Parte 2

Al día siguiente… 

Me puse en marcha de una vez para saber en la m****a en que me metí. Toda la información del que me dejó el sujeto era tan real como para no haberlo creído a simple vista. La colonia en específico se llamaba “Parajes de San Miguel “.

Era una colonia de estilo muy urbana. Casi toda la gente que vive por ahí eran de clase humilde. Muy lejos de la ciudad y estaba más oeste del todo a sus alrededores. Al bajarme del camión (que por cierto el chófer tenía a alto volumen su música ranchera) me dedique a sentarme en una banca que estaba en medio de una plaza. Su casa estaba enfrente del parque. Era una casa de 2 pisos de alto, el color del local era de mostaza, mientras que los barandales eran de color negro. Los 2 tenían autos muy diferentes. El otro era de color plateado, y el otro un rojo tan pálido como la misma sangre. 

Esperaba impacientemente y sin levantar ninguna sospecha en el parque. Willy había entrado a su auto mientras se despedía de su familia. Al intentar de dar la vuelta para irse directamente a su trabajo él me vio ahí sentado como si nada. En ese día hacía mucho calor y uso un saco muy ligero. Llevaba unos pantalones oscuros con una camisa de color crema. Parecía el puto testigo de jehova en persona. En un momento paro su coche y se dirigió a mí. 

— Hola— me saca una especie de papel que decía “sale a la tarde“. — ¿todo bien?

Me hace un estúpido guiño y yo con gusto le contesto. 

— Todo bien. — guardo consigo el papel y lo guardo a mis bolsillos. 

Lentamente y con su ropa de albañil se retira sin levantar mucha sospecha. Así yo estaba solo esperando a que pasara algo muy importante. 

Habían sido exactamente las 10:30 de la mañana y era justo como lo había escrito ese hombre. Salieron los hijos para tomar el transporte para dirigirse a la preparatoria a estudiar. Después de las 11.30am la esposa se encargaba de limpiar todo el hogar. Enseguida se dedica a lavar la ropa y después empieza a regar las plantas. 

Entre las 12:30 a 13:00 pm ella se dedica a hacer un tipo de bailoterapia para todas las vecinas de la colonia. Al compás de la música el cuerpo tan bello de su esposa me generaba ciertos sentimientos tan profundos, era tan excitante a cortas palabras. Dedicaba todo su tiempo en tonificar sus glúteos, el abdomen y el resto que ustedes se pueden dar a la tarea de pensar.

Sin duda era una completa hermosura a mi parecer, pero mejor trataba de involucrarme más en el caso y no cometer cualquier idiotez sin arruinar el matrimonio de ese pobre infeliz. Aún me cabía las preguntas de… ¿Cómo ese pobre diablo consiguió a una mujer de esa talla? No tenía ni la menor idea. Pero lo mejor era en seguir adelante. 

Había terminado en dar la sesión de bailoterapia a toda la colonia y ella al final se dedicaba a darse un baño. A simple vista se podía deducir que iba a cualquier parte ya que era muy fácil de ver desde la posición donde yo estaba al ver delante de su ventana. Miraba a todos mis alrededores para no ser un pervertido, pero al terminar de ver a todos mis lados no había ni un solo detalle de una persona al estar en el parque. El sol estorbaba mi vista y utilizaba unas gafas y ya era muy fácil de distinguir completamente lo que pasaba en la casa. 

Al terminar de arreglarse como una simple muñequita tierna agarro su auto y se dirigió abrir cuidadosamente el barandal y ya estaba afuera de la calle. Al ver mi celular vi que eran las 3 de la maldita tarde y no tenía ningún auto para seguir de pie a la esposa. Pero por suerte estaba un taxi ahí parado leyendo el periódico. Toque ligeramente su puerta. Le indique que siguiera ese auto que estaba afuera y apunto de salir adelante. Él sujeto levanto su pulgar muy delgado y algo muy largo. Al siguiente escena nos dirigimos a seguir en marcha el automóvil por todas las calles. 

Sin duda estábamos fuera de casa y pasamos por varias partes que a mi parecer eran tan desconocidos y no tenía ni la perra idea de cuando se construyeron o de cómo eran sus nombres. Era un largo trayecto y al final del trayecto nos estacionamos en un restaurante que parecía de lujo. El nombre de dicho lugar era “los hermanos”. Al bajar del taxi le pagué una cantidad tan exagerada al taxista. Él puto sujeto hizo cara de “ni modo hay que cumplir con la tarifa” yo en realidad estaba tan molesto conmigo mismo y le di todo el dinero a ese pobre desgraciado.

Afuera del local había montones de luces amarillas por todo el lugar. La sucursal era de un color gris con tonalidad algo blanca en sus respectivas puertas y algunas paredes. 

Lo más sorprende de haber estado de éste lugar era de estar muy lejos de su casa y de toda la m****a en si. Pero la sospecha que tenía willy era tan real y no mentía después del todo. Me seguí adentrando al restaurante y pedí meticulosamente al camarero una botella de agua tan fresca para mi cuerpo. Al estar sentado en la mesa de vidrio y con unas velas aromáticas tan agradables y higiénicas vi a lo lejos a la esposa de willy, pero ella no estaba sola. Platicaba nada más y nada menos con él encargado del lugar. Parecían muy buenos amigos ya que duraron varios minutos hablando y hablando como si nunca tuviera fin.

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