CAPITULO 5 TAN DIFERENTES COMO EL SOL Y LA LUNA

Rosse Macallister indica:

-Hijo, adelante

El simplemente camino a ella regalándose una hermosa y amplia sonrisa le dijo.

- Hola Hana te dije que ibas a obtener el puesto, será un placer trabajar juntos.

- Siento que no es justo para las demás chicas que están esperando, no necesitaba ser apadrinada por nadie, lo siento dado como se dieron las cosas deberé declinar de su propuesta de trabajo.

Dicho esto se apresto a salir pero la voz autoritaria de Rosse la detuvo.

- Detente muchacha-le ordeno.

Hana giro y vio a aquella mujer ahora con una expresión seria y a su lado aquel chico rubio de ojos tan tiernos que hizo que su corazón latir deprisa.

Ahora cuestionaba su negativa a quedarse y le hizo preguntarse ¿Estaba poniendo por excusa el tráfico de influencias para disfrazar que su sexto sentido le advertía que trabajar junto con Vincent Macallister podía traerle problemas?, más cuando aunque su corazón no estaba comprometido existían lazos legales que aun la unían con un hombre que esperaba jamás pudiera volver a encontrarse.

- Me crees tan poco profesional para ofrecerte el cargo solo por la recomendación de alguien, aunque sea mi hijo, confieso que como el jamás lo había hecho me produjo curiosidad conocerte, por eso estas aquí pero también vi tu currículo y quiero comprendas que si algo que siempre he sabido separar  lo personal de lo profesional, quiero que tengas una cosa clara y es que si tu currículo no hubiese sido excepcionalmente bueno no estaríamos hablando y lo que acabas de hacer reafirma mi decisión, parece jovencita que tú y yo nos parecemos en ciertos aspectos, me gusta la gente honesta, que quiera abrirse camino por sus propios medios, usando como bandera su talento y capacidades, es la razón por la que te contrato, ahora dime si aceptaras el trabajo.

Hana se ha quedado sin palabras, ve ahora la expresión de Rosse, cálida y con una sonrisa y ahora ve a Vincent y la razón le grita “huye antes que sea demasiado tarde” pero a veces el corazón es quien domina por sobre la razón y termina asintiendo.

- Acepto.

- Muy bien-expreso muy complacido- empiezas el lunes a primera hora si no es problema para ti.

- Ninguno, estaré aquí puntual.

- Pasa ahora por Recursos humanos y forma el contrato, él te indicara cual será tu salario y responsabilidades y mañana tú y yo tendremos una charla donde te diré lo que espero de ti como profesional.

- Muy bien Sra. Macallister- acuerda despidiéndose con un apretón de manos y de Vincent solo con un asentimiento de cabeza pero su mirada profunda y tierna le produjo escalofríos.

“Huye” le sigue gritando la voz de la razón, pero ya es demasiado tarde, se ha dejado hipnotizar por unos ojos azules tan parecidos al que le sigue en sus pesadillas, solo que las miradas son diferentes, Vincent trasmite serenidad, ternura, confianza en cambio Ashraf Rahamm solo posee una mirada oscura y llena de odio, alguien en quien jamás podrá confiar o terminaría hiriéndola de muerte.

Hana está más que complacida de haber obtenido el cargo de Jefa de Finanzas a pesar de su inexperiencia en lo laboral, pero como dijo Rosse su currículo era excepcional, graduada con el mejor promedio de su facultad, tenía a la par varias acreditaciones en finanzas, negocios, ley  tributaria y pasantías en Lincoln Avery Cía. Uno de los consorcios más poderosos en Nueva York, en la que al final no obtuvo una plaza porque allí si se dio el tráfico de influencias y una compañera suya valiéndose de ser la sobrina de un amigo de los socios entro sin importar que su preparación fuera menor que la de Hana.

Pero eso era parte del pasado y ahora se preparaba para trabajar también en la empresa en el ramo del chocolate más importante de Nueva York, con sucursales en Reino Unido, China, Inglaterra.

El salario que le asignaron también era por demás generoso así que si separaba lo personal de lo profesional, debería estar muy satisfecha, porque ya estaba recogiendo los frutos de su esfuerzo, de su sacrificio, de haber viajado tan lejos, separándose de su familia para perseguir sus sueños de ser una profesional y sobre todo ser libre.

Hana se dirige ahora al elevador cuando entra alguien entra tras de ella sorprendiéndola ya que es Vincent Macallister.

- Te dije que lo lograrías y es por tu propios medios ¿Celebramos? podemos ir a tomar un café.

