Nunca me dejes ir
Nunca me dejes ir
Por: Deisielle Garfield
Conociendo el mundo

_Estoy a punto de cumplir dieciocho años y nunca he estado en la ciudad, estoy cansada de estar atrapada aquí en este lugar y no me dejáis salir. Dije con la mirada triste de mi madre.

Mi madre sentada en la silla se levantó y dijo _"Hija mi amor, cuando cumplas dieciocho años tendrás mi permiso para ir a la ciudad y hacer lo que quieras. Acercándose a mí me abrazó.

En ese momento mi padre entra en la pequeña consola con una alegría _ Buenos días, buenos días mi hermosa familia.

Se acerca a mí y me da un beso en la frente, yo hago como que no le presto atención entonces me pregunta _ ¿qué pasa aquí dentro?

_¿Me vas a decir que no estabas detrás de la puerta escuchando? le contesto.

Se sentó en la mesa y cortó un gran trozo de queso y empezó a devorarlo como si no hubiera comido en mucho tiempo, siempre hacía eso cuando probablemente iba a hacer infeliz a mi madre; _viene y no es algo bueno... dijo mi madre ya enfurecida con la actitud de mi padre.

Mi padre soltó una risa malvada aún masticando, y con la boca llena empezó a hablar _estaba escuchando sí, y mira que estoy de acuerdo con tu madre.

Mi madre levantó los brazos celebrando las palabras de mi padre y dijo _Pensaba que ibas a enfadar a mi madre, pero me has enfadado a mí.

_Hija, ¿qué te hace pensar que yo haría enfadar tanto a tu madre?

_Parece que no lo sabes, papá, ¿puedes apoyarme por una vez?

Entonces me miró sonriendo, al mismo tiempo que la mía me miraba con desdén.

_¿Van a seguir mirándome así? ¿Es que nadie me va a decir nada?

pregunté descontenta y mi padre me contestó: -Yo siempre estoy a tu lado hija, pero esta vez voy a tener que hablar? Miró a mi madre con indiferencia y entonces pensé "ahora mi padre se pondrá de mi parte".

_Creo que es hora de que Hanna aprenda a vivir, ¡por mí que se vaya mañana a la ciudad!

Estaba segura de que mi padre se quedaría a mi lado; levanté las manos al cielo dándole las gracias _ ¡Lo sabía papá, gracias por quedarte a mi lado!

La expresión de mi madre no era la de una persona feliz, miraba a mi padre con tal frialdad que pensé que pondría fin a su carrera, pero sólo dijo _Hanna, oye no celebres nada todavía, ¡no estaba de acuerdo con tu padre!

_Vamos madre, ten piedad de mí, te lo ruego, ¡ya sabes que tengo muchas ganas de ir a la ciudad!

Mi padre miró a mi madre y le dijo: "¡Déjalo, mamá!

De acuerdo, puedes ir, pero con una condición: uno de tus hermanos tendrá que ir contigo.

Mi padre cerró la cara pareciendo objetar a lo que decía mi madre y entonces dijo _ no ninguno de los chicos irá con ella, la hemos retenido demasiado tiempo y ahora tiene que aprender a volar sola.

Vi que a mi madre se le escapaban algunas lágrimas mientras hablaba_ no, no puede, mírala.... ¡Es nuestra princesita!

Mi corazón se estrujó al ver las lágrimas salir de los ojos de mi madre y en un intento de consolarla le dije _ ¡mamá te quiero, sin embargo, tienes que entender que ya no soy tu princesita, ni de papá!

Entonces ella me contestó: _ Lo sé hija, te estamos perdiendo.

Mi padre se levantó y fue hacia mi madre y la abrazó consolándola _ ¡no la perderemos, nunca lo haremos querida, acaba de crecer mi amor y es hora de dejar que también le crezcan las alas!

Siempre admiré el amor de mis padres, eran hermosos juntos y siempre encontraban la manera de solucionar las cosas y al final todo estaba bien.

Ustedes dos son todo para mí y espero algún día vivir un amor tan hermoso como este. Dije mientras los abrazaba.

Al día siguiente...

_¡hija ven aquí y siéntate a mi lado! dijo mi padre mientras me cogía de la mano y tiraba de mí para que me sentara a su lado.

_¡Para padre, no quiero hablar!

_Hanna siéntate aquí, ¡es una orden!

_¿Por qué las cosas son tan complicadas aquí en casa? Dije mientras me sentaba a su lado.

_Mira hija mía, sé que te parece extraña la forma en que tu madre y yo te estamos educando, es que allá afuera en el mundo a donde quieres ir no es fácil y no hay gente buena, probablemente te pasen cosas malas y nadie te ayude, pasarás de largo como si nada pasara.

_No creo que la gente sea tan mala papá.

_Cuando tuve esta conversación con tus hermanos, me dijeron lo mismo.

_Lo sé papá, por eso eligieron quedarse aquí, porque se darán cuenta de que tenías razón sobre el mundo, pero eso es lo que ellos dicen... y yo aún no he tenido la oportunidad de experimentarlo; ¡sólo que puede que sea un poco diferente para mí!

_Y estoy segura de que cuando conozcas el mundo tú también elegirás quedarte, así que hija cuando empieces a cuestionar la forma en que tu madre y yo te estamos educando, piensa que todo lo que hacemos es por tu bien y que sólo te estamos preparando para que sepas desenvolverte en este mundo desconocido para ti.

"'pin', 'pin', pin, pin, pin"... Me interrumpen mis pensamientos al oír el silbido de la puerta del autobús al abrirse. Estaba tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que había llegado a la ciudad, sí, estaba allí, con una sonrisa en la cara y feliz de estar haciendo realidad mi sueño.

Suspiré profundamente y me dije _"¡será otro día normal y todo saldrá bien Hanna! me dije mientras bajaba por la puerta del autobús.

_Vaya, ¡así que esto es el mundo! Dije sorprendida al ver todos los enormes edificios y todo el movimiento de coches y gente pasando de un lado a otro, estaba sorprendida porque el mundo no parecía ser tan aterrador como mi padre me había dicho, la gente caminaba de un lado a otro tranquilamente, lo único que me asustaba allí era cruzar la calle y que un coche me pasara por encima.

Me senté en un banco justo allí cerca de donde me había dejado el autobús, me detuve a observar toda la ciudad antes de tomar ninguna decisión de lo que iba a hacer allí, me preparé durante tanto tiempo para estar en la ciudad que ni siquiera me di cuenta de lo que quería hacer allí, y poco sabía que mi vida cambiaría para siempre después de ese día.

Todavía sentado allí en el banco de la acera, al borde de la calle, respiré hondo mientras me decía "Estoy preparado para aventurarme en esta ciudad, he venido aquí para esto".

Me levanté y observé a unas cuantas personas que cruzaban la calle: "Síguelos y conseguirás cruzar Hanna". Hablé conmigo misma en un intento de darme ánimos. Yo era una chica que no le temía a nada ni tenía miedo de nada, y de la nada estaba allí de pie con miedo de cruzar una calle sólo porque había demasiados coches.

Volví a sentarme en el taburete, totalmente desanimada, sentí unas ganas enormes de llorar y me sentí decepcionada conmigo misma, y entonces empecé a refunfuñar y a cuestionarme a mí misma Es culpa de mis padres, ¡de verdad tenían que educarme así, diferente al resto del mundo! ¿por qué, por qué?

Estaba tan decepcionado conmigo mismo que ni siquiera me di cuenta de lo que ocurría a mi alrededor, me detuve al oír el rugido del motor y observé un coche que probablemente sólo podían tener los ricos, acercándose y deteniéndose delante de mí. "Pensé al ver abrirse la puerta del coche.

_Así que, gatita, estás perdida, ¿qué tal si te das una vuelta conmigo? Me temblaban las piernas cuando vi quien salía del coche, era alto y musculoso. Cuando se paró delante de mí parecía dos metros más grande que yo, me sentí como una hormiga... Era un tipo de hombre con el que una mujer perdería todos sus sentidos con tanta belleza.

_¿Estás... estás... hablando... de... comi... ir? dije, tartamudeando y asustada por la forma en que había venido a hablarme.

_¡Sí! No veo otro marica por aquí, ¿te vas o no te vas a dar una vuelta en mi gran coche?

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