Capitulo 2

Héctor.

Estaba más que contraído y apenado conmigo mismo, pero como dice el dicho con el dinero baila el perro, tengo que empezar de esta manera por el bien de mi hermana y la mía, si tenía que acostarme con alguna mujer por dinero lo haría una y mil veces con tal que mi hermanita tenga sus tratamientos y sus 3 tiempo de comida. Observo una y otra vez a la bella mujer. Debe rondar sus 30 y pico su cabello negro azabache le caí más abajo de su trasero y su piel era suave y blanca no como la nieve, pero si tenía un color hermoso, sus ojos son hermosos. Wau ni se diga parecía una mujer salida de las revistas.

Ella me sonríe curvando sus apetitosos labios, le sirve una copa de vino mientras nos echamos miradas. Es la primera vez que me acostare por dinero y espero no arrepentirme, aunque no dudo con semejante mujer.

–¿Estás listo? —Pregunto con la voz más seductora jamás haya oído.

—¿Cuándo gustes? —respondo y trato de sonar más que experimentado. Me imagino que esta mujer debe ser alguna mujer con dinero y un marido viejo que no le quita sus ganas.

—Muy bien hagámoslo de una vez—susurró quitando su ropa interior, me acerco y la detengo, ella frunce las cejas confundida.

—Déjeme hacerlo— le pido coqueto, ella elevo sus cejas para luego morderse el labio y asentir.

Me subo en la cama y acercándome a ella la beso no sé si me lo está permitiendo pero debo de ser más que complacedor ella me ve por un segundo para luego cerrar sus ojos, nuevamente la beso y esta vez más profundamente, sus labios son suaves y carnosos con un delicioso sabor, mi mano va a su muslo y le quito su ropa interior suavemente, ella gime por el toque que le doy a su parte íntima, acaricio su piel desnuda, bajo mis besos a su cuello y dejo pequeños mordiscos, realmente estoy más que excitado, vaya pensé que tenía que poner de mi parte, pero no fue así, desde el momento en que sentí su roce en el club mi pene se puso más que rígido para ella, es como si fuera un imán atrayente. Dejo de lado mis pensamientos para concentrarme en esta belleza, ya quitándole su ajustador quedo noqueado por semejante belleza y sin hacerla esperar me quito el short y la camiseta, pero antes curioso veo varios tatuajes adornar su perfecto cuerpo, incluso un pircing adorna su ombligo.

— Señorita tengo preservativo de sabores, si desea hacerlo...

— No quiero, pero puedo confiar en que estas limpio.

— No se preocupe no la perjudicaría. — la hermosa desconocida sonrió levemente.

Sin hacerla esperar más, abrí sus piernas y la penetre suavemente ella gime sin ser escandalosa, salgo de ella y rozo mi pene encima de su clítoris la mujer muerde sus labios, su mejilla esta sonrojado por el acalorado momento. Joder esto es la gloria nuevamente entro en ella y esta vez quiero hacerlo rápido pero no quiero parecer ansioso.

—Hazlo con más fuerza—pide exigente, asiento y saliéndome de su interior abro más sus piernas, la penetro con más fuerza, esta vez se echa un grito de excitación, espero no ser brusco, pero ella lo pidió. Una y otra vez hasta que cambiamos de posición acaricio sus hermosos glúteos mientras me muevo en su interior, nuestro cuerpo está en un va y ven apresurado como si estuviéramos en una competencia.

—Bésame—pide la hermosa mujer y sin hacerla esperar, muerdo su labio sin lastimarla, la beso mientras que acaricio uno de sus pechos, esta vez me salgo de ella y la subo encima de mí, su perfecto pecho se mueve junto a sus movimientos, ella me acaricio el pecho y luego muerde mi cuello quiero detenerla, pero están excitante que dejo que lo haga solo espero que no me deje alguna marca o no sé qué pasara si Megan lo ve. Niego borrando a Megan no quiero sentir culpa, miro a la desconocida y ella está sudada su mejilla sonrojada y su cuerpo en movimiento, cierro los ojos al sentir que mi cuerpo se contrae por la pronta llegada de nuestro orgasmo, jamás pensé sentir esto con una desconocida.

La mujer echa su cabeza para tras, pero la atraigo a mí y acaricio su cuello luego beso sus labios acaricio su lengua y siento miles de juegos artificiales explotar en mi interior, mi pene se siente mojado y más satisfecho, termino dentro de ella. La observo por un instante y sus ojos se ven brillosos, su rostro luce rojo por lo que acaba de suceder.

—Este fue uno de los mejores regalos de cumpleaños— dijo con seriedad, la baje a la cama y memorice su rostro, creo que jamás me olvidare de este delicioso encuentro. Sin saber porque la tomo suavemente de su cuello y la beso, ella no responde sin embargo no me detengo, por un instante pienso que me rechazaría y quedo más que satisfecho cuando me corresponde, me alejo y sonriendo la felicito.

—Feliz cumpleaños, espero que la haya pasado muy bien. — Ella me mira por un momento para luego sonreírme quizás esta vez con más sinceridad.

Después de dos encuentros más observamos la hora y eran más de las 4 de la mañana, ella toda seria y silenciosa se vistió, hice lo mismo entre al baño lavé mi rostro al terminar los dos salimos del hotel, pensaba tomar un taxi, pero me detuve cuando me tiro las llaves, no quiso decir ni una sola palabra sin embargo entendí lo que quería.

