Aldea humana, al sur del reino Witther
• Esmeralda •
"Comunicado real
Reino Witther
Ante lo presente, se necesitan 15 nuevos ayudantes en el personal del castillo. Las edades pedidas son entre los 16 a 28.
Atte. Maximiliano Witther"
Todos los que irían al castillo estaban siendo subidos a dos carruajes, ahora mismo había 7 chicas de mi edad y en el segundo carruaje iban los restantes mayores de 18 años.
Aquí estudiar, leer o pensar en formar una familia es casi nula en los jóvenes, ellos solo quieren dinero que es algo que buscamos por la pobreza de esta aldea.
Estamos prácticamente abandonados y las ayudas son siempre con un motivo aparte.
Vivía con mi abuela hasta que ella hace unos meses falleció, era mi única familia y ahora tengo que mantenerme con vida y buscar el dinero suficiente para no morir de hambre. Pero es algo triste, me siento sola, siento día a día mi corazón oprimirse de tristeza.
Mis padres murieron en un incendio hace 16 años, no tengo recuerdos solo un dibujo de ellos, del día de su boda. Mi madre poseía una cabellera negra hermosa y mi padre una sonrisa deslumbrante, según me contó mi abuela ellos se conocieron desde niños, llevaron su amor hasta el altar y yo fui fruto de ese amor hasta que ese terrible día murieron. Solo tenía unos 5 meses de nacida cuando la aldea fue atacada por unas inmensas bestias, mucha gente murió tratando de huir, pero aquellas bestias eran como una evolución de los licántropos, eran más deformes y horribles. No parecían lobos.
Luego de aquello durante un largo tiempo reconstruyeron la aldea, pero las pérdidas habían sido más emocionales.
Y ahora yo estaba aquí, rumbo al castillo.
Se habían escuchado rumores de la llegada del príncipe como otras que decían la sed de venganza que él poseía tras el asesinato de sus padres, muchos lo veían como un hijo dolido y otros como un cómplice. Pero yo sabía lo que era sentirse solo, él debía estar tan solo en ese inmenso palacio que es su hogar, pero no puedo defenderlo su raza nos quitó mucho y ahora vivimos cuidándonos de cualquier ataque o amenaza que esta aldea pueda recibir.
Los 3 reinos suelen ser una maravilla para algunos y para otros es una abominación, pero ellos ya evolucionaron y ahora siguen sus propias reglas.
Alguna vez escuche un rumor sobre la actual reina felina, se dice que ella se encierra la mayor parte del día en la alcoba de su hija fallecida. Su hija tenía un mes de nacida cuando fue asesinada, nadie sabe cómo, pero sí que fue asesinada. Algo extraño, pero los rumores no siempre son verdaderos.
Observo a mí alrededor, los pueblerinos caminan felices de un lado al otro. Sus grandes casas llenas de colores nos dan la bienvenida, hasta que la gran reja fue abierta, observe las hermosas flores, sus colores brillantes y mágicos decoraban el jardín. Frenaron los carruajes y los guardias abrieron las puertas. Nos hicieron bajar hasta colocarnos a los 15 en una fila, ahí nos esperaba una mujer.
—Son 7 de 16 años y los restantes poseen entre 18 y 24 —un guardia informo a la mujer que nos miraba de pies a cabeza uno a uno, sus penetrantes ojos nos observaban como si buscaran alguna herida. Ella asintió.
—Muy bien, ahora yo me encargo de ellos. —el guardia asintió y con un fuerte grito los otros guardias se encargaron de sacar los carruajes— Me llamo María, yo me encargare de designarles sus puestos. 4 de ustedes irán al área de cocina, 4 al de lavandería y 5 se encargarán de la limpieza del castillo, menos el área donde se encuentran las celdas. —carraspeo— Como veo que hay solo 2 hombres ellos serán llevados a formar parte de los guardias, el general Tadeo les dará sus ubicaciones, ahora empecemos
Dando la orden cada uno dio su nombre y edad, así fue escogiendo. Yo fui elegida al área de cocina, cuando nuestros puestos fueron asignados nos llevaron a unas cabañas donde cada uno fue colocado en una cama. Nos presentaron a 3 mujeres, que se encargaban de la cocina y que nos ayudarían supervisándonos. Pero su orden fue que descansáramos y mañana seria el comienzo del trabajo.
