos se posaron en una mesa en particular la de los nuevos, esos chicos son muy extraños y sombríos, uno de ellos miraba de forma extraña a mi hermana sus ojos negros estaban clavados en ella quien estaba inocente de lo que pasaba, Laila podrá ser rara, fría y poco leal pero es mi sangre y no permitiré que nadie la lastime.

—Josh, Joshua, Josh —dice mi hermana dando unas palmaditas sobre la mesa para llamar mi atención.

— ¿Qué pasa? —dije un poco fuera de lugar.                                                                            

—Eso me pregunto, ¿Por qué ves de esa manera a los nuevos?, ¿pasa algo Joshua? —dijo mirándome de manera extraña, podría decir que preocupada, luego dio una mordida a la que ahora es su manzana y miro al chico de la otra mesa que seguía con sus ojos clavados en ella.

—No pasa nada —dije frió y cortante.

Laila alzo los hombros como siempre restándole importancia a todo y poniendo cara dura, se sumó a la animada conversación que sostenían Matt y Becka sobre la fiesta del viernes, yo seguía observando en silencio a los Bommer que no sé porque su presencia en Progress provocaba en mí una sensación extraña, podría decir que tenía un mal presentimiento.

«Laila»

Espere a Joshua en el estacionamiento una media hora, sé que su demora era a propósito pero para su mala suerte su actitud me tiene sin el más mínimo cuidado, mi hermano aun no entendía que una maldad para mí, era una maldad para sí mismo, en pocas palabras me importa una m****a su actitud.

— ¿Esperas por mí? —dijo con una sonrisa de burla.

—Deja tu estupidez y larguémonos de aquí—dije poniendo mis labios en una dura línea.

Yo rodee la camioneta para subirme de lado del copiloto, pero antes de poder hacerlo escuche un fuerte grito, mire a mi hermano con cara de espanto y luego se escuchó un sonido más ahogado, Joshua que ya se había subido a la camioneta salió de ella, Matt caminaba hacia nosotros, de forma impaciente.

—Viene de los vestidores—dijo en cuanto estuvo frente a nosotros.

—Quédate aquí Laila —dijo mi hermano mirándome con seriedad.

Los dos corrieron de manera normal, aunque la escuela está prácticamente vacía debemos ser los tres muy cuidadosos, como siempre no pude hacer lo que Joshua me dijo y en cuanto los dos estuvieron a distancia, les seguí. Me adentre despacio a los vestidores, pero por ningún lado veía rastros de mi hermano o Matt, hasta que escuches sus voces detrás de una puerta en cristal ahumado.

—No la asustemos con esto Matt, Laila puede mostrarse fuerte ante algunas cosas, pero esto la espantara —dijo mi hermano, se escuchaba preocupado.                                                                             

Abrí de golpe la puerta, dejando al descubierto una macabra escena, frente a mis ojos había una chica semi-desnuda en un charco de sangre, Joshua y Matt estaban inclinados junto al cuerpo al parecer lo inspeccionaban.

— ¿Qué paso aquí? —dije con la voz cortada y con los ojos desencajados.

—Fue mordida Laila —Matt ladeo la cabeza de la chica a un lado para mostrarme los orificios, casi vomito en el acto.

Joshua en ese momento se acercó a mí y sostenía sobre sus manos un papel, al parecer con una nota, me abrazo por los hombros y me sujeto fuerte, me extendió el papel que tenía en su mano.

INICIA EL JUEGO HERMANITOS WILTIPIRE

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