POR TU AMOR
POR TU AMOR
Por: Zafiro D'Gold
01. CHICA MALA

“¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo llegué a esto? No puedo seguir, pero… ah...” 

Un gemido de placer, me vuelve a distraer. Mi mente se rehúsa a volver a la cordura, no quiero disfrutarlo, no debería estarlo disfrutando, pero no puedo negarlo, las sensaciones que esto me produce… tiene un toque de prohibido, de sucio, eso hace que me excite, sé que está mal, no puedo evitarlo, si he de ir al infierno por este pecado, iré con gusto, y disfrutaré cada paso del camino que recorra hasta llegar a él.

—Ahhhh —no puedo contener mis gemidos —para, no está bien — soy una hipócrita porque le pido que se detenga con mis labios, pero mi cuerpo quiere que continúe y no se detenga.

La lengua de Mark se mueve entre mis labios vaginales como todo un experto, chupa mi clítoris con su lengua en círculos, me agarro fuerte de las sábanas. Mark no hace caso a mis palabras internamente le agradezco porque estoy disfrutando de cada segundo, su dedo índice ingresa en mi abertura vaginal lo mueve, mis espasmos son cada vez más notorios, introduce dos dedos más mientras chupa y lame todo a su paso, un fuerte orgasmo llega a mi, me hace temblar, me hace jadear, gritar, mi corazón se sale de mi pecho, ¿Donde aprendió a hacer el amor así?

Mientras tiemblo de mi vagina brotan mis líquidos los cuales él bebe y succiona disfrutando de ese sabor dulce para él, sube por mi vientre llega a mis pechos chupa primero el derecho mientras con su mano aprieta el izquierdo luego cambia, sube hasta llegar a mi cuello, su miembro grande y grueso, esta venoso y palpitante, acaricio su espalda ancha y agarro su sedoso cabello, sube a mis labios sus besos son apasionados, dulces, me puedo probar en su boca y es un afrodisiaco.

—Abre más tus piernas — ordena, su voz es gruesa, cargada de deseo.

Obedezco sin ningún reparo, lo dejo que se acomode entre ellas. Sin ningún aviso se empieza a introducir, ahogo mis gemidos en su boca. Ingresa fácil se resbala en mi interior, estoy mojada y dispuesta a abrazar su miembro con mi vagina.

Sus estocadas son lentas, no deja de besarme ni un segundo, mis manos bajan al trasero de Mark apretandolo, y empujándolo más... quiero que se mueva más rápido, más fuerte.

—Más fuerte… dámelo todo — le exijo.

—¿Has sido una chica mala? — deja de besarme para mirarme a los ojos y sonríe ladinamente.

—Muy mala — contesto con ganas de que me de duro como solo él sabe hacerlo.

Se detiene un segundo, besa y muerde mi labio lentamente, para empezar a penetrarme con fuerza, sus estocadas se vuelven más potentes, sus labios se vuelven a unir a los míos, mientras nuestros cuerpos son uno solo. Los gemidos se hacen más fuertes, disfruto él lo hace muy bien, me cambia de posición colocándome en cuatro sobre la cama, curvo la espalda para darle mejor vista de mi trasero y mayor entrada, ingresa de golpe, sus testículos chocan, las manos de Mark agarra mi cadera con vigor, sus movimientos están sincronizados, él lleva una de sus manos a mi clítoris masajeandolo, ya estoy sensible, así que este movimiento solo hace que gima más enérgicamente.

—Ahhhh... que rica que estas, ya no aguanto ¿Dónde la quieres? — me pregunta con voz entrecortada, a ambos nos falta la respiración.

—En mi boca — respondo inmediatamente, adoro su polla.

Sale de mi, me voltea acerca su miembro a mi cara, abro la boca, me folla por un momento mi boca, luego la saca y dejo la boca abierta para recibir toda su esperma, la leche caliente cae en mi boca y un poco en el rostro, lo saboreo y paso, me prendo de su miembro chupandolo hasta sacarle la última gota, saboreandolo nunca tuve en mi boca uno tan grande ni tan grueso.

