PRÓLOGO

Observo la placa plateada que adorna e identifica mi escritorio.

Cadence Monroe, se lee en ella.

Ése es mi nombre.

Soy la Implacable Secretaria de Presidencia de Dryden Company.

La mano derecha del C.E.O., encargada de que todo fluya en perfecta armonía.

La compañía naviera que ha firmado más contratos por año con empresas exportadoras dentro del territorio nacional.

Pero, fuera de lo que las personas pueden ver a simple vista, sólo soy una mujer con mucha suerte.

Fui abandonada por mi madre en el carrito de un supermercado, por suerte, una señora mayor me encontró y me llevó a la mansión en la que trabajaba como sirvienta.

Al llevarme allí, y en palabras de Jhyn, todos quedaron totalmente flechados por la pequeña bebé de grandes y brillantes ojos azules (palabras que de seguro sólo una madre como Jhyn puede decir).

Jhyn ha sido el amor más maravilloso y puro que he podido recibir. Decidió hacerse cargo de mí como si fuera mi madre biológica. Ella dedicó su vida a criarnos a mí, a Caleb, Jared y Zareck.

Por Jhyn he trabajado arduamente en cumplir con las expectativas de la familia para la compañía.

Dedique mis estudios a la empresa familiar y hasta el momento ha dado excelentes resultados.

Jhyn y el señor John Dryden, se encargaron de brindarnos amor, educación y los mejores estudios a cada uno.

La madre de los chicos, esposa del señor John y medio hermana de mi madre de crianza, ha sido un borrón en la historia. Existió el tiempo suficiente como para dar a luz a los herederos Dryden, pero jamás la mencionan o consideran como alguien importante en la familia.

He notado a Caleb muy tenso cuando se menciona a su madre, lo cual es bastante notorio pues a lo sumo es mencionada una vez cada dos o tres meses.

Oh, Caleb.

El hombre que me ha desencadenado una serie de sentimientos contradictorios como la vida misma.

Se supone que debería amarlo como se ama a un hermano mayor, pero él es el único de los herederos Dryden por el que no siento un cariño fraternal, y por quien me he visto obligada a esconder muchos de mis sentimientos.

Algo en lo que he tenido que trabajar fuertemente desde que Caleb comenzó a ocupar el lugar de su padre como C.E.O.

He intentado seguir con mi vida.

Pero verlo cada día es un castigo.

Jared, es el segundo heredero Dryden y definitivamente, mi hermano favorito, me aconseja que siga con mi vida. Que ignore las malas actitudes de Caleb, que está luchando con sus propios demonios y debo evitar que me lastime por sus problemas personales.

Y lo entiendo, sé que tiene razón, así que intento con todas mis fuerzas fingir que Caleb no me lastima, que sus actitudes no me hieren. Por lo que debo tener mucho cuidado con Zareck y el abuelo Matthew, que parecen tener un radar de sentimientos instalados en su cuerpo.

Mi teléfono suena en el escritorio y salgo de mis pensamientos. Una notificación relacionada con la palabra Dryden.

Abro la notificación y mi corazón se astilla un poco, por milésima vez.

CALEB DRYDEN EN LA FIESTA DE LOS THUNDER, ¿Cuántos corazones escucharemos romperse ésta noche?

Es un post de Caleb en una fiesta con su mejor amigo, Mason Thunder.

Los Thunder son dueños de una de las mejores empresas de internet de la nación.

Y su hijo es el despilfarrador número uno de los alrededores.

De seguro Caleb llegará tarde a casa.

No me quiero ni imaginar qué está haciendo allá, rodeado de chicas y oportunidades de un revolcón.

No pienses en eso, Cadence.

El teléfono de mi oficina suena y lo atiendo, sintiéndome contrariada de que me hagan una llamada justo a la hora de salida.

—¿Sí?— contesto rápidamente.

—Señorita Monroe, tenemos un grave problema. El barco encargado de entregar las exportaciones de San Francisco a Boston sufrió un desperfecto y se encuentra a la deriva. Necesitamos una orden de rescate con otro barco.— susurra la voz de quien identifico como el encargado de maquinaria sonando abatido.

—Entiendo, permítame ver qué puedo hacer para solucionar esto.— respondo intentando mantener la compostura y cuelgo.

Mi desesperación crece cuando intento mil veces llamar a Caleb y no atiende.

Pudiera resolverlo yo sola.

¿El jodido problema?

El único que puede firmar la autorización para enviar a otro barco en una orden de rescate es Caleb.

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