Al llegar al hospital, la pelinegra fue quien habló con su médico pidiéndole que le hicieran una revisión completa a su amiga, porque no se encontraba bien e igual le contó que la vio vomitar.
El médico al escuchar lo que había pasado y notar que la joven castaña se miraba algo pálida, en seguida ordenó que le hicieran un examen completo para encontrar el origen de su malestar.
“Caro, tengo miedo” – le decía Débora, porque le aterraba pensar que tuviera algo malo y jamás lo noto y ese miedo creció al ver que le aplicaron varios exámenes.
- Tranquila, sea lo que tengas aquí estoy a tu lado para apoyarte ¿sí? - le comentó tomándola de las manos para buscar transmitirle calma.
La castaña solo asintió y tras esperar unos minutos, llegó una enfermera con los resultados de los análisis.
- Gracias preciosa – le dijo coqueto el médico guiñándole el ojo, provocando que ella solo sonrió y de forma lenta se girara para salir del consultorio, provocando que las amigas rieran ante esas acciones.
Al tener los papeles en la mano, el doctor enseguida comenzó a leerlos poniéndose ligeramente serio conforme pasaban las páginas.
- ¿Qué tiene mi amiga? – preguntó la pelinegra al ver que el médico no les decía nada.
- Tranquila Carolina, tu amiga está bien de salud – aclaró el médico.
- ¿Bien? ¿y porque ha estado vomitando y no se ve…?
- Porque ella tiene 2 meses de embarazo, felicidades señora – le interrumpió el doctor mirando que esa noticia asombraba a ambas.
- Que… 2 meses… —la pelinegra miró a ver a su amiga, quien estaba en shock.
- Veo que estás un poco sorprendida por la noticia - opinó el doctor al notar que ella estaba quieta y su cara no reflejaba algún tipo de emoción.
“Bastante…” - la castaña movió sus manos con dificultad, ya que se sentía en una especie de limbo en esos momentos.
- Dice que bastante, pero ¿está seguro?
- Si es un examen perfecto y de hecho, los mareos y vómitos, son las pequeñas alertas del comienzo de un embarazo – comentó notando que las amigas solo hacían una mueca al escuchar eso – veo que aún tiene sus dudas y si desea yo… - comenzó a decir abriendo su cajón para sacar una tarjeta y su block de recetas – mira aquí te doy el nombre de un buen ginecólogo para que comiences con tu seguimiento y tus cuidados, pero si no deseas esta es la dirección de una clínica para que abortes.
“Que…nooo”
- Creo que no le gustó la idea de abortar - indicó Carolina buscando calmarla.
- Perdón por sugerirlo – dijo el médico al ver la cara de horror que puso la castaña – pero no te ves feliz con la noticia, por eso me atreví a comentarte sobre esa opción.
- Gracias doctor y pues no se ve feliz porque recién se peleó con su pareja – mencionó Carolina buscando hacer que el médico deje de hablar del tema.
- Entiendo, pero bueno señorita recuerde que hablando se entiende la gente y sé que las cosas se solucionarán, además de seguro su esposo estará encantado con la noticia de que serán padres.
Débora solo hizo una mueca y asintió, ya que no tenía caso decirle sobre eso a un extraño.
- Am… doc. y dígame ¿mi amiga puede tomar algo o hacer algo para que ya no tenga esos horribles malestares?
- Claro – indicó empezando a anotar algo rápido en su recetario y se lo entregó – mira estas vitaminas te ayudarán a que ya no te sientas tan débil y por ahora como estas empezando a conocer de tu embarazo, lo que sientas que te hace mal evítalo y aumenta tu consumo de frutas y verduras ¿entendido?
Débora asintió tomando la receta que le ofrecía.
“Gracias”
- Dice que muchas gracias doc.
- De nada y cuídense – mencionó el médico despidiéndose de ella.
