—Bien señoritas, hemos llegado. —Malcolm nos abre la puerta.
—Joder... Qué gigantesca está. —Grita mi amiga alucinada y con emoción.
—Cuando veas el interior se te va a quitar todo encanto. —Me encojo de hombros cuando me mira.
—Siempre tienes algo que decir. —Me gruñe Kahin, le miro despreocupada. —Puedes recorrerla Carla, yo debo hablar con Marilí. —Mi amiga sin prestar demasiada atención se va. Siento la mano de Kahin en la mía y no tardo en apartarla.
—Me sé el camino. —Subo directo a la habitación, él tras de mí, tras un silencio algo incómodo le miro.
—Lo primero, quiero que me compres ropa para mí aparte y...
—Marilí toda esa ropa es tuya. —Me interrumpe dejándome pasmada. —Todo lo que ves en ese closet es tuyo, ya te lo había dicho, ninguna mujer ha venido a mi casa. —Descolocada asiento.
—Bien... No quiero pasar todos los fines de semanas aquí encerrada, porque de algo si estoy segura y es que no me vas a tocar n
—Tú cállate y pásame los Nuggets y ayúdame a cortar los vegetales. —Mi amiga, no muy convencida, hace lo que le pido. Al ver todo lo que tengo a mi disposición para la salsa, me apresuro a prepararla, la limonada me ha quedado deliciosa. — ¿Qué has hecho? —vuelve a preguntar mi amiga— tú no eres capaz de dejar pasar el tono con el que ese hombre te habló. —miro a mi amiga. —No hice nada, por lo menos no lo haré, será él quien se lo lleve a la boca ¿No? —sonrío con inocencia—. Vamos quita esa cara, no lo voy a envenenar. —Ruedo los ojos y entramos. —Aquí tiene su majestad, Nuggets de pollo frito, una salsa exquisita, vegetales perfectamente picados, mi madre es chef. —Sonrío tras mi mentira. —Su limonada al punto y con mucho hielo. —Le dejo la bandeja frente a él y me aparto. —Loan no lo comas. —Le advierte Kahin, al ver que se va a levantar prácticamente me le tiro a las piernas. —Cálmate. —Le miro a lo
Tras llegar a la villa todos nos disponemos a buscar nuestras habitaciones, cómo era de esperarse, el lugar es enorme y muy bonito, tiene unas cinco habitaciones gigantescas, cada una con aire acondicionado y su propio baño, una sala de estar con unos bonitos sofás y una enorme pantalla plana, la cocina es un gusto verla, espaciosa y muy limpia, ni que decir de la vista al mar ¡Es preciosa! Kahin se niega a dormir conmigo y no lo esconde, lo dice abiertamente y eso me hace sentir mal, no me importa que no duerma conmigo, pero la sensibilidad y el dolor que siento hacen que eso me afecte. Al ver que la habitación que me tocó, sonrío, tiene un pequeño porche, salgo y me siento en el piso para apreciar el mar, está atardeciendo y se ve maravilloso. —Hola flaca —saluda mi amiga sentándose a mi lado y abrazándome—. ¿Quieres hablarlo? —Niego con la cabeza. —Estoy bien, no hay nada de qué hablar. —Suspiro y sonrío para tran
—¿En serio Kahin no duerme contigo? —pregunta mi amiga sin poder creerlo. —Te lo juro, dice que si duermo con él me voy a enamorar. —Carcajeo. —Por favor... Me quitó la virginidad y aun así no me enamoré de él. ¿Por qué me voy a enamorar solo por dormir abrazados? —Mi amiga alza las cejas. —Bueno... En tu cama hay un oso tamaño real con el que duermes abrazada, cuando yo duermo contigo igual me abrazas, creo que llevas razón, no te enamorarías de él solo por dormir junto. —Asiento. —O sea, puedo hasta darle un par de mimos entre sueños ¿Pero enamorarme de él solo por dormir? Que no me joda. —Chillo. —Buenas noches. —le escucho y de inmediato dejo de reír. —Carla puedes dormir en cualquier habitación que desees. —Le miro con la boca abierta. &nbs
Al llegar al punto de partida para nuestro recorrido miro para todos lados, estoy tan emocionada que no sé por dónde iniciar. —¿Están segura de que aguantarán toda esta caminata? — pregunta Loan. —Le miro con la ceja enarcada. —Por supuesto que si. —afirmo segurísima de mí—. Vamos iniciemos, primero recorramos el sendero natural de árboles cuadrados, seguimos con el Mariposario, Cascada Chorro El Macho, el Centro de Orquídeas, el Jardín Zoológico, Observación de aves, escalamos la India Dormida y por último pasamos al museo. —Mi amiga igual de emocionada que yo, aplaude. Los chicos se miran entre sí y asienten. —¿Qué sucede con el serpentario? ¿Por qué no lo has mencionado? —pregunta Loan, cruzo una mirada con mi amiga y hago un gesto que es gracioso lo sé, ellos ríen. —No me gusta. —respondo despreocupada. —No voy a cargar a nadie. —Bufa Kahin. —Con tu amargura basta guapo. —Loan carcajea cuando lo escucha protestar. Iniciamos n
