Capítulo 1

En el mundo actual, en donde la hipocresía, la ignorancia  y en algunos casos la bondad es compatible con la sociedad actual, lamentablemente. ¿Y si todo no fuera así?, es decir, si las personas en realidad tuvieran un click automático de borrar sentimientos o personalidades, porque si fuera de ese modo, el mundo sería mucho mejor. Y las personas ya no sufrirán por los prejuicios, por las críticas sociales o por amor. Pero nos encontramos en un mundo donde el ser humano no puede ocultar sus sentimientos.

En las calles del centro de la ciudad abundaba un ambiente lluvioso por la mañana, miradas rectas y frías hacia sus destinos, quién sabe dónde; los automóviles resonando y tediosos a la vez que hacía una bienvenida de lunes por la mañana. Y pisadas que retumbaba en las calles, algunas de ritmo rápido o otras muy pasivas, en una de ellas era solitaria, desolada y un huérfano sentimiento de amargura, pero a la vez liberada. Caminaba por las calles mojadas, en dirección hacia un lugar que desde un principio no quería ir, por varias razones, pero la principal y la estrella de ellas, eran las miradas de disgusto y pena por aquella joven. Lamentablemente la joven no tuvo otra opción más que ir, ya que su falta en ese lugar ya era demasiado, exacto, ese lugar era el colegio.

Las caminatas se acercaban hacia aquel destino lúgubre y aburrido lugar, para ella. Y desde lejos podía visualizar personas que tenían el mismo uniforme de ella, los pasos se hicieron cada vez más lentos y por un segundo se le cruzó la idea de no entrar, pero no quería ver a su madre triste de nuevo. La joven entró por aquel pasillo sombrío, mientras que habian varios estudiantes parados hablando con sus amigos contando su fin de semana y al notar que la joven estaba caminando por el pasillo, hubo un silencio incómodo y un murmullo se estaba haciendo presente, unos la estaban ignorando, otros la estaban señalando indirectamente y otros colocando miradas como si vieran a un fantasma. Para la joven, el pasillo se le estaba haciendo que su destino era casi inalcanzable, y apresuró  su paso.

-¡Sara!. -Vino una voz por detrás de la joven.

La joven reconoció la voz y se dio media vuelta para confirmar si era la persona y desde lejos vio a una estudiante corriendo con una mano hacia arriba y una sonrisa plasmada en su rostro.

-Buenos días Naomi. -Dijo Sara.

-Hola. -Dijo mientras estaba recuperando el aliento. -¿Cómo estás?, ¿Estás mejor?

-Sí, estoy bien.

-Que bueno. Oye ¿has visto a Eilen?

-No. Acabo de llegar.

Sara y Naomi al llegar a la sala de clases, una voz a lo lejos se escuchó “Llegó”, los presentes de la sala llevaron sus vistas hacia Naomi y Sara, pero principalmente era la joven que había regresado a clases. Esta última bajo la la mirada hacia el suelo sintiéndose más incómoda y chasqueando los labios de forma molesta.

-Sara llegaste. -Con una sonrisa, Eilen empezó a acercarse hacia sus amigas. Al darse cuenta que aún las miraban, Eilen dijo.- Joder esto no es un espectaculo, hagan sus cosas. Y los demás dieron media vuelta y volvieron a su lugar.

-Que haces ruido en plena mañana. -Protesto Naomi.

-No tenía otra forma. -Sonriendo. -Ah, Hola Sara. ¿Cómo estás?.

-Estoy bien. -Y se fue en dirección hacia su asiento.

-¿Está enojada? .- Preguntó Eilen.

-Déjala tranquila. -Dijo un poco triste, a los segundos se escuchó el timbre que daba inicio a la clase. Los demás alumnos que estaban en la sala, al escuchar el timbre se fueron a sus respectivos asientos.

Durante el transcurso del día lluvioso y monótono. Sara ya se estaba acostumbrando en aquellas miradas y dedos apuntando hacia ella, ya que solo le quedaba aceptar su situación, pero a pesar de todo ese ambiente llamada agonía y un tedioso día de lunes,  estaba agradecida en parte, porque tenía a Naomi y Eilen a su lado, si no fuera por ellos, el desazón que ahuyentaba a Sara, no sabría que podría ocurrir en aquel lugar.

-¡Se va venir bueno!. -Dijo Eilen emocionado.

-¿Qué te ocurre?. -Dijo Naomi mientras comía un pedazo de pan con mermelada.

-¿Cómo que no sabes?. -Dijo decepcionado.-Se viene el aniversario de la escuela, tenemos que decidir qué actividad vamos a hacer, además ¡No van a ver clases!

-Ah es verdad, es el 20 aniversario del instituto. -Dijo Naomi.

-Exacto. Sara llegaste en el mejor momento. -Dijo Eilen.

