Capítulo 2

León

Estoy abrazando a mi abuelo, tenía muchas ganas de volver,  vivir en España estuvo bien, pero está siempre ha sido mi casa y la extrañaba, mi nana me mira con cariño mientras mi abuelo me abraza fuertemente, se separa de mí  y sonríe, de pronto miro al fondo, una hermosa mujer me mira, tiene una bella mirada, la cual combina perfecto con su tersa piel,  sonrío y ella se sonroja, mi abuelo la mira y me la presenta.

Me acerco a ella, la tomo de la cintura y la estrecho contra mi cuerpo,  su larga melena caoba desprende un delicioso olor a flores,  me retiro lentamente de ella, lo hago a duras penas, ya que su belleza me ha cautivado, mi abuelo pregunta sobre el viaje, le digo que estoy cansado y me retiro a mi recamara, camino muy cerca de ella, y me despido, subo las escaleras, me giro y nuestras miradas se vuelven a cruzar, sonrío para ella y me pierdo entre las paredes.

Entro a mi cuarto, está como lo deje la última vez, dejo la maleta en el suelo y me siento en la cama, Mariana es una mujer muy hermosa, mi abuelo me había dicho que sus padres murieron hace poco y él se haría cargo de ella, sé que tiene 17 años, pero no puedo negar que es muy bella.

Entro al baño y tomo una ducha, cierro los ojos al sentir la presión del agua tibia sobre mi piel, de pronto vienen a mi mente sus inocentes y bellos ojos y su timidez al mirarme, siempre he estado con mujeres muy hermosas y atractivas, pero nunca había conocido a una mujer como ella, emana inocencia en todo su ser, debe ser porque solo tiene 17 años, es una niña, debo de dejar de pensar en ella, parezco un maldito pervertido.

Salgo del baño, me pongo mi pijama y me meto a la cama, mañana será un día muy agitado, tengo que regresar a la constructora, la cual no he pisado en un año, todo lo había manejado desde España, pero mañana tendré que volver.

— Buenos días – dice mi abuelo sentado en el gran comedor de la casa

— Buenos días – digo y me siento, Paz  me sirve un poco de café y coloca un plato de frutas frente a mí, ella ha sido mi nana desde que mis padres murieron y la quiero como si fuera mi madre

— ¿Mariana ya despertó?, llámala para que coma, o llévale el desayuno – dice mi abuelo, lo cual me parece muy extraño, él nunca ha sido muy servicial, ¿porque lo es con ella?, tal vez eso de la muerte de sus padres es solo un pretexto, tal vez ellos dos.

No, como puedo pensar que mi abuelo y ella puedan tener algo, es una niña, definitivamente me estoy volviendo loco

— Buenos días – dice ella y me saca de mis pensamientos, la miro fijamente, tiene puesto el uniforme de la escuela, una falda de cuadros que le llega un poco más arriba de las rodillas, dejando al descubierto sus torneadas piernas y una blusa blanca con el escudo de la escuela, su cabello cae en su espalda, se ve tan hermosa, ella le sonríe cariñosamente a mi abuelo, él también lo hace, es demasiado afecto para una muchacha que acaba de conocer.

— Buenos días Mariana, justo estaba preguntando por ti, siéntate – dice mi abuelo dulcemente, ella se sienta frente a mí, la miro fijamente, tiene su  inocente mirada puesta sobre mí, ¿podrá ser posible que ella y mi abuelo tengan alguna relación?, tal vez solo aparenta ser inocente.

— ¿León vas a ir a la constructora? – pregunta mi abuelo sacándome de mis pensamientos

— Sí, tengo muchas cosas que organizar – digo y vuelvo a mirarla, ella se sonroja y aparta su mirada de mí

Terminamos el desayuno, casi todo el rato estuvimos en silencio, yo solo observaba como mi abuelo y ella se miraban con demasiado cariño, esta niña seguramente solo quiere el dinero de mi abuelo, pero no se lo voy a permitir

Mariana

Me he pasado todo el día pensando en él, la verdad es que ayer que lo vi por primera vez, se portó muy lindo y amable, pero hoy estuvo serio y callado, solo me miraba con intensidad mientras desayunábamos, y después se despidió de mi abuelo y a mí ni siquiera me miro, estoy muy confundida, o tal vez solo estoy exagerando, él es un hombre muy importante y ocupado, seguramente ni siquiera se dio cuenta.

— Y entonces, ¿este tal León es guapo? – pregunta Chío con picardía

— Sí, es muy guapo – digo al recordar su sexy sonrisa

— Lo debe de ser, digo, tú nunca has mirado a ningún muchacho, y ahora parece que León te ha robado el corazón – dice Chío con burla, y le ruedo los ojos

— Muy graciosa, solo es guapo, ya mejor vamos a la clase – digo y me levanto para ir al salón, obviamente no estoy enamorada de él, uno no se enamora solo con una mirada, o por una sexy y bella sonrisa, ¿o sí?

León

— León, ¿de verdad crees que tu abuelo y esa muchacha tienen algo que ver? – pregunta Ulises sentado en mi oficina

— No lo sé Ulises, pero parecen muy cercanos – digo con irritación, aunque no sé muy bien porque me siento así

— La verdad no lo creo, ¿cuantos años dices que tiene? – pregunta Ulises

— 17, es una niña con una hermosa e inocente mirada – digo sin pensar, pero es la verdad, esa mirada es hechizante, Ulises me mira confuso

— León, no será que, estas celoso. – dice Ulises con una sonrisa asomándose en sus labios, creo que es muy obvio, pero no puedo aceptarlo, ni siquiera a mi mismo, ella es solo una niña, una hermosa niña.

—¿Qué?, como se te ocurre que voy a estar celoso de una niñita – digo con  enfado, no pueden ser celos, ella no es mía, es una niña, una muy hermosa y bella, Ulises me mira con suspicacia, pero no dice nada más y es mejor, creo que estoy empezando a perder claridad.

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