No podía quejarme, tenía una cabaña protegiéndome del frio, una cálida cama y comida.
Conocí a Roció, Débora y Luciana, ellas eran mis nuevas compañeras. Me contaron sobre ellas, Roció vino a trabajar púes su padre estaba enfermo y debía alimentar a su hermana menor e madre. Débora vino a trabajar junto a su novio, quien está como un guardia, ella tiene familia, pero no aceptan al hombre de su vida. Ella me contó que desean casarse, aunque primero se dedicaran a juntar dinero y así poder mantener una familia. Luciana por otra parte vino para poder alejarse de su madre quien según me conto era una mujer muy egoísta, tanto fue su egoísmo que casi vende a Luciana para poseer más dinero. A ella le dolió.
Mi mente seguía pensando en mi abuela y mis padres, los extrañaba mucho. Me permití llorar por unos minutos para luego dejarme caer en un profundo sueño.
Reino Witther • Maximiliano • "Tal vez deba comenzar pidiendo disculpas por no haber estado a tu lado en ese momento tan difícil, pero necesito que entiendas que al igual que tú yo también busco venganza, busco al maldecido que le arrebató la vida a mi hermano. Tengo pistas sobre él, durante estos últimos años ha habido más víctimas al igual que tus padres, pero lo difícil es entender la razón de sus muertes y por eso sigo investigando. En unos días te llegarán unos papeles que contienen los informes de cada asesinato, guárdalas. Maximiliano yo también sufro día a día al no tener a tus padres, tu madre era una mujer muy dulce y bondadosa, en cambio tu padre solía esconder su furia para no preocupar a nadie y siento que él sabía sobre ese hombre, solo ve y busca algún documento en la oficina de tu padre ahí debe haber algo. Prometo v
En alguna parte El misterioso hombre observaba con curiosidad a la joven frente a él, sus hermosos ojos ámbar reflejaban la locura infinita. —Mi querida, Amanda. —relamió sus labios disfrutando de aquel nombre— Sigues siendo tan hermosa como antes La mujer lo miro con asco, sabía que sus intenciones no eran buenas. —¿Para qué me llamaste? —pregunto sin rodeos —Cálmate Amanda, primero quiero que conozcas a mis mascotas. —al lado del hombre 3 grandes bestias descansaban, eran aquellas horribles bestias que asesinaban sin piedad— ¿Te acuerdas de ellos? —Cómo voy a olvidarlos. —soltó con asco— ¿Para qué me llamaste? Sorbió un poco del vino, gimió al sentir el dulce néctar bajar por su garganta. —Es simple, —observó su copa vacía— sabes que ya son 11 asesinados ¿no? —ella asintió— Muy bien, es bueno saber que estás informada. Pero como te decía, me faltan 10 más y es ahí cuando
Reino Witther La tarde se hizo presente, el sol seguía brillando y una fresca brisa acariciaba el rostro de Maximiliano. Después de haber rebuscado en el despacho de su padre, decidió tomar un descanso. Su mente divagaba, estaba atormentado y ofuscado. No encontró nada, ¿Felipe lo estaba distrayendo? Así que decidió darse un baño y luego observar el bello paisaje desde su balcón, no había querido almorzar. Por ahora su apetito era nulo, pero su sed de venganza era inmensa, sentía que algo le faltaba. Como si una parte de su alma estuviera vagando por alguna parte. Pero no lo descifraba, ¿qué era? Recuerda que solía esconderse de todos y encerrarse en su alcoba, donde lloraba en silencio y dejaba que su dolor se apoderara de él. Ahora estaba a punto de comenzar una nueva etapa, el ser un rey. Tendría tanto que resolver, cuidar un reino entero y al mismo tiempo vengar a sus padres. Se sentía