- Sr. Macallister- lo ataja sintiendo que debe ser clara desde el principio y marcar la distancia debida- no me gusta mezclar lo personal con lo laboral.

- Es muy profesional querer como vicepresidente de Macallister tener el detalle de invitarte para darte la bienvenida oficial a nuestro Consorcio-se hace el ofendido pero la picardía en sus ojos lo delata- Me dirás que en adelante tampoco aceptaras cenas con clientes, eso será muy poco profesional

Esa sonrisa tierna ponía en riesgo su cordura y podía hacer que bajara sus defensas, pero debía mantenerse firme.

- Sabe a qué me refiero.

- Lo sé, no niego me gustaste desde el principio-reconoce ahora con tanta sinceridad en sus ojos que la descoloca por un instante- pero no soy del tipo de hombres que fuerza las situaciones, siempre respetare tus decisiones.

Tan diferentes como el sol y la luna-piensa comparándolo con el dueño de otros ojos azules que catalogaría como su verdugo.

El sol puede matarte si estás muy cerca de el pero la luna es cálida, y puede entibiar tu corazón.

- Dejaremos ese café para otro día- decide cuando llegan a su piso y sale huyendo de aquellos ojos azules que le trasmiten ternura y son tan trasparentes.

Hana llega a su apartamento que comparte con Zully, se quita los zapatos en la entrada como es su costumbre sustituyéndolos por otro, se despoja de su Yihad que es el símbolo de que jamás dejara sus raíces, sus creencias, también se despoja del sobretodo que coloca en el perchero y se dirige a la cocina donde Zully estas allí preparando el almuerzo.

- Llegas justo a tiempo para comer y contarme como estuvo tu día amiga.

Zully y ella ese conocían de la universidad y desde allí se volvieron las mejores amigas.

Zully como ella estaba soltera y tampoco tenía padres pues su madre murió al nacer ella y en la adolescencia su padre murió de cáncer, quedando bajo el cuidado de su abuelo quien hacía dos años atrás había fallecido producto de una embolia cerebral dejando al menos a su nieta protegida con una herencia de miles de dólares que le permitió adquirir este departamento en una zona residencial de clase alta e invito a su amiga a compartirlo con ella.

Zully estaba muy emocionada y feliz por ella y así se lo hizo saber cuándo estaban almorzando.

- Que bueno amiga, y creo que se va a cumplir también mi sueño

- ¿Cuál?- le pregunto extrañada

- Verte enamorada- puntualizo con una gran sonrisa

- ¿De qué hablas?

- De Vincent Macallister, le gustas tanto, que te dio el puesto-dedujo con su acostumbrada suspicacia.

Hana le da un sorbo a su jugo de arándano y aclara

- Me recomendó, yo lo gane por méritos propios- recalco

Nuevamente experimento aprehensión porque persistía esa idea sobre que no era muy buena idea aceptar ese empleo, pues ciertamente Vincent podría tener un interés romántico en ella y ella no podía darse el lujo de enamorarse.

- Si, pero que dijo la Sra. Rose que fuiste muy bien recomendada- insistió su amiga- y aunque te diga lo contrario la opinión de su hijo influyo mucho.

- Como sea, no pienso enamorarme,- puntualizo segura

Después de comer, recogieron los trastes. Hana va a la despensa y saca una jarra de agua y se sirve un vaso, mientras Zully mete la vajilla en el lavavajillas y se vuelve a ella para decirle:

- Un día me dirás porque tu negación a enamorarte, amiga, ¿tuviste una mala experiencia que te marco?. Cuéntamelo, y quizás pueda ayudarte a superarlo

Por un instante pensó en decirle todo, pero decidió finalmente que no, aun no podía hacerlo, se acordaría de sus padres y las veces que se había arrepentido de haber huido.

En estos momentos estaría casada con Ashraf Rahamm y aunque no lo amara, su familia estaría con ella, su confidente seria su hermana y vería cuanto habría crecido la pequeña Shaina.

Tenía ganas de llorar de nuevo, como todas las noches cuando en la soledad de su cuarto lo hacía, así que aún no, no estaba preparada para hablar de eso.

- Tienes razón ame a alguien y el caso es que no he podido olvidarlo- mintió

- Bueno amiga, espero que Vincent te ayude a olvidarlo.

Esa noche mientras intentaba dormir porque sin duda otros ojos azules de forma diferente le habían robado la paz pensaba que la vida caprichosa como era decidió dar un nuevo giro a su vida.

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