Leandro
Veo como Marlene descansa en mi pecho, mientras acaricio su espalda está muy cansada, el estrés que le causa la situación con su ex la tiene agotada, sin contar Derek y Leyna, sé que le afecta por más que no lo diga.
Suelto un suspiro pesado todavía no puedo creer que esté viviendo con ella mi madre pondrá el grito en el cielo, ¡Mierda!, pero no por lo que imaginan es la mujer más dulce y hace tiempo que quiere que me casé, forme una familia y quiere nietos, al parecer no le alcanza con Sophi por más que la ame, necesita más. Esa mujer gritará de felicidad, si supiera el por qué estaría muy preocupada.
Marlene sigue durmiendo, frunzo mi ceño por qué creo esta enferma, ha dormido todo el día, no es normal. Pienso en el abrazo con el ruso mis celos no paran, entiendo que sea su amigo,
MarleneÍbamos en el ascensor a nuestro cuarto, porque la necesidad que sentíamos el uno por el otro no la podemos controlar, Leandro me tiene acorralada en una de las paredes de la caja metálica, besándome como si no hubiera un mañana, su lengua se enreda con la mía, nuestras pelvis se mueven simulando una penetración.—Te necesito, no aguanto más. —mete una mano por debajo de mi vestido, acariciando mis labios vaginales, suelto un gemido, justo cuando las puertas se abren. —Te salvó la campana. —dice con una sonrisa de lado.Tira de mí para sacarme del ascensor y llevarme hasta nuestra habitación caminamos a toda prisa, pasa la tarjeta para poder ingresar una vez dentro me vuelve acorralar contra la puerta y me vuelve a besar, muerde y chupa mis labios con desespero. Lo apartó un poco para tomar una bocanada de aire, así poder hab
LeandroCierro la puerta detrás de mí riendo, ese trasero me tiene loco, solo de pensar como la hice mía anoche, que la hice gritar de placer, que se vino en mi boca y de cómo su cola apretaba mi pene, ya estoy duro de nuevo.Llego al ascensor, me encuentro a Gavrel con Leyna riendo, entro con ellos mientras saludo al ruso con un apretón de manos, a ella con un beso en su mejilla, se tensa un poco, y le doy una mirada de disculpa, a veces se me olvida lo especial que es.—¿Cómo están? —pregunto para entablar una conversación.—No tan bien como tú. —dice Leyna, la miro con una ceja alzada. —Los gritos de mi amiga no me dejaron dormir. —Mierda,Marlene me matará.—Ni lo digas, —susurra el ruso. —Por un momento creí que la estaban torturando. —los dos sueltan una carcajada, los fulmin&oac
LeandroMis nervios aumentan cada vez más de que estamos en este maldito hospital, no nos han dicho nada, cuando entré y vi a Marlene en el suelo, pálida y fría pensé lo peor, Gavrel me explico que se desmayó justo cuando él entraba a la habitación para hablar con ella, llegó justo a tiempo para que no se golpeara la cabeza, se lo agradecí unas mil veces y casi me golpea, dijo que no debía hacer, ya que es como su hermana, ¡Si como no!, preferí guardarme mis pensamientos.—¡Todo estará bien! —mi padre toma asiento a mi lado.—Eso espero, no sé que haría sin ella. —tomo mi rostro entre mis manos. —La amo tanto. —suelto un suspiro cansado.—Lo sé, se te nota, estás igual que yo cuando conocí a tu madre. —se le forma una pequeña sonrisa.—
MarlenePreparan todo para poder ver nuestro bebé, Aún no me lo creo, vamos a ser padres,todo es muy rápido,ignoro a mis pensamientos, sé que es rápido, pero ya no hay vuelta atrás, Leandro creyó que no lo quería tener, me puse muy nerviosa si, si embargo no lo abortaría, no juzgo a nadie, pero es la verdad, yo lo quiero tener con o sin mi Dios griego como apoyo. Me dejó muy en claro que lo quiere.Leyna está feliz ya dijo que sería la madrina y Gavrel el padrino, estos dos están locos, pero sé que cuidarán a mi hijo siempre, tengo que hablarlo con Leandro primero. Siento que el doctor me habla y salgo de mis cavilaciones.—Disculpe, ¿Qué me decía? —pregunto algo avergonzada porque no escuche al pobre hombre.—No hay problema, decía ¿Que si están listos para ver a
