La noche fue una tortura y mi amiga no se separó de mí, Mijaíl no dio señales y eso me tiene más triste, no puedo creer que realmente le haya creído a su madre, no quiero pensar que se puso así por mi condición, me niego pensar eso.
—No has dormido nada. —Escuchar la voz adormilada de mi amiga me sorprende, limpio mis lágrimas. —Ya te vi... —Acaricia mi mejilla. —No me gusta verte así, me gusta verte feliz. —Muerdo mi labio para ahogar un sollozo. —Debes hablar con él Rizos, no puedes dejar que Carmen se salga con la suya. —Dice casi con rabia, ella tiene razón.
—Lo sé, debo hablar con él ¿Pero si él no quiere? —Le miro con los ojos cristalizados.
—Tú siempre le puedes, él te va a escuchar. —Asiento ella tiene razón.
—Está bien... Lo haré hoy en la noche. —Sonrío con tristeza. —Lo quiero demasiado y no sé qué haría si no quiere estar conmigo por mi condición. —Las lágrimas salen de mis ojos. —Odio ser tan llorona ahora. —Sonrío entre lágrimas.
—Todo sal
Sus ojos van al desastre que hay a mis pies y va subiendo la mirada a lo largo de mi cuerpo hasta que llegan a mis ojos nuevamente, mi corazón se acelera de manera frenética. Él está aquí, frente a mí después de tanto tiempo... Totalmente pasmada y sin poder gesticular palabra, le miro atónita y mi cuerpo siente algo que no logro comprender, mis sentimientos son confusos.—Hola preciosa. —Sonríe acercándose a mí, sin saber por qué yo retrocedo, no lo puedo creer. —Cariño por favor... —Susurra. —Déjame acercarme a ti. —Pide con su tono suave y ese acento que me trae miles de recuerdos.—Alahin... —Susurro en un sollozo, él antes de que yo me dé cuenta me tiene entre sus brazos, mis lágrimas salen de mis ojos, ya no puedo retenerlas más, así que les doy rienda suelta.—Te extrañé demasiado. —Susurra a mi oído. —No puedo vivir sin ti cariño... Simplemente no puedo. —Besa mi cabeza y eso me hace sentir horrible ¿Cómo le explico que mientras él me extr
Han pasado exactamente tres meses desde que me di cuenta de que Mijaíl tenía novia y la verdadera personalidad de Alahin.Los dos han tratado de llegar a mí, pero mi amiga no lo permite, ella está siendo fuerte por las dos, mi viaje a Panamá es dentro de 3 días y ya estoy deseando irme para no escuchar a Mijaíl, ni Alahin, ni ver las flores, chocolate y tontería que me envían. La desconfianza en mi es enorme, ya no deseo confiar en nadie más.—¿Vemos serie? —Pregunta mi amiga sentándose a mi lado.—Si, es buena idea. —Sonrío con debilidad.—Creo que deberías ir a un doctor Neon. —Le miro. —No comes nada, no tomas agua y solo lloras, eso no es bueno, vas a enfermar cariño. —Trato de sonreír con más ánimos, pero me es imposible.—Los extraño. —Susurro entre lágrimas. —Aun cuando me han dañado no puedo odiarlos. —Mi amiga me abraza y al separarse de mi me mira a los ojos.—¿A quién amas más? —Bajando la mirada doy un hipido.—Con Mijaíl p
Elígeme a mí “Eres mi vida” Melanie FraserNotaHay situaciones que, por muy difíciles que sean, son la mejor experiencia que podremos vivir. Yo siempre digo “la vida es una especie de novela en la que los guiones se escriben día a día, pero tenemos la libertad de escribirlos nosotros mismos”. Existen pasajes que pretendemos ignorar, porque son intolerables a nuestro consciente, pero se convierten en una voz interior, algo que deja marca en tu corazón, y en momentos especiales se intensifican tomando magnitudes impresionantes, volviéndose parte de tu día a día. Eso que pretendemos pasar por alto, es aquello que inconscientemente sabemos que es nuestra droga, aquello que nos da fuerza y es el motor de nuestras vidas, en ocasiones es tan potente que se vuelve peligroso y puede destruirnos. Nos proporciona una sensación única de adrenalina que nos h