-Supongo. -Mientras que se tomó un sorbo de su jugo natural.

-Claro, vamos a pasarla bien este aniversario, ¿verdad Sara?. -Dijo sonriendo. Mientras que Sara la miró y asintió con la cabeza.-¿Sara no quieres ir a mi casa después?, así celebramos tu regreso a clases. -Dijo sonriendo, lo que quería Naomi que al ver que Sara aun tenia sentimientos abrumados quiso hacer su esfuerzo como amiga en subirle el ánimo.

-¡oh! buena idea. -Dijo Eilen, apoyando la idea de Naomi.

-No es necesario hacer eso, además no es la gran cosa el que llegue aquí.

-No digas eso. -Dijo Naomi un poco triste.-Además para nosotros nos alegra que estés aquí.

-Tiene razón Naomi, y así te olvidas un poco de lo que está pasando.

-Gracias, pero...de verdad no tengo ganas de ir.

-Vamos Sa-

-Les dije que no, ¿Por qué no pueden entender? .-Sara interrumpió a Eilen, dejando un silencio incómodo. - Además hoy trabajo.  -De inmediato Sara se levantó, tomó sus cosas y se retiró disgustada

-Ah, entonces debe ser eso. -Dijo Eilen mientras miraba a Sara alejarse.

-¿A qué te refieres?. -Dijo Naomi mirando a Eilen.

-Definitivamente estaba enojada.

Naomi suspiro de forma molesta hacia Eilen, y empezó a tomar sus cosas.- Vamos ya está por empezar la otra clase.

El día Lunes de clases ya estaba dando fin y la lluvia ya había cesado en aquellos lugares que transcurría las personas y los estudiantes ya se dirigían a sus casas, otros se quedaron para los preparativos del aniversario del colegio. Mientras que Sara y Naomi ya habían salido de aquel lugar, caminando por las calles hasta que dieron una esquina. 

-¿No quieres que te vaya a dejar a tu trabajo?. -Preguntó Naomi.

-No te preocupes, voy a estar bien.

-Bueno. Entonces nos vemos mañana, ten cuidado. -Naomi hizo un gesto en la mano de forma para despedirse y se dio media vuelta.

-Sí. Otro día voy para tu casa. -Le dijo a Naomi, mientras que ella giró para verla, se le formó una gran sonrisa y con su mano derecha se despedía de Sara. 

Sara observaba las manecillas del gran reloj de la cafetería y le quedaba solo una hora y media de trabajo, de todos modos el lugar no estaba muy colmado de gente, así que iba a hacer un día relajado. Las luces de la cafetería prendieron y la lluvia ya no volvería, ya que algunos rayos débiles de sol aparecieron.

-Me vas a pegar la flojera viendote. -Dijo Jane.

-Entonces no me veas.

-Jajajaja. Supe que hoy volviste al instituto. ¿Cómo estuvo?

-Estuvo estupendo, extrañaba mucho ir al instituto. -Dijo de forma irónica.

-Ah ya veo. El jefe dijo que te podías ir antes, ya que entraste hoy al instituto, así que vé. Yo me voy a sacrificar por tí. 

-¿Hablas en serio?. -Dijo sonriendo.-Algunas veces dices cosas buenas Jane. Nos vemos mañana.

-Si si si.

Para Sara fue un día largo y demoledor, las expectativas que tenía fueron coincididas por la muchacha, por lo cual no le sorprendió mucho por aquellas miradas que ya se había acostumbrado a ellas, caminando por las calles húmedas que hacia dirección hacia su casa, los rayos de sol ya había desaparecido y dieron bienvenida las luces de los faroles iluminando las calles. Los pasos de la muchacha retumbaban transformándose en ecos, mientras que una misteriosa intuición que llama a Sara a estar con todos los sentidos en alerta, lo hacía incómodo dando un ambiente lóbrego. Los pasos progresaban con más cautela, ya que Sara podía sentir que algo o alguien la estaba siguiendo, pero no podía ver nada a su alrededor, solo habían gatos. No tuvo nada que hacer, solo apresurar aún más sus pasos para aproximarse a su departamento, ya faltaba poco y pudo escuchar por detrás de ella, pasos un poco apresurados, la intranquilidad de Sara ya estaba disminuyendo, ya que estaba en la puerta principal del edificio, volvió a ver a su alrededor y no pudo ver nada. Se aproximó lo más posible a su departamento, al entrar pudo ver que todo estaba oscuro, dejó sus cosas de lado y trato de tranquilizase un poco volviendo su respiración, en la cocina pudo observar un plano de comida que estaba plastificado y al lado de ello decía “Hija lo siento, hoy también voy a trabajar doble turno, calienta la comida, nos vemos después”. Definitivamente las expectativas que tenía eran ciertas.

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