—Vamos a tu casa— replico cerrando los ojos. Asentí sin que ella me viera, suspirando maneje más de hora y media para llegar a mi barrio, vivía muy lejos de la cuidad en un barrio alejado y en donde Vivian las personas de bajos recursos.

—Hemos llegado—susurre bajito, se nota cansada, me pregunto si podrá ir sola. —podrás irte sin ningún problema. —Quise saber, aunque no haría nada, sería mala idea dejarla dormir aquí, es posible que Megan venga por la mañana y seria feo que ella viera a esta chica.

—bueno debo irme tengo mucho sueño—contesto limpiando sus ojos, miro para todos lados tratando de ubicarse, quise pedirle su número de móvil, pero no me atreví, es posible que nunca la vuelva a ver, baje de su coche y le digo.

—Ten mucho cuidado en camino a su casa—Asintió y bajo del coche para cruzarse al asiento del copiloto. Después de varias miradas ella arranco su auto de retroceso, hasta que la vi desaparecer de mi campo de visión, entre a la pequeña casa y observé el lugar todo estaba en orden, la señora Parker había limpiado todo. Qué pena con ella, ni siquiera mi novia me echa una mano.

—Ya ha regresado Héctor—Asentí saludándola, saqué del bolso de mi pantalón un billete de 100 dólares, la señora Parker rechazo el dinero, no quiso aceptar sin embargo niego dándole el dinero, ella ha sido muy buena con Mei, gracias a ella he podido trabajar de noche a veces vengo a las 1 de la mañana, pero esta noche vengo a un más tarde y sería injusto abusar de su confianza. Luego de que la señora se fue, entre a darme una rápida ducha, cerré los ojos por el cansancio y la imagen del cuerpo desnudo de esa desconocida vino a mi mente. Riendo salgo del baño, seco mi cuerpo, me pongo un short para dormir, pero antes de entrar a la cama voy al cuarto de Mei, y la veo dormir plácidamente en su mano tiene sujetado la cadenita de oro con diamantes que le regalo su supuesta amiga, bueno una desconocida llamada Savanna la cual la ayudo el día de ayer cuando me volvía loco buscándola, según Megan ella fue hacer el mandado junto a mi pequeña y solo se distrajo unos minutos cuando Mei desapareció sin dejar pistas, quise matar a mi novia pero ella ni tuvo culpa alguna, fue culpa mía por no ir por ella. Espero un día poder conocer a esa chica y agradecerle mucho por ayudar a mi pequeña hermana, me acosté y sin tanto pensar más quedé dormido.

—Hermano tengo mucha hambre, puedes despertar y encima alguien toca la puerta con desespero. —escucho decir a Mei. Me levante bostezando, los ojos me ardían fuertemente y el sol de la mañana se filtraba descaradamente en mi habitación molestando mis ojos.

—Hermano, levántate ya—Grito Mei, acaricie su mejilla y me levante de la cama, sonriendo observo la hora y eran más de las 10 de la mañana. La puerta de mi casa estaba a punto de quebrarse ya sabía de quien se trataba, lavé mis dientes y mi rostro, luego le fui abrir la puerta a una novia desesperada.

—Pase más de media hora golpeando la puerta para que abrieras y porque hasta ahora. —replico molesta, la tome de la cintura y la bese, ella rápidamente quiso quitarme la ropa, pero la detuve por dos razones, mi hermana estaba despierta ya y lo otro es que esa desconocida me dejo exhausto, no tenía ganas de hacer nada.

—Lo siento cariño, hoy está mi hermana, es sábado además trabaje muy tarde—Megan hizo un puchero y volcó los ojos.

—Últimamente me estas rechazando, pero ya no importa, pasaba por un rato, ya luego me iré. —Contesto molesta.

—No te molestes, ven preparare el desayuno—ella se sentó junto mi hermanita y luego la saludo mi hermana solo rodo sus ojitos y la ignoro.

—Mei saluda a Megan—le pido a mi hermana, ella baja la cabeza, no entiendo su actitud.

—Buenos días Megan, como has estado. —Mi hermanita apretó los dientes sin querer hablar, mi novia la abrazo, pero inmediatamente ella se alejó se notaba irritada.

—Sé que no te agrado cuñadita, pero hoy estas peor que nunca.

—Sabes muy bien porque estoy así contigo, solo que mi hermano es algo tonto y ciego. —Contesto diciendo eso mi hermana, se levanta y camina con dificultad hacia su habitación, sorprendido miro a mi novia ella baja la cabeza sollozando.

—Te juro que ayer la deje unos minutos y luego desapareció, estuve como loca buscándola y mira como me trata. — me acerco a mi chica y la abrazo, ella solloza aferrada a mí. Después entre a la habitación de Mei y sin querer decirle nada la abrace fuertemente, tome su mano y la lleve a la mesa, prepare el desayuno, leche y pan tostados para Mei y huevos revueltos junto a pan y café para mi novia y para. Al terminar el desayuno Megan me ayudo a limpiar la cocina, como se tenía que ir, la acompañe afuera, ella beso mi cuello, pero se detuvo y frunciendo el ceño espeto.

—Y ese chupetón quien te lo ha hecho.

M****a, que le debo responder.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo