Capítulo 6

Estaba agotadisíma, lo prometo. 

 El restaurante normalmente cierra a las once de la noche, pero hoy era la excepción.

No dejaba de recibir mensajes de texto por parte de Selene para preguntarme cuando volveré, y otros dos mensajes por parte de Liam, quien decía querer verme y que si no respondía vendría justamente al restaurante, algo que no quiero por nada del mundo, pero decidí no responderle de igual forma, por una de dos razones, tenía a decenas de personas por atender. Tania estaba tan abrumada como yo, iba de aquí para allá con platos y vasos, su ojos me suplican ayuda cuando yo estoy igual que ella. Tania es otra de las camareras del restaurante.

Al cruzar la puerta de la cocina me apoyo contra la pared y respiro profundamente, mis pies no daban para más. Me moría de sed, tenía más calor de lo habitual y me urgía una buena ducha de agua fría.

El restaurante era un lugar no tan grande, pero lo suficientemente espaciosa como para que cupieran unos sesenta clientes, y hoy se sentía pequeño gracias a que hay más de normal, todo el escándalo por una simple persona la cual decidió hacer acto de presencia el día de hoy, solamente faltaba uno o dos paparazzi y la ficha estaba completa.

—¿Dónde está Iris? —Maggie se adentra a la cocina dando un fuerte portazo y buscándome con la mirada.

Connor, uno de los cocineros me señala apuntándome con un tenedor, enseguida los ojos de Maggie se posan en mí.

—Ve atender a Jayden Scott —me ordena.

—¿Por qué yo?

—Porque para eso te estoy pagando y porque me pidió que fueras su camarera por esta noche.

La frente de Maggie esta sudorosa, y no es por el calor, así se pone cuando está nerviosa.

—¡Bueno! —resoplo, pero antes de poder irme esta me detiene tomándome del brazo.

—Llévale esto —Maggie me entrega una botella de champán.

—¿Ha pedido esto? —pregunto frunciendo el ceño.

Ella niega con la cabeza.

—Es regalo de la casa.

—Tú nunca regalas nada —mis palabras salieron antes de que pudiera detenerlas.

—Sal de mi vista antes que me anime a despedirte.

Obedecí rápidamente.

Vuelvo a respirar profundamente y con mi mejor sonrisa salgo de la cocina, con el champán en las manos y teniendo cuidado de que no se me vaya a caer, me conozco y soy un poco torpe. Hecho una mirada fugaz a mi alrededor, al parecer todo ha vuelto un poquito a la normalidad, las personas están concentradas en sus comidas y en sus compañías en vez de fijarse en Jayden, me alivio. Camino hasta su mesa y dejo la botella en la mesa, las cuatro personas en ella me miran extrañadas.

—Regalo de la casa —aclaro.

—¿Y las copas, niña? —no me sorprende que la primera persona en hablar sea ella, la madre de Jayden.

Sus ojos verdes me fulminan con la mirada. Tanto Jayden como su madre tienen un cierto parecido, no solamente por su tono de ojos, en la mirada se puede notar que no hace falta hacer una prueba de ADN para saber si son familia.

—No tenemos —contesto fríamente. Me estaba agotando su descortesía hacia a mí. 

La madre de Jayden cuyo nombre no tengo la menor idea de cuál es, me fulmina aún más con la mirada, cuando estaba por abrir la boca para atacarme de seguro, Jayden interviene como un ángel.

—Ya basta, mamá. Lo digo en serio —su tono demostraba lo enfadado que se estaba poniendo por la actitud de ella.

—¿Podemos irnos a otro lado? —le pregunta su madre.

—¡No! —responde Jayden con firmeza.

—Dina, cenemos en paz, ¿quieres? —una de las mujeres habla sorprendiéndome, así que su nombre es Dina.

Dina le dedica una mala mirada y luego finalmente comienza a devorar su plato el cual me mando a cambiar.

Capto a Jayden mirándome fijamente y me remuevo un poco incomoda, me muerdo los labios nerviosa, lo peor del caso es que no puedo dejar de ver esos ojos verdes, son tan llamativos, tan atractivos.

—No tienes que estar aquí como una estatua —me sonríe dulcemente.

Le devuelvo la sonrisa y digo:

—Si regreso es muy probable que me manden devuelta, prefiero simplemente evitarme eso.

—Te recuerdo —me dice.

¡Si, yo también!

—¿Si? —Finjo no entender de lo que habla—. ¿De dónde?

—El club, eres amiga de Duncan ¿No?

