El preguntarle si puede venir lo hace tan real, es un paso para admitir todo lo que pasó, de que fue una débil o quizá una loca enamorada.
—¿Estás bien? —le pregunta preocupado al ver la hora de la llamada y al escuchar la voz temblorosa de su hermana al teléfono. Sam se preocupa pensando lo peor, ni en sus más profundas pesadillas se imaginaría que su hermana lo llamaría para contarle de su amor secreto, un amor que ya no tiene esperanza para su modo de ver.
—Si… bueno… regular, tengo algo que contarte — se tranquiliza al saber que está bien.
—Si no es nada grave ¿Puede esperar hasta mañana?
—Sí, si no puedes —un toque de des
—Ya, dime como lo piensas hacer — se levanta a servirse otra copa.—No lo sé, por eso te llame, para que me ayudes, tú eres el abogado experto en espiar a tus clientes — le digo con una amplia sonrisa y él niega con la cabeza.—Yo no espío a mis clientes, yo investigo sus casos — se queda callado y sonríe — está bien, los espío un poco.—Ves, entonces ¿Que me recomiendas hacer primero? — me coloco en posición mirándolo fijamente, como si estuviera a punto de enseñarme las perlas perdida de Atlantis.—Primero — hace una pausa larga y una mueca de estar pensando con detenimiento — debes dejar de verme así que me pones n
—¿Qué te pasa? —la queda observando que está con las mejillas rojas y parece que le costara respirar — ¿Estás bien?—Sam está buenísimo — sonríe mordiéndose el labio.—Ese tarado… supongo que es simpático — me encojo de hombros y sigue desayunando.—¿Bromeas? Es un Dios griego —susurra para evitar que la escuche Sam en la habitación — hubiera dado lo que fuera para que se le caiga la toalla.—Que asco — pongo cara de querer vomitar, soy consciente de que mi hermano es muy bien parecido, pero por obvias razones, pensar en él de esa manera me da asco —olvidas que es mi hermano.
—Hola Lizzy — Mark me saluda desde la puerta.—Hola, pasa — me hago a un lado, pero él se queda en la puerta.—No es necesario, solo vine por Sam — lo mira ya que se ha levantado del sofá y camina hacia nosotros — tu teléfono está apagado — le habla y por el tono de su voz puedo comprender que está molesto.—Sí, lo siento, lo apague y me olvide encenderlo — sonríe y lo toma de uno de los muebles.Yo estoy quieta, no sé qué decir o hacer, me siento incómoda ante toda esta situación.—Listo, tengo todo creo — camina y cuando pasa a mi lado se detiene a hablarme —
Llego a la oficina y estoy cansada, anoche dormí muy tarde y me está cobrando factura. Saludo a Meli que está en las mismas condiciones que yo.Me dejo caer en mi silla del escritorio y enciendo mi laptop, mientras el programa carga me apoyo en mis brazos sobre mi escritorio, en ese momento ingresa Joel.—¿Has salido anoche que estás cansada? — me observa fijamente y yo me acomodo en mi silla.—Sí, salí, pero estoy bien, solo me apoye esperando que encienda ¿Te puedo ayudar en algo? — ver a Joel en el trabajo es una tortura.—¿Estás saliendo con alguien? — se acerca a mi escritorio.—No tengo porque responder esa pr
—Sí — se apresura a contestar Claudia — ella está bien, no te preocupes, solamente problemas en el trabajo nada más — le resta importancia, muy diferente a hace un momento cuando estuvimos solas.—¿Qué problema tienes? — demuestra verdadera preocupación y se acerca a nuestro lado — si gustas puedes contarme de repente te puedo ayudar.Veo a Claudia removerse en la silla incómoda y no sé si debería contarle.—No te preocupes, sólo me despidieron, pero ya conseguiré algo, así que estoy un poco alterada por eso, no es nada del otro mundo.—Ves hijo, no es nada, solo que conversamos porque hace tiempo no lo hacemos — Claudia se
—Ninguno de los dos está enfermo ¿No? O ¿Se van a mudar de ciudad?Sam sonríe y toca su hombro dándole suaves palmadas.—No hermano, no es nada de eso; gracias a Dios tenemos buena salud... es otro el motivo por el cual te hemos llamado, es algo serio e importante.—Soy todo oídos — Mark se acomoda en el sofá esperando que empecemos a hablar.Sam me mira y me indica que empiece, pero me siento nerviosa, la lengua la siento pesada.—No sé cómo empezar — acomodo mi cabello, Sam me sonríe dándome su apoyo.—Habla ya Lizzy, me estás poniendo muy nervioso
—¿Ha venido con mi hijo? — pregunta Mark transformando su rostro a serio, toda la alegría que antes tenía se ha desvanecido por completo.—No, está sola — luce ligeramente nerviosa, y no la culpo porque ha ingresado a la oficina y a Mark no le gusta que nadie ingrese cuando él no está, peor si es esa mujer y está sin su hijo.—Seguro quiere más dinero que nadie nos moleste — empieza a caminar para ingresar a su oficina.Mark ingresa y cierra la puerta del despacho.MarkIngreso al despacho y ahí está Bianca esperándome con una enorme sonrisa en los labios de suficiencia.—¿Necesitas más dinero? — pregunto de una vez para que se retire, no me gusta, no quiero verla, suficiente tengo con aguantarla cuando voy a visitar
LizzyEscucho el estruendo de algo romperse, Martha su asistente ingresa a ver si está bien, sale y me mira negando, por su rostro puedo notar que él no está bien, siento el impulso de acercarme, de buscarlo y ofrecerle consuelo, no sé que puede haber pasado para que ella salga de esa manera y él se haya quedado así.Me pongo a pensar y llevo mis manos a la boca entre asombrada y asustada. ¿Habrá cumplido lo que dijo? ¿Se irá a llevar al hijo de Mark lejos? No puedo creerlo, pero nosotros no estamos juntos, ¿Ella lo creerá? Sí, realmente lo cree, muevo la cabeza varias veces para quitar de mi mente ese pensamiento. No debo sacar conjeturas, no sé lo que estoy diciendo. Ella es una perra loca, pero no creo que a estas alturas quiera alejarlo de su hijo.Veo a Mark salir apurado, luce realmente molesto, está enfadad