Unos minutos después llegamos al estacionamiento del club es grande, hay muchos vehículos. Bradley nos dice adiós con la mano. Se monta en su camioneta roja Land Rover, juraría que antes de irse se le quedó mirando... a Ceci. Ignacio va conduciendo. Está callado, llevamos a Ceci a su casa ella se mantuvo sin hablar también. No sé que es peor. Si este silencio aterrador o ese jueguito de "verdad o reto" donde todos se lanzaron preguntas como si fuera cuchillo. Cuando le pregunté a Ignacio por este auto dijo que Elior se lo vendió y supuse que estaba mintiendo, porque lo conozco bien. Llegamos a la mansión, antes de bajarnos del auto le pregunto: —¿Me vas a decir quién es Barbie y que fue eso de la apuesta? —le digo molesta. Él habla lentamente y noto el miedo en su voz —Primero que todo pecosa quiero que sepas, que eso fue mucho antes de pedirte que fuéramos en serio. Ya no tengo nada con esa chica. Desde que comenzamos a salir en serio yo no he vuelto a mirar otras por ahí y men
IgnacioPienso que a Camila siempre le a gustado: "Ser la primera"Es la primera... chica de quien me enamoro.La primera... chica a la que le dije para ir en serio. A pesar de que eso me puedes costar todo lo que tengo.Es la primera... chica que se atreve a terminarme.Y ahora también será la primera... a la que "Yo Ignacio Besnier tengo que rogarle que vuelva conmigo"....Estamos en la cafetería Bradley Elior y yo. El día está claro y afuera hay un sol muy brillante, avisando que se acerca el fin del veranos.—De los creadores de me cae mal la gótica, llega me la quiero follar —bromea Elior riendo, rió al oír eso.—¿Por qué mejor no se callan y maduran?—protesta Bradley.—Porque si maduro después me... pudro —responde Elior.—¿Como van las cosas con Amelia? —le pregunto a Elior —Cuando salimos del club, estába furiosa y triste, me dijo que solo soy un cretino que he estado jugando con ella, algo que no es cierto porque me estoy portando bien y ustedes lo saben —se borra su sonri
¿Qué es lo que tiene planeado la madre de Ignacio?El papel estaba cerca de la puerta de Adelaida.—¿Entonces ella es una espía de Isabel Besnier? Me guardo el papel en mi jean. No entiendo porque no usa WhatsApp, telegram o facebook para comunicarse. Estamos en pleno siglo XXI y todavía se usan estás cartitas, continuó haciendo el aseo hasta que terminó de ayudar a María....Cuando subo a mi habitación me doy una ducha me coloco después una braga y una pijama de short y franela corta. Me echo mi crema hidratante en el cuerpo y me acuesto en en mi cama.Mi móvil suena es Ignacio.*¿Podemos hablar? te extraño pecosa.* ¿Puedes dejar de mandarme flores?* ¿Puedes perdonarme?Ignoro su mensaje porque creo que... no vamos a llegar a ningún acuerdo. Me llegaron dos mensajes más de él.*Dime qué quieres que hagas para que me perdones.* Haré cualquier cosa que quieras si me perdonas.Sigo ignorando sus mensajes hasta que recuerdo el día que se molestó por lo que le... pregunte de su madre
CamilaCuando llegue de la preparatoria, me di una ducha lave mi cabello con mi shampoo de fresa. Después que salgo de la ducha voy hacia mi cama ahí deje la ropa que voy a usar. Es un jean blanco, una braga, mi brasier con una franela roja de algodón y mis tenis.Luego hice mi tarea, después ví un rato la televisión. Cuando el reloj de mi habitación marca las ocho... Me dirijo al tercer piso.—Adelaida viene bajando las escaleras. Siempre lleva su cabello recogido. En una cola alta, con su uniforme de siempre una falda azul oscuro y una blusa color lila.—¿A dónde te diriges Camila?—Voy al tercer piso, a tocar el piano.—¿Quiero hacerte una pregunta Camila?—¿Dígame?—No has pensado en terminar con el Joven Ignacio, en alejarte de él.Me hago la tonta lo de mi relación con Ignacio, es… secreto si mi madre lo supiera me mataría. Por lo visto todos en esta mansión tenemos secretos "Hasta yo".No debería llamarse la mansión de los Besnier. Si no "La mansión de los secretos".—No sé de