Mi mirada está puesta en él, todo el tiempo lo estuvo, lo veo sonreír de placer, agarra mi cabeza para guiar los movimientos, mi cabeza va de atrás hacia delante, su miembro vuelve a tomar tamaño llegando hasta casi la garganta y aun así tengo que ayudarme con la mano, me produce un poco de arcadas pero no me importa continúo con mi labor, lo disfruto, paso mi lengua alrededor del glande en círculos, lo saco por segundos para poder respirar bien, el miembro sale lleno de saliva y de líquido pre seminal, la mano de Mark comienza a masturbarme, introduciendo sus dedos en mi entrada, se acuesta y hacemos un perfecto y delicioso sesenta y nueve, llego otra vez al orgasmo.

Cambiamos de posición me acuesta y coloca mis piernas sobre sus hombros, sus penetraciones son fuertes y enérgicas, llego otra vez al orgasmo, lo escucho gruñir, ya no puedo más siento que en cualquier momento caeré desmayada, este hombre es una fiera y yo soy su presa. Después de unos minutos Mark se viene dentro de mí, cayendo rendido.

Su miembro sale y un poco de su semen cae a la cama, sus labios se vuelven a unir a los míos, mientras nuestras respiraciones poco a poco tratan de volver a la normalidad. Rompemos el beso para quedar abrazados.

—Mark —se separa un poco para verme a los ojos — esta demás decirte que ni una sola palabra de esto a tu madre.

El gesto de Mark se endurece y sin decir ni una sola palabra se levanta de la cama, y va a la ducha, se empieza a bañar, desearía poder ingresar con él, pero no quiero empeorar más las cosas. Sale a cambiarse su mirada es dura.

—No te enojes, sabes que esto está mal —  trato de calmarlo, se nota en su expresión que está ardiendo de cólera.

—Estoy cansado de escucharte decir que esto está mal, no tiene nada de malo, ¡PORQUE NO LO ADMITES! — él no entiende cómo alguien puede ser tan cobarde no entiende como prefiero hacer a un lado mis sentimientos, él no entiende que no quiero herir a nadie.

 —Yo soy mayor que tú, hay muchas jovencitas de tu edad… — Estoy tapada con la sábana mirando a un costado, el solo hecho de imaginarlo con otra mujer hace que me duela el vientre.

—¡No entiendes que no me interesa ninguna jovencita de mi edad! — sigue molesto —la única que me interesa eres tú, pero no lo quieres entender — baja su mirada — no te preocupes no volveré a molestarte… me hubiera gustado que puedas entender que ya no soy el mismo niño que conociste hace tiempo atrás.

Camina hacia la puerta

Quiero detenerlo, decirle que no se vaya, que no me importara nada, pero no puedo me quedo estática, no sale ni una palabra, quiero llorar, gritar, ¿Porque todo tiene que ser tan injusto?

—No te preocupes no le diré ni una palabra a nadie, nos vemos “Tía” —remarca estas últimas palabras y sale cerrando la puerta.

Me derrumbo en mi cama mis lágrimas caen, nunca esa palabra me hizo tanto daño, a pesar que no soy su tía de sangre, él siempre me dijo así por pedido de su madre que es mi mejor amiga.

Estoy en medio de ellos, porque aunque no tengo la edad de su madre soy diez años mayor que él, cuando Mark y su madre Claudia se mudaron al vecindario él tenía diez años de edad. Él era un niño feliz que jugaba con los demás niños del vecindario incluido mi hermano.

Nunca me hubiera imaginado que diez años más tarde estaría metida en este lío, negando mis sentimientos, negando que estoy enamorada de un niño diez años menor que yo.

Soy Lizzy Taylor y esta es mi historia. 

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