—Odio ser tan débil contigo. —Ella ríe. —Me amas. —Me guiña. Una vez lista salimos del lugar y vamos al encuentro con los chicos, al llegar ver a Kahin me estupidiza, sus vaqueros a la cadera con camiseta y su cazadora de cuero me atonta —podemos irnos— mi amiga toma la mano de Loan y se adelantan, sonrío al ver a Kahin acercarse a mí. —Ese vestido está muy corto —mete sus manos por debajo— ve a cambiarte. —Me pide entre besos, sonrío una vez me aparto. —¿Listo para sufrir señor Hamann? —acaricio su mejilla y me aparto de él—. Vamos moreno, la noche promete. —Le escucho gruñir e intenta retenerme, no me pienso cambiar. —No me hagas enojar y no quiero discutir o te ira peor. —Al parecer toma mi amenaza en serio, cede a mi petición, pero eso sí, me abraza por las caderas con posesividad. Al llegar a la discoteca nos vamos a una mesa, el ambiente está encendido, Kahin con su cara de pocos amigos, repele a todos los que quieren acercarse. —B
Han pasado tres meses desde que Kahin me mostró por primera vez su descontrol y su verdadera manera de ser, justamente tres meses desde que sin proponérselo hirió mis sentimientos.Mamá cada día lo soporta menos, no he permitido que lo conozca o Camilla Cook es capaz de castrarlo aun estando despierto.Por otro lado, Kahin no sabe que hacer para que yo confíe en él, se está volviendo loco por no conseguir mi perdón, las cosas entre nosotros son bastantes incómodas, pero en el sexo son igual de placenteras, excitantes y fogosas. No dormimos juntos él no lo acepta, no lo perdono pero me gustaría dormir con él.Mi amiga con el tontuzo de Loan parecen llevar las cosas serias, aún no me confío de ese gilipollas. —¿Qué estás mirando? —miro en la dirección que él mira—¿Tienes líos con ese tío? —su tono se sube, le miro confundida. —No... Es solo que estaba en un viaje astral y él se interpuso. — sonríe y sé que es falsa esa sonrisa. —No puede ser...—Susurro
—Que vulgar señor —susurro—. Puede decir ebria. —Siento que la sábana desaparece, le miro sonriendo. —No es broma Marilí, quería felicitarte por tu cumpleaños, llegas aquí ebria y dormida, joder lo has arruinado todo. —Miro la habitación y está decorada, sonrío por ello. —Me alegro habértelo estropeado todo, así no te confundes ni pensarás que podemos ser tan íntimos como antes, ahora venga, sal de mi habitación quiero seguir durmiendo. —Me giro y le doy la espalda, ese solo movimiento me hace arrepentirme por el dolor. —¿Cuando me vas a perdonar? ¿Cuándo vas a escuchar mi explicación? —me gira— Marilí no quise lastimarte aquella vez. — alzo las cejas. —¿Qué te hace pensar que me lastimaste? Para hacer algo así tú deberías importarme y para importarme debería sentir cosas por ti y yo por usted no siento nada, ni siquiera odio. —Su gesto se entristece, pero lo disimula bien. —Ahora lárgate de mi habitación. —frunce el ceño. —Quiero sexo y me lo
—Kahin —me giro y le abrazo por la cintura— no te lo dije antes... pero mi madre te odia incluso más que a mi padre, quien la dejo a los 17 años, embarazada, sola y sin un techo en dónde vivir. —Él frunce el ceño. —Te digo esto es para que veas el grado de su odio por ti, si ella se comporta de manera grosera y poco amigable, tenle un poco de paciencia ¿Puedes hacer eso por mí? —Besa mis labios. —Trataré de no mandarla a un manicomio por odiarme sin conocerme —sonríe de manera extraña— tú padre es un gilipollas. —No sonrío. —Hamann esto es serio, no conoces a mi madre, la doña está loca. —Él carcajea. —Quédate tranquila que yo la controlo —me da un cachete en la nalga derecha y besa mis labios— la tratare como una Reina para que su princesa me dé esa oportunidad que le vengo pidiendo desde hace un tiempo. —Ruedo los ojos. —Que me pidas que sea tuya, no es pedir una oportunidad.— Él sonríe como un patán. —Pero hoy si te lo he pedido bien ¿No? —