MarleneHa pasado un mes, desde que me enteré de que estaba embarazada, llevo dos meses de gestación. Mis padres se han quedado en Grecia, les dije que podían quedarse en mi departamento, pero se negaron rotundamente, así que rentaron el piso dearriba del mío. Leyna es la segunda asistente de Leandro, también se fue de casa, comparte vivienda con Gavrel, ya que decidieron vivir juntos para compartir gastos, mi amiga en un principio no queríaporque Gavrel sigue siendo nuestro guardaespaldas de día y Mark de noche, la convencimos y acepto a regañadientes.De Adler no he sabido más nada, se lo tragó la tierra o no sé que, a Leandro no le gusta que todo esté tan tranquilo dice que algo debe estar tramando pienso igual, pero no podemos hacer nada más que esperar. De mi hermano he sabido poco, está emocionado que va a ser tío, pero lo n
Leandro Estamos volviendo al departamento de Marlene, después de la cena en casa de mis padres, todavía no puedo creer que se vaya a casar conmigo, tenía mis dudas,ella es muy independiente y por un momento pensé que me diría que íbamos muy rápido, aunque ya estábamos esperando un hijo, pero las cosas se dieron así y soy muy feliz, haré todo por mi bella flor y nuestro retoño. Todavía sigo pensando en la charla que tuve con Gavrel y Mark, no me gusta que Adler esté suelto, el ruso lo dejo sin un dólar, está en quiebra, no lo quisiera de enemigo, me gusta que mi mujer tenga amigos que den la vida por ella. Gavrel me hace luces con su auto, porque viene detrás de mí, así que estaciono aún costado de la calle, bajo del auto al mismo tiempo que él. —¿Qué sucede? —digo una vez que se acerca. —Hay que llevarla a un lugar seguro. —frunzo mi ceño mientras miro como Marlene duerme. —Dime que es lo que está pasando. —me pa
MarleneUna vez que Leandro nos dejó en el departamento de Leyna, lo primero que hice fue sacarme los zapatos y tirarme en el sillón de mi amiga, estaba cansado tanto mental como físicamente, vivir en constante riesgo por un ex psicópata no era la vida que tenía planeada.—¿Estás bien? —indaga Leyna tomando asiento a mi lado.—No, —respondo con dolor de cabeza. —Tengo un mal presentimiento, algo no está bien. —hablo mientras me giro para poder verla a la cara, esa sensación está oprimiendo mi pecho.—Tranquila, está el otro guardaespaldas. —toma mis manos entre las suyas. —No pasará nada. —intenta sonreír, agradezco el esfuerzo que hace para tranquilizarme.No termina de hablar cuando la puerta es abierta, abruptamente dejando ver al guardaespaldas y detrás de él Adler,
LeandroCuando entré y vi al guardaespaldas disparando a mi mujer, mi mundo sé cayo a mis pies,no lo dude y apunte a ese hijo de su madre, Adler fue más rápido y le dio dos tiros, impactando uno en el brazo y otro en el pecho, igual no me importo y apunte al alemán hiriéndolo también.Corrí hasta donde estaba Leyna toda golpeada, tratando de soltarse, con mi mujer a su lado tirada en el suelo toda lastimada y con una herida de bala, la levanto en el aire.—Resisteagapí (amor). —suplico, pero me regala una sonrisa y cierra sus bellos ojos. —No, no, no puedes hacerme esto. —lágrimas caen por mis ojos.—¿Cómo está? —mi suegro pregunta con voz apagada, está tan mortificado como yo, no le respondo, se aleja de mí y va hasta Adler que está tirado en el suelo, comienza a golpearl