Mientras andaban Carolina notaba que su amiga se encontraba algo ida, ya que estaba sumida en sus propios pensamientos.
Embarazada… realmente era una hermosa noticia, ya que en algún momento esa noticia se volvió su gran sueño y anhelo… pero porque se enteraba de esto ahora que estaba decidida a divorciarse.
Ahora tenía esa duda: ¿debía divorciarse? o… las palabras del médico podrían ser ciertas y todo cambiaría con la llegada de ese bebe.
- Débora – en eso escucho que su amiga le llamaba, sacándola de sus pensamientos.
Al detener sus pasos y mirar a ver a los ojos noto su preocupación.
- Este embarazo es producto de lo de esa vez ¿verdad? – preguntó angustiada, recordando ese día que la encontró toda golpeada al ir a visitarla.
“Creo que sí…” – indicó triste.
- Débora y dime ¿qué vas a hacer? porque te conozco y sé que el aborto no es una opción, pero dime ¿harás lo que dio el doctor o seguirás con el plan de divorcio?
“Es que será su bebe”
- ¿Y qué? no sabes cómo tomará la noticia.
“Pero será su bebe… de… de seguro todo cambiara para bien”
- Amiga…
“Caro sé que te estas enojando, pero siento que debo decirle sobre mi estado”
- Débora, mejor promete y júrame por la memoria de tu mamá – dijo la pelinegra mirándola a los ojos y tomándola de las manos – que solo le preguntaras ¿qué opina de que tengan un hijo? no le digas que estás embarazada porque en verdad no deseo que se gire y te golpee hasta que te haga abortar.
Esas palabras asustaron un poco a la castaña porque sabía que él podría tener ese tipo de reacción, por lo que accedió y prometió cumplir con esa promesa.
Ante esa mención, empezó a recordar ese día, si… ese fue el día que quedó embarazada y tristemente, no hubo nada de amor ni cariño en esa única ocasión en la que compartieron cama, ya que solo fue sexo rudo acompañado de golpes e insultos, porque Roger la utilizo como saco de boxeo para sacar sus frustraciones debido a que esa mañana habia peleado con Sophia y tenía miedo de perderla… y como siempre, Débora fue la razón de la discusión, porque la rubia deseaba ser la esposa y no la amante, así que esos golpes eran porque le estaba arruinando su vida.
Ciertamente ese hecho fue el que detonó que ella marcara la línea final de la tolerancia, porque ella jamás le había hecho algo para merecer ese trato por lo que no entendía porque la odiaba tanto, ya que ella no recordaba haber hecho todas esas cosas de las que la acusaba.
Débora buscó sacudir todos esos malos recuerdos de su mente y solo se dedicó a seguir caminando por las calles en compañía de Carolina hasta la farmacia para surtir la receta médica.
Al tener las pastillas busco tomar unas y guardar el resto en su bolso.
- Bueno ahora que ya las compramos, qué te parece ir de paseo.
“Pero…”
- Ayer fue tu cumpleaños y te quedaste en casa encerrada esperando a ese imbécil, así que hoy tomarás tu revancha y comeremos pastel - dijo Carolina tomando de la mano a su amiga para caminar hacia el centro comercial.
Tras pensarlo un poco, Débora accedió porque ella decía la verdad: ya era hora de disfrutar de la vida y debía celebrar su cumpleaños pasándola bien fuera de casa.