ÍNDICEPresentación, nota y nombre del autorDedicatoritaCitaCapítulo 1Capítulo 2Capítulo 3Capítulo 4Capítulo 5Capítulo 6Capítulo 7Capítulo 8Capítulo 9Capítulo 10Capítulo 11Capítulo 12Capítulo 13Capítulo 14Capítulo 15Capítulo 16Capítulo 17Capítulo 18Capítulo 19Capítulo 20Capítulo 21Capítulo 22Capítulo 23Capítulo 24Capítulo 25Capítulo 26Capítulo 27Capítulo 28Capítulo 29Capítulo 30Capítulo 31Capítulo 32Capítulo 33
Me encuentro caminando por las calles de Toledo, España. Esta mañana hace menos frío, está iniciando el verano y aunque me agrada el invierno, los cálidos días como este no caen mal. Días así me recuerdan a mi país, mi preciosa tierra canalera.Con un largo suspiro continuo mi camino, debo iniciar mi rutina diaria. Llego a mi lugar de trabajo, soy la que se encarga de dar las órdenes para acondicionar el lugar, no es gran cosa pero me ayuda a pagar facturas y a sobrevivir. —Hola Tom. —Saludo con demasiado entusiasmo a mi compañero. Tom junto conmigo se encarga de abrir el supermercado diariamente y de que todo esté en perfecto orden. Después, él se encarga de la seguridad. Este me dedica una gran sonrisa y no puedo evitar notar ese brillo al mirarme que indica seré su
Un estropicio y un golpe me despiertan del profundo y placentero sueño que estaba teniendo, abro los ojos alarmada y al ver a mi alrededor noto el desastre, botellines de cervezas, envoltorios de chuches, paquetes de patatas fritas a medio comer entre otras cosas, estoy en el piso y es ahí cuando me doy cuenta que caí del sofá.—Joder. —Estoy tirada y la escena es similar a la de una serie de criminología, de esas que suelen ver los solteros amargados un sábado por la noche, vaya golpe que me he propinado.—¿Que sucede? —pregunta Verónica alarmada, pero claro el susto se le pasa al verme en el piso tirada y sin esperar más se parte de la risa.—¡Calla! —grito cabreada— no es bonito despertar de esta manera... me has tirado tú de lo feo que duermes. —La culpo, pero no hace caso, sigue riendo como una posesa.—¿Quién, yo…? —No puede seguir la risa no la deja, me levanto del piso y me vuelvo a echar al sofá con mi costado izquierdo adolorido, a
Es domingo por la mañana, desperté con un dolor de cuerpo y de cabeza horrible, creo que un tren me pasó por encima mientras dormía—Aauch. —Me quejo mientras me incorporo en mi cama para ver la hora, llevo mi mano a la mesita de noche y tomo el reloj de pulso, son las 8:05 horas <<¿por qué despierto tan temprano?>> Salgo a duras penas de la cama, al pasar por el espejo de cuerpo completo que tengo en la puerta de mi closet, veo mi terrible apariencia, mi cabello esta enmarañado, tengo unas ojera muy marcadas y un aspecto desaliñado.—Pero bueno que mala pinta tengo. —Susurro con voz rasposa. Dejo de mirarme al espejo y me arrastro hasta el cuarto de baño. <<Debo hacer algo conmigo, estás trasnochadas no son igual que antes ¡ya estoy vieja!>>. Pienso con un poco de pánico. Treinta minutos después, estoy lista con un vestido sencillo y corto, es verano y me puedo dar el lujo de vestir ligera, mis pies descalzos sintiendo el frío del pis
Me encuentro en la sala, estoy por marcarle a Tom pero el sonido del timbre llama mi atención, guardo mi móvil en mi bolsillo y me apresuro a atender la puerta, abro sin ver quién es, una mala costumbre mía abrir así. Me encuentro con unos ojos felinos y sonrió.—¡Has venido! —Me lanzo a los brazos de Tom quien me toma de volada, al separarnos le miro sin dejar de sonreír— ¿Cómo estás? —Me aparto para darle paso.—Estoy bien. —Responde con una sonrisa en su rostro que no termina de convencerme, pero no digo nada.—Vamos, nos esperan. —Lo tomo de la mano para cerrar la puerta y finalmente guiarlo. Sé que no está bien, pero haré lo mismo que hice con Vero no lo voy a presionar, yo solo espero que el ambiente no sea tenso ni incómodo.—¿Dónde está Elizabeth? —Se gana un regaño de mi parte <<¿Por qué no la puede tratar de usted o de señora?>> Si es cierto que ella se lo ha permitido, pero vamos que debe haber respeto, no