—Dijiste que me contaría hoy.Él calla, su rostro está serio, tenso, parece estar incómodo. Y creo que es por mi pregunta.Me acerco y uno su mano con la mía estoy frente a él le digo en un tono de voz suave —Yo nunca te he ocultado nada. Tenemos años conociéndonos y todavía sigue siendo difícil para ti hablar de eso conmigo.—Tú nunca vas a dejar de insistir en querer saber eso —reprocha serio.—No Ignacio, tú quieres que yo confíe en ti, entonces confía tú también en mi; responde mi pregunta —le digo tranquilamente.Él suspira y nuestra manos siguen unidas me mira fijamente.—La presidenta, fue la culpable de la muerte de mi padre —esas palabras salen de su boca lentamente como si cada una de ella doliera más que la otra. Sus lindos ojos verdes están cristalizados.—Yo presencie todo, dos días después de la muerte de mi papá la conseguí follando con su guardaespalda —su voz suena triste.—Sabes lo traumático que fue para mí todo esto. Era un niño de seis años. Mirar a mi padre morir
Cuando miro a mi madre. Ella sigue seria como si nada hubiera pasado. —Tú lo mataste asesina, los tiraste por las escaleras —la acusó delante de todos. Adelaida, Ofelia y los hombres de seguridad están atónitos. —¿Qué? — dice la señora Adelaida sorprendida. —Ella lo empujó, yo lo ví todo —digo limpiando mis lágrimas, mi madre se mantiene en silencio; no dice nada. En la noche le organizan el funeral a mi padre con grandes coronas y gente de nuestro círculo social. Mi abuela estaba de viaje, pero regresó apenas se enteró, ella me abrazó y también esta muy triste. Mi madre asiste al funeral con un vestido negro, parece la mujer más sufrida del mundo. Ahora su cara si denota dolor. Le conté todo a mi abuela cuando llegó y ella al siguiente día en la noche se encerró en el despacho, con la señora Adelaida, Ofelia y mi madre. Pero al final mi abuela y la presidenta llegaron a un acuerdo por el buen nombre de la familia, no denuncio a mi madre. Eso no fue lo único que paso... Porq
A veces siento que odio esta mansión por el misterio que envuelve a esta familia. No sé, si debo decirle a Ignacio sobre esa carta. Me preguntó si su madre será ese tipo de personas que acaba con todo, lo que le estorba.Ahora siento que las piezas del rompecabezas empiezan todas a encajar porque cosas que nunca pude entender cuando era una niña ahora las entiendo.Es que muchas veces cuando era pequeña y subía a tocar el piano para él. En su rostro había molestia, otras veces tristeza, otras veces amargura. Él estuvo arrastrando esos recuerdos tan dolorosos.A Ignacio, nunca le gustaba le hicieras pregunta de porque se la llevaba tan mal con su madre.La primera vez que se lo pregunté éramos unos niños y se molestó conmigo por dos días. Después se lo volví a preguntar un día en mi habitación, se puso furioso y me dijo:“No lo entiendes Camila que para mí el simple hecho de recordar eso me cabrea y es muy doloroso para mí”Cuando por fin logró que me lo cuente lágrimas salieron de sus
—Ignacio quítate la camisa —le digo con una voz jadeante. Él se sienta encima de mí con sus piernas alrededor de mi cintura y se la quita. Su mirada se encuentra con la mía y tiene una pequeña sonrisa.Sonrió al ver sus abdominales… paso mi mano por su abdomen y lo acarició lentamente, luego la subo a sus brazos para tocar sus tatuajes su piel es suave y está marcada por el ejercicio. Observo como él se tensa con un deseo de destello en sus ojos. Él me jala por mi brazo hacia él para que me siente me besa lentamente otra vez. Coloca sus manos en el borde de mi franela purpura de pijama y me la quita.Mi senos quedan a su vista él me empuja hacia la cama suavemente. Luego abre mis piernas quedando en el medio de ellas acaricia mis senos con una mano y la otra la pones alrededor de mi nalga él pasa su boca por la punta de mi seno lo muerde lo lambe ¡Yo Gimo!Con una mano, le acaricio la espalda y la otra la coloco en sus cabellos rubios.—Ignacio —pronuncio su nombre de una manera jadea