Nathaniel

1 de Enero, 3’ 10 hs. 

Dio un paso atrás aturdido, me coloqué una camiseta, tomé la cartera de la cómoda, el móvil y las llaves mientras me reprimí lo suficiente para cerrar la puerta sin dar un golpe.

Olivia me tomó del brazo y comenzó a gritar mientras se retorcía de dolor cuando esperábamos el ascensor: 

—¡Ahhhh! —Jadeo casi sin aliento. —¡Hay Dios mío, ya sale! —Me apretó con fuerza. —¡Nathaniel, ya sale! 

—Tranquila, tranquila —dije intentando tomar el control cuando el ascensor se abrió. Aunque la verdad era que no tenía la  pajolera idea de cómo actuar o qué decir. 

—¡NO ME DIGAS QUE HACER! —Gruñó sosteniéndose de la fría pared. —¡Es todo tu culpa! ¡Ahhhh…Dios! ¡Llama a Harvey! 

La sostuve mientras la sacaba del ascensor y la llevaba a través del estacionamiento a oscuras. 

—Lo llamaré en cuanto estemos en el auto. —Abrí el auto a toda p