Capitulo 4

Estoy reventadisima, no reventada ni cansada, sino reventadisima, este día me a pasado de todo, mi avión se a retrasado una hora entera, luego cuando hemos llego a Madrir, nos ha tocado salir de la avión a paso rapido y como si fueramos una manada para poder ir a la otra linia y montar al otro avión que nos esperaba porque sino se iva sin nosotros. Que sí recoge las maletas, vuelve a facturar las maletas. Un desastre de día con todas las letras de la palabra. Luego me tocó como compañero un hombre que no paraba de dormirse y apoyarse en mi hombre, una broma muy de mal gusto. Pero por fin estoy en el aeropuerto de Oslo esperando mi queridísima maleta, para poder largarme a descansar.

Cuando tengo la maleta, salgo a la calle, hace un frío que te congela todos los huesos, esto es horrible, como voy aguantar seis meses aquí con el frío que no puedo ni yo con él llevando tres chaquetas puestas. 

Me acerco a uno de los taxis y le digo en un perfecto noruego que si me puede llevar, le doy la dirección que pone en el papel que me dieron mis padres, sinceramente ni lo e leido, solo me dijo mi madre que estaba la población y la dirección de la casa donde me voy a quedar el tiempo que esté aquí. Todo el alquiler de los seis meses está pagado así que eso no me preocupa para nada. 

Llevó al menos una hora dentro del taxi, pensando que donde me habían enviado mis padres para irme tan lejos del aeropuerto, pensé que estaría en una ciudad pero cada vez veo más bosques frondosos, más que edificios. Siendo sincera mi cuerpo se siente raro, es como si el bosque lo llamara para introducirse en él y no salir. Me siento agusto en este lugar.

-Señorita, ya hemos llegado.- Me dice el conductor del taxi, me embobé tanto que no me di cuenta que el taxi había parado, veo la casa que está delante mío y aunque es como una cabaña es muy bonita en medio de un pueblo pequeño y boscoso.

-Muchas gracias.- Le pagó al taxista y salió del coche, sacó mi maleta y caminó hacia la cabaña. 

El hombre me ayuda a bajar mis maletas y me dirijo hacia la cabaña, todo esto puede ser muy bonito pero estoy muerta de frío. Toco enérgicamente la puerta de la pequeña cabaña. Escucho unos pasos rápidamente que vienen hacia la puerta.

-Hola- Dice una señora mayor que me abre la puerta.- Tu eres Jade.

-Hola, si soy yo, encantada.- Digo dándole mi mano que coge ella con cariño y una sonrisa.

-Pasa, pasa, esta será tu casa durante mucho tiempo, ¿te ha costado mucho llegar aquí?- me pregunta con una sonrisa dulce, esta sonrisa me recuerda a mi abuela.

-No, vine en un taxi, le di la dirección y ya estoy aquí.- Dije con una sonrisa en mi rostro.

-Hablas muy bien mi idioma, ¿donde aprendiste hablarlo también?

-Mi compañera de universidad venía de intercambio y decidí aprenderlo, era un idioma que me llamaba mucho la atención y luego estuve trabajando en la empresa de mi ex pareja, por negocios me ayudó mucho a la hora de hablar con empresarios de aquí.

-Espero que tu cambio de aires sea por un buen motivo y disfrutes tu estancia aquí. Estas tierras te encantarán y tienen muchas historias de estos bosques que nos rodean. Aquí hubo una de las tribus vikingas más poderosas de Noruega.

-¿Aquí hubo vikingos?- Digo sorprendida- Wow nunca pensé vivir en un sitio donde los vikingos hicieron sus cimientos, me impresionan. Al fin de cuentas yo soy de un país donde han pasado todo tipo de razas.

-Oh sí querida, todos los que vivimos en este pueblo tenemos antepasados de esas heras, en el centro del pueblo hay un museo con escritos, runas y muchas cosas más. Te gustaría ir esta noche a verlo después de cenar. En el pueblo se hace una celebración y estara abierto. Llega el invierno y las estaciones se celebran, hemos conservado las celebraciones de nuestros antepasados.

Hay algo que no se porque me tiraba y me llamaba la atención ir hacia esa fiesta, era como si me llamara ir.

-¡De acuerdo! ¡ayi estaré! .- Dije decidida.

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