No sabía exactamente que responder, sonrió y miro a un costado, mi corazón comienza a acelerarse cuando veo a Liam cruzar la puerta principal del restaurante.

Cierro los ojos y los abro para saber si lo que estoy viendo es real.

Cumplió su promesa.

Mira para todos lados buscándome.

No puedo dejar que Maggie lo sepa, ya me ha regañado muchas veces anteriormente cuando él venía a verme al trabajo, aunque ahora ella no está enterada que él y yo hemos terminado.

—En un momento vuelvo —me apresuro a decir sin esperar respuesta de parte de Jayden.

Camino con rapidez hacia Liam quien apenas me ubica, dibuja una sonrisa amplia en sus labios.

—Sígueme —digo al momento de pasar por su lado y salir por completo del restaurante, siento sus pasos detrás de mí.

Al quedar a unos dos metros de distancia de la puerta, me detengo e intento mantenerme fuerte. No he visto a Liam desde lo sucedido y verlo de repente me produce diferentes sentimientos y emociones dentro de mí.

—Te extraño —son sus primeras palabras.

Aprieto los labios para evitar soltar un jadeo, trago saliva.

Y como un flash aparecen en mi mente los recuerdos más felices de nuestra relación, donde todo era de color rosa. Quiero apartarlos y poder hacerle frente, pero es algo que no está en mi poder. Me siento herida al escucharlo y al volver a verlo, sé que debería estar gritándole que me deje en paz y que no me vuelva a buscar en su vida, simplemente las palabras no me salen. Y sé que intentara arreglar lo que hizo a cualquier precio, y sé muy bien que su labia conmigo no va.

—Cometí un error —me toca el hombro y automáticamente me alejo.

Por fin me armo de valor suficiente para volver a mirarlo a la cara.

—Tu error fue creer que no me enteraría, lo que hiciste con Danielle tiene una sola palabra y se llama “infidelidad” y fue una elección tuya.

Liam permanece quieto a tan solo unos treinta centimetros de distancia, lleva un traje elegante a su medida, marcando cada parte de su cuerpo perfecto, se remueve la corbata negra, para luego gruñir pasándose una mano por su cabello.

—Estas siendo dura conmigo —eleva el tono de voz—, fue un desliz, no volverá a ocurrir.

Suelto una carcajada sin gracia.

—¿Y cuánto desliz has tenido? Porque estoy bastante segura que no fue solamente una vez.

Da dos largos pasos en mi dirección, yo retrocedo otros dos.

—Fue sexo, nada más. ¿No puedes olvidarlo y ya?

—¿Fue sexo nada más? —Repito sus palabras con repulsión—, no me puedes decir eso y pretender que te perdone como si nada.

Liam suelta otro gruñido más fuerte. Nunca ha sido un chico de paciencia. Cuando no consigue algo a la primera se vuelve una bestia.

—No estoy enamorado de Danielle, tú eres la persona de la cual estoy perdidamente enamorado.

—Y vaya como demuestras que tan enamorado estas, engañándome y no solo eso, me engañaste con mi  amiga, aquella que me decía lo bien que nos veíamos juntos —me limito a no gritar.

Tengo que terminar con este asunto lo más pronto posible. Debo regresar adentro, Maggie me fusilara si da cuenta que no estoy atendiendo a sus clientes estrellas.

—No puedo creer que te pongas así de loca por una simple aventura de una sola noche —sus palabras provocan que me enfade más.

—No puedes estar hablando en serio —escupo—, ahora resulta que tú eres la victima aquí, el ofendido.

—Digo lo que pienso.

—Y haces lo que piensas también —continuo—, si nada más has venido a que te perdone, pues pierdes el tiempo. Te puedes ir por dónde has venido, ya no quiero saber nada de ti, ni de tu amante. Ahora déjame, debo volver a trabajar, a diferencia de ti hay personas que tenemos que ganarnos el pan de cada día.

Paso por su lado empujándolo con el hombro y este me detiene, me lleva contra la pared fría del restaurante fuera de la vista de todos los de adentro. Intento soltarme pero es mucho más fuerte y ágil.

—No he venido para nada —me susurra en el oído—. Me vas a perdonar porque sabes que me amas, y quieres regresar a mi lado.

—¡Suéltame, Liam! —grito frocejeando. 

Trata de besarme a la fuerza, yo aparto mi rostro para que no lo haga, me toma fuertemente de la barbilla pero antes de poder siquiera intentar colocar sus labios en los míos, él sale volando y cayendo al suelo.

Jayden lo había apartado de mí.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo