Capítulo 6 Una Declaración de Amor en la Playa

Camila Narra

Salimos por el día a la playa. Va a ser el último fin de semana donde estemos todos juntos incluido Juan Pablo. Hoy no quiero hablar con nadie, hubiera preferido quedarme en la casa. Es muy duro ver los besos apasionados de los novios y sus muestras de cariño, me duele mucho y, aunque tengo habilidad para ocultar lo que siento, no soy masoquista, así que le aviso a mi papá que voy a ir a caminar y a mirar el paisaje.

-Papá quiero ir a caminar por la orilla y sentarme a mirar el paisaje ¿puedo ir por favor? -.

-Está bien hija, pero no te alejes tanto quédate donde pueda verte -.

Me voy caminando por la orilla de la playa esperando que el sonido de las olas calme mi dolor.  Mirar el mar y sentir la brisa marina es algo que me trasmite paz. Busco un lugar solitario y me siento a mirar como el mar rompe sobre las rocas. Estuve mucho tiempo absorta mirando ese inmenso mar.

Javier Narra

Nos tocó un día precioso para venir a la playa en familia. Va a ser nuestro último fin de semana juntos. Veo a mi padre feliz jugando a los naipes con Juan Pablo, espero puedan recuperar algo del tiempo perdido, yo con Elizabeth disfrutando del paisaje y de su calor, la voy a extrañar, aunque sé que me va a alcanzar en unas semanas más. Pero me preocupa mi princesa, no me ha dirigido la palabra desde ayer, evita incluso mirarme, y se alejó de nosotros. La entiendo no le gusta verme con mi novia y sé que la presencia de mi hermano también va a ser un cambio difícil de aceptar.

Pasó la hora de almuerzo y Camila no apareció.

-Camila no ha venido a almorzar dice mi padre,  voy a ir a buscar a tu hermana -.

-Tranquilo viejo le respondo,  yo voy a buscarla y le llevó el almuerzo, ella necesita un tiempo sola para asimilar todos los cambios, entiéndela.

-Lo sé hijo, pero es mi princesa y me preocupa… 

Caminé buscando donde podría estar mi princesa. Cuando a lo lejos la vi cerca de unos roquerios, fui donde estaba y me senté a su lado, me miró con esos hermosos ojos azules, como ese mar que nos rodeaba, y sonreí al verla. Le pasé algo para comer y un agua para que tomara, me lo agradeció, pero lo dejó a un lado.

-Princesa no vas a comer algo, ella negó con su cabeza, entonces, hablemos Camila. No quiero irme distanciado de ti, sé que estas molesta conmigo por cómo me he comportado este último tiempo. Pero necesito que sepas que soy tu hermano y que siempre voy a estar para ti. Te amo desde que te vi llegar en los brazos de nuestro padre y no quiero que mi relación con Elizabeth, o el que me vaya por estos dos años nos separe. Yo siempre voy a estar para ti, aunque ya no podamos vivir en la misma casa y tenga otras obligaciones que asumir, tú estás en lo más profundo de mi corazón y ese lugar nadie te lo va a quitar, es solo tuyo.

No me dice nada, solo mira fijamente el mar, pero noto sus lágrimas rodar por sus mejillas; la abrazo, pero ella se aleja mí, me paro y la detengo.

- ¡Dime algo princesa: no me dejes así: dime que sientes; enójate, grítame, ¡pero no me hieras con tu silencio!

De pronto se levantó y se puso frente a mi sosteniendo la mirada. Vi sus bellos ojos llenos de rabia y de dolor

 ¡Quieres que hable! ¡Que diga cómo me siento! Bueno tú lo pediste-.

-Puede sonar exagerado para ti pero me estoy muriendo por dentro, no puedo mirarte a la cara porque te miro y me duele (lagrimas caen sin cesar, su voz se quiebra por momentos). No soporto pensar que te vas de mi lado, cuando se supone que ibas hacer tu especialización aquí, pero de pronto supe que te ibas fuera, tan lejos como si huyeras de mí. ¿No te importa saber cómo sufro? -.

- ¡Claro que me importa! ¡Eres mi hermanita y te adoro! -.

- ¿Por qué insistes en mentirme javito? Cuando traes a tu noviecita, ni siquiera te controlas un poco por respeto a nosotros, la besas con tanta pasión que solo les falta tener sexo delante de todos. Y lo que más me duele, es que no seas capaz de respetar mi dolor. Si quieres estar con tu novia, está bien, pero no me lo restriegues en la cara, me duele y los celos me envenenan el alma, te odio por eso y por provocar en mi este sentimiento que quiero arrancar de mi pecho.

-Sin embargo, no puedo,¡ por qué yo te amo Javier!

  De pronto siento sus labios en mi boca que me besan con pasión, pero la aparto de mi de forma brusca.

- ¡Camila no debiste besarme! ¡Soy tu hermano!  ¡grábatelo en tu cabeza y en tu corazón! Eres una niña y este comportamiento me lo demuestra, yo soy un adulto, tengo 10 años de diferencia contigo, ¿Sabes que podrían meterme en la cárcel si alguien me viera con una menor de edad? ¡Nunca podría darse una relación entre nosotros! ¡son muchas las cosas que nos separan!

- ¿No querías oír lo qué me pasaba? ¡No lo busque! ¡No sé en qué maldito momento mi amor de hermana cambio a esto!... me enamoré de mi hermano… tú crees que para mí es fácil aceptar esto que siento, no lo es…  Aunque sea una niña como dices, tengo la suficiente madures para darme cuenta lo que significaría para todos. Pero te voy a dejar algo muy claro, ¡tú y yo no somos hermanos de sangre, somos hermanos de crianza! Recuerda que mi padre te aceptó y te amó como a un hijo, pero no eres su hijo ni yo tu hermana. Pero no te preocupes, esta va a ser la primera y la última vez que escuchas lo que siento por ti ¡Te prometo que me voy a arrancar este sentimiento del corazón cueste lo que cueste!

No puedo creer todo lo que me dijo, nunca pensé todo el dolor que le provocaba y cuando me beso lo hizo con toda la pasión que su inocencia me brinda. A través de ese beso pude ver claramente que me ama, pero no como debería hacerlo.

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