—¿Dónde estamos? —pregunto algo desorientada, mientras quito mis lentes para frotar mis adormilados y cansados ojos.

—Te has dormido preciosa. —Acomodo mis lentes y echo una mirada al camino para luego mirarle a él.

—Solo he cerrado los ojos por unos minutos. —La verdad no puedo creer que me durmiera.

—Estamos en el centro de Toledo es aquí donde vivo.

—¿Qué? Pero ¿no vives con tu abue? —Me mira divertido.

—No, solo paso más tiempo en su casa que en la mía. —Vaya... <<¿Cómo es esto posible?>> vuelvo la mirada al camino debo despabilarme. De pronto aminora la marcha del coche y aparca frente a un edificio precioso que grita lujos por donde mire, no pasa de diez pisos, pero desde afuera se puede notar que los departamentos son enormes.

—¡No me jodas! —Digo más que alucinada, si bien ya había yo pasado por estos lares, jamás imaginé entrar a un edificio de estos y mucho menos imaginé que mi novio viviría ahí.

—Vamos preciosa entremo