En la entrada de la sala estaban todas mis cosas, me quedé perpleja, porque mis cosas seguían aquí y no estaban acomodadas en su lugar, además estaban todas tiradas por todo lado como si alguien había estado revolviendo mis cosas.

–No te quedes ahí parada con cara de estúpida, recoge tus cosas y llévalas arriba, subiendo las gradas primer cuarto a la derecha.-

–Esto se supone que lo debería de hacer el servicio.- cuando dije esto Kendall dio una sonora carcajada.

–No seas tan inútil, aquí no hay servicio, es mejor que lo vayas sabiendo de una buena vez, de ahora en adelante te encargaras de todos los cuidados de esta casa, entiendes.

–Yo no soy tu empleada, que te pasa.- su cara se agrio, se próximo a mí y me agarró de cuello, me pegó fuertemente contra la pared.

–Tu eres y serás lo que yo decida lo que eres, es mejor que vayas conociendo tu lugar mosquita muerta, o tendré que enseñarte a la fuerza y como ya vez, no tengo mucha paciencia. Te salvas que tienes que ir a clases o de lo contrario desfiguraría ese hermoso rostro.-

Me soltó, caí al suelo tosiendo, respirando con dificultad y con mi rostro repleto de lágrimas, no podía creer con el monstro que me había casado, y no tenía ninguna salida, si iba con la policía mis padres perderían su casa y también me seguiría atormentando desde ahí -estoy con las manos atadas- pensé.

–¿Es que acaso no escuchaste?, de verdad y por tu bien te advierto que no pongas a prueba mi paciencia.-

–No me pegues, voy hacer lo que tu me digas.- de inmediato me puse a meter todo lo que estaba esparcido en las maletas y para subirlas a la  habitación.

Las maletas eran sumamente pesadas, más de una vez me caí en las gradas, ya que mi dolor me dificultaba aún más mi trabajo pero lo único que pensaba es que no quería que él me volviera a pegar, así que aunque me incomodaba seguía sin parar subiendo mis cosas lo más rápido que pudiera.

Eran tanto lo que me esforcé que ni siquiera noté la habitación, cuando la vi me quedé asombrada, era una habitación completamente hermosa, nadie pensaría viendo la apariencia de la casa al entrar que existiera un cuarto así en el segundo piso… Mi cuarto era completamente blanco, tenía una mini salita con una mesa de diseño de cristal, unos 2 sillones de diseñador, un escritorio con una computadora portatil de ultima gama, mi armario tenía una pantalla táctil para registrar cada prenda y la cama era una King estilo princesa, un cuarto hecho por un diseñador de interiores completamente hermoso y lo mejor de todo era que este cuarto se notaba que era solo para mí, que él no dormiría conmigo.

–¿Te gusta tu habitación?.-

–Si, es completamente hermosa, muchas gracias.-

–Lo ves, puedo ser bueno, lo único que pido es que no me faltes al respeto, que acates todas mis ordenas sin chistar y todo saldrá bien, verás que hasta te puedo consentir.-

Ante este comentario no lo uno que hice fue asentir, ya comenzaba a comprender un poco su temperamento y si juego las cartas bien  no me seguirá maltratando nunca más.

–Por cierto, será mejor que descanses, mañana te tienes que levantar a las 5 de la mañana a darme mi desayuno, además después del colegio tendrás que leer el manual de tareas de la casa, para que te pongas con eso lo antes posible.-

–¿Puedo decir algo?.-

–Parece que ya vas comprendiendo la dinámica, ¡dime!.-

–No se cocinar absolutamente nada, ni siquiera unos huevos. De verdad… es que no tengo ni idea, nunca me enseñaron.-

–En ese caso mañana te irás al colegio sin desayunar, y por la tarde vendrá alguien a enseñarte.-

–Muchas gracias.-

–Buenas noches, mañana será un día muy largo para ti.-

Apenas él salió de mi habitación comencé a desempacar todas mis cosas, la ropa la fui registrando en la Tablet una por una, luego acomodar en el gavetero de la pared todas mis cosas personales y mi ropa interior, cuando terminé eran la 1 de la mañana. Pero no me fui a dormir todavía, encendí mi celular y vi que tenía un montón de mensajes de “todo mi mundo”: mis hermanos, mi mamá, mis amigas Stefany y Ericka, y también un mensaje de Mark.

Abrí el mensaje de Mark:

–4:45“nena no te enojes conmigo, lo quiero que no cometas un error del que después no te puedas arrepentir, eres muy guapa y te mereces ser feliz”.

–5:00“nena por favor contéstame, sabes que eres muy importante para mi”.

–7:00 “bueno, llámame cuando te sientas lista”. No le contesté nada porque ya era muy tarde y no quería despertarlo.

Luego abrí el grupo de mis amigas:

–7:38 Tefy “Hi bellas, ¿comó están de humor para un día de compras mañana después de la escuela?”

–7:55 Ericka “claro amiga, cuenta conmigo.”

–9:00 Tefy “amiga ¿has sabido algo de Veri?”,

–9:02 Ericka “no bella no sé nada de Veri, incluso llamé varias veces pero parece que su teléfono está apagado” Tefy “que raro ella nunca se desaparece así”.

Entonces escribí: “lo siento amigas por desaparecer de ésta manera, ahora estoy casada… si, sé que dirán que ¿en qué momento pasó’, pero se los juro que no estaba en mis planes, mi padre me obligó, mañana en el cole les cuento más, lo prometo.” Sé que estaban dormidas así que no esperé ninguna respuesta y me fui a dormir.