La salida fue algo bueno para Débora, quien se miraba más alegre por lo ocurrido, ya que hasta comieron fuera y Carolina le compró un regalo de cumpleaños.Al terminar de comer, regresaron juntas al departamento de la castaña, porque Carolina insistió que no la quería dejar sola en la calle.Las amigas avanzaron con tranquilidad entre risas y charlas, llegaron al edificio de departamentos y tomaron el elevador.Lamentablemente el agradable ambiente terminó cuando salieron del elevador y vieron a una mujer mayor golpear y gritar la puerta de la casa del departamento de la castaña.- MALDITA MUDA ¡ABREME! – gritaba una mujer mayor de cabello negro platinado, la cual seguía golpeando la puerta sin parar, hasta que noto la presencia de ellas a su lado - TU ¿quién diablos te crees? – declaró mirando con odio a la castaña - ¿por qué no estás en casa? ah… ¿quién te dijo que podías salir? tch… con razón mi pobre hijo sufre por tu culpa.- Señora Petrovic, si sabe que este es un edificio de de
Tras el escándalo, Roger acompañó a su madre de regreso a su casa, no sin antes amenazar a Débora diciéndole que en la noche hablaría seriamente con ella sobre este asunto.- Ah… gracias hijo mío – decía aliviada la mujer al llegar al auto - pero ¿cómo lo supiste?- Fabián recibió una llamada de uno de nuestros amigos de la policía, quien nos informó que estaban enviando a un par de oficiales a la casa - le dijo ayudando a subirse al vehículo - por eso salí de la oficina para ver que habia hecho esta idiota, pero jamás pensé que ese estúpido Cooper tratara de hacer que te arrestaran. - Oh dios… lo lamento mi amor, pero es que sabes que me enoja que me hagan esperar e igual no pensé que esa idiota saliera de la casa.- Ni sabía que salía de la casa, pero ya pasó madre y en la noche la regañare por ser tan irresponsable y atreverse a dejarte fuera del departamento, haciendo que pases un mal rato.- Sí hijo, castígala para que no vuelva a hacer eso de salir sin avisarnos.Fabián solo es
Sin que la pareja lo notara, había alguien que les estaba siguiendo y logró grabar su conversación e igual les saco varias fotos como evidencia. Al ver que se retiró esa persona que los estuvo siguiendo busco llamar a su jefe para notificarle lo que consiguió. - Perfecto, regresa a la oficina con cuidado – le dijo su jefe terminando la llamada – ah… en verdad que es el colmo del cinismo – opinó un hombre pelinegro, cuya mirada color zafiro demostraba enojo en esos momentos. - Ciertamente es una buena noticia para ti como abogado, porque con todas estas pruebas ganaremos el caso – le comentó su compañero, un joven pelirrojo – tu fama aumentará con esta demanda. - Lo sé, pero no lo hago por eso, sino porque ella es la amiga de mi esposa y me ofrecí a ayudar no por la fama si no porque no me parece justo que le hagan eso a esa pobre chica – mencionó tomando su saco para ponérselo. - ¿A dónde vas? Cristian – le preguntó el pelirrojo. - No es obvio, voy a ver a mi cliente para inform
Regresando un poco en el tiempo…Tras acabar la comida, Roger llevó a su casa a su amada porque ella no debía hacer muchos esfuerzos en su estado actual.Una vez solo volvió a prender su teléfono asombrándose por la cantidad de mensajes y llamadas perdidas de Fabián… algo que lo confundió, porque su amigo sabía dónde estaba y que no debía molestarlo, por lo cual abrió uno de los mensajes para ver que ocurría y al leerlo se asustó, dejando su celular de lado y buscando regresar rápidamente a la empresa.El mensaje era: tú papá está aquí, regresa rápido.Obviamente esa era una mala señal, porque su padre no había ido a la empresa desde que le entregó la presidencia a menos de que algo malo estuviera pasando. Al llegar vio que ningún empleado le miraba a ver o lo saludaba, lo cual le enfadaba, pero no podía reaccionar porque lo más seguro es que eso fuera obra de su padre.Ignoró eso y avanzó a su oficina, mirando que su padre estaba haciendo trabajar a Fabián y estaba revisando los pen