Reino Witther Los días habían pasado y con ello los recuerdos de aquel encuentro, Esmeralda no había sido castigada pues nadie la había descubierto. Ella solo huyó de ahí, dejando al príncipe confundido y feliz. Maximiliano soñó con su compañera, pensó en su dulce mirada y el miedo que reflejaba. Fue imposible poder ocultarlo, así que tuvo que confesarlo a su nana quien se emocionó por aquello, pero él fue muy claro. —No puedes decirle esto a ella, es un secreto. Por eso te pido tu discreción y tu apoyo. Cuídala y no dejes que nadie se enteré de esto. Debo cumplir mi venganza y guardar este secreto. Para él era difícil, los días siguientes de su encuentro no dejaba de observar a su compañera y le era difícil no enloquecer por aquel dulce aroma. Todo el castillo estaba impregnado con su aroma. El sol brillaba y el pueblo se alistaba para la coronación. Maximiliano observaba
Reino Witther • Maximiliano • El silencio reino durante unos largos minutos, ninguno de los dos dijo nada. Él al igual que yo lucíamos impactados, la última vez que lo vi fue tras aquella discusión y mi tonta reacción. Lo trate mal sabiendo que él no tiene la culpa de nada. Habían pasado 3 meses desde mi coronación, al principio fue difícil adaptarme, pero ahora ya estoy controlando más el reino. Y ella, suelo verla contemplar las flores del jardín por unos largos minutos, posee una sonrisa inocente y dulce. Muchas veces su aroma interrumpe mis pensamientos, le pedí a mi nana un pequeño favor, cada vez que mi desayuno, almuerzo o cena sea llevado a mi despacho ella debe traérmelo. Me gusta su aroma. Es tan exquisito y me da calma. Y no hay sospechas, pues la encargada es mi nana así que el personal le hace caso. Sigo investigando, pero no encuentro alguna pista. H
En alguna parte • Felipe • Su sonrisa se ensanchó más, a veces parecía un demente y en ocasiones un hombre inteligente, pero ahora mismo ante mis ojos era un desconocido. Ya no lo conocía. ¿En qué se había convertido? Ya no lucia cansado, ahora su apariencia era mágica y perfecta. Su rostro sin ninguna marca de guerra que antes poseía, su piel relucía firme. Caminaba de un lado al otro con aquella sonrisa, sabía lo que pensaba. Y era mi error, mi traición. —¿Entonces qué más deseas que haga? —este asintió suavemente ante mi pregunta —Muy buen trabajo Felipe —susurró, dejó de caminar y me observó, ambos permanecimos frente a frente. Él a un lado de su trono y yo abajo, como su sirviente Asentí. —Maximiliano es aún muy débil, ya tengo algo a mi favor debo averiguar si tiene algo más —observé sus ojos detenidamente, permanecían oscuros
Reino Witther • Maximiliano • "Sobre nuestras razas hay mucho que contar, cada uno emergía en las sombras. Evitan ser vistos, pero tarde o temprano serían vistos. Los primeros en ser vistos fueron los felinos, cuentan que fue la hija del jefe quien corrió aquel riesgo. Era apenas una cría cuando salió del bosque, una de las reglas principales era mantenerse en su nido hasta que sus padres vuelvan de cazar, pero ella era muy traviesa. La curiosidad fue más grande y rompió la regla, camino escuchando todo a su alrededor y jugueteando, pero no había visto a un humano observarla. Aquel humano prepara en silencio su lanza para poder acabar con aquella presa, pero fue un Alfa quien la salvo, asesinando al humano. Días después los humanos se alteraron, ya sabían de bestias que asesinaban en el bosque. Nuestras razas corrían riesgo. Así que tuvimos que actuar, form
Reino Witther • Maximiliano • —Vigila a Esmeralda. —susurró, regresábamos de las cabañas donde dejamos a mi compañera para que ella descansará— Que mañana se tomé el día libre, debe descansar y no hacer esfuerzo ya que podría lastimarse o abrirse la herida nuevamente. Así que por favor cuida... —me detengo al escuchar la puerta cerrase con fuerza, giró encontrándome con Daniel quien me observa impresionado. Dirige su mirada a mi nana y ella agacha la mirada avergonzada —¿Estas preocupado por una humana? —pregunto Daniel alzando una ceja —Daniel buenas noches —susurró con sarcasmo, sabe que odio que entre a mi alcoba sin mi permiso —Responde —pide con voz firme, algo está sospechando —Sabes que Maximiliano es una persona bondadosa y desea apoyar a los empleados —este asiente, mantiene la mirada fija en mí. Siempre había sido lo mismo, es como si leyera mi mente —¡A