- Wa… es un hermoso lugar – dijo Carolina.Débora también estaba asombrada al admirar el lugar a donde los llevó Jayden.- Había escuchado que este tipo de casas privadas son de otro mundo… y sí que lo son – indicó Cristian al ver las casas de alrededor, las cuales eran amplias, en el lugar se respiraba un ambiente familiar y desde la entrada hasta en las calles se miraba a varios guardias de seguridad cuidando el lugar.- Es lo que mi padre llama: hogares privados para ricos no tan ricos – bromeó Jayden – fue mi primer proyecto cuando tomé el cargo de presidencia; fue pensado para esa gente quisquillosa que es rica, pero no se siente cómoda en una gran mansión con sirvientes, aunque si quieren seguridad - explicó - a lo cual este sitio es para ellos porque es una casa que parece común, pero cuenta con un espacio privado, tienes vecinos cerca, algunos comercios y una estricta seguridad las 24 horas.- Sabes había escuchado ese concepto, aunque en la tele lo llaman las casas para los r
Débora sintió un ligero escalofrío, pero busco alejar esos pensamientos de su mente, porque ya nadie llegaría a gritarle.En eso se acercó al espejo que había en la sala, donde le sonrió a su reflejo.No tengas miedo Débora, este fue el primer paso para buscar tu propia felicidad – se dijo a sí misma.Después de mucho tiempo, al fin pudo dormir temprano por primera vez y no colocó su alarma porque ya no había nadie a quien atender.A la mañana siguiente, ella se levantó temprano asustándose un poco al verse en una habitación desconocida, pero en seguida se relajó al recordar que no era un sueño… en verdad dejó atrás ese departamento y a Roger.Bueno hoy es mi primer día en mi nueva vida – pensó sonriendo mientras salía de la cama para ir a bañarse.Al salir noto la poca ropa que poseía, la cual sinceramente ya estaba muy vieja y desgastada, por lo que pensó que si estaba por cambiar su vida, empezaría con su propia apariencia y guardarropa.Con ese plan en mente terminó de vestirse y
Por su parte Roger estaba furioso, pasó una mala noche tras romper todo lo que encontró a su paso para desquitar su coraje. Y para empeorar su humor, noto que su mañana eran muy diferentes a otras porque ni su ropa del día ni su desayuno estaban como siempre… notando que tal vez Débora no era tan inútil como pensaba, ya que ella era una buena criada. - Tch… ah… ¿porque se me complica todo? – se quejó masajeando su frente tras terminar la llamada con Sophia. Ya que en verdad que no estaba de humor y escuchar a su amada gritarle solo hacía que le doliera más la cabeza. - Am… Roger – en eso vio que le llamaba Fabián y este se notaba nervioso. - ¿Qué pasa? - Bueno me encargue sobre esa carpeta que me diste. - ¿Y? – preguntó arqueando una ceja. - Lamentablemente es legal y no podemos detenerla o hacer que desaparezca, porque el abogado que ella contrato se movió rápido y ya fue presentado. - ¡QUE! – dijo colocándose de pie – ¿y cómo rayos ella contrató a un abogado tan bueno? si
Por suerte Carolina sabía cómo animar a Débora y tras calmarla la llevó a una papelería, la cual era como el paraíso para la castaña, quien no dudó en comprarse varios plumones, bolígrafos de diferentes colores, libretas, algunas carpetas y varios artículos más de oficina con diseños adorables. - En verdad que tú no cambias, un poco más y compras toda la tienda – bromeó la pelinegra mientras guardaban las bolsas de compras en el auto. “Claro que no” – indicó apenada y divertida. - Ah… si así fueras con tu ropa y accesorios, no habríamos tardado tanto en buscar tu ropa nueva. “Que mala y yo que te compre algo” – indico pasándole una bolsa de papel con algunos artículos de papelería para ella. - Gracias – dijo tomando la bolsa - pero estoy en lo correcto ¿o no? “Am… tal vez” – Débora río, pues hacía mucho que no se divertía y compraba cosas para sí misma. - Bueno ahora que regreses a casa, estarás muy entretenida acomodando tus cosas – comentó Carolina mientras se subían al auto