Capítulo III. Brujo

Eva se despierta temprano para poder llegar a tiempo a la cafetería, se coloca una ropa cómoda y su maquillaje lo hace sencillo mostrando lo relajada que esta.

Como ya es costumbre para Eva realiza el desayuno para todos y luego se marcha a la cafetería donde se pone a ordenar las mesas.

—Por lo visto hoy será un día tranquilo, —comenta Julieth preparando un café. La campanilla suena y Eva queda pasmada al reconocer a los que llegan. —Los Bogart, —murmura su mejor amiga sorprendida de que estos estén en la cafetería porque como bien dijo ayer, ellos no son de venir al pueblo.

—Que no sea en mi mesa, —susurra Eva mirándolos caminar hacia el lugar… Y pues la suerte no está de su lado, ya que los rubios toman asiento en una de las que ella sabe que le toca atender. —Maldición, —gruñe por lo bajo escuchando la risa de su mejor amiga.

—El deber te llama, —Eva suspira para ir hasta la mesa donde está el par de rubio que no despegan la mirada de la chica en ningún momento.

—Buenos días, sean bienvenidos a la cafetería Clauh ¿Qué les gustaría pedir? —mira su libre y sabiendo perfectamente que es de mala educación no mirar a las personas a la cara mientras habla, no obstante en este momento Eva se siente algo intimidada por los Bogart que parecen querer devorarla ahí mismo.

—Primero creo deberías mirarnos a la cara, —murmura Hamit con su ceño fruncido.

Odia que las personas no lo miren a la cara mientras le hablan, ya que para Hamit es una falta de respeto hacer ese tipo de cosa y que su chica lo haga lo desespera.

—No le haga caso a Hamit, preciosa, —Halif es más simpático y le da una pequeña sonrisa. —Nos gustaría el desayuno especial de la casa, —murmura, Eva lo mira directamente a los ojos y asiente anotando lo que pide.

—¿Algo más? —Cuestiona.

—Tú, —suelta Hamit mordiendo su labio inferior.

—Señor, le voy a pedir que sea más prudente con sus miradas descaradas, creo debería aprender hacer más respetuoso, —Eva hace una mueca hacia Hamit que no puede creer la manera en que la chica sea dirigido hacia él.

Halif se carcajea captando la atención de Eva que lo mira embobada por la hermosa risa que sale del hombre, no puede creer que alguien se ría tan perfecto como este.

—No te enojes, preciosa, —pide. —Ya que lo que expreso, es lo que siento, —comenta Hamit arqueando una de sus cejas, Eva rueda los ojos por su atrevimiento.

—Como no hay nada más que vayan a pedir, me retiro para ir por su pedido, —se gira y los rubios no pueden evitar dejar escapar un bajo gruñido por el lindo trasero que se le marca.

—Esa mujer debe ser nuestra lo antes posible, —murmura Halif controlando sus ganas de ir por ella.

—Estoy de acuerdo contigo.

El tiempo pasa y los rubios no dejan de mirar en ningún momento a Eva hasta que ella le entrega su desayuno para seguir trabajando con la demás mesas que le toca atender.

—No te quitan la mirada de encima, —le comenta Julieth cuando Eva se sienta a tomar su pequeño descanso.

—Y eso me pone los nervios de punta, pero más la mirada de Hamit que parece que quiere saltar sobre mí, —susurra, no obstante los rubios tienen sus sentidos bien activos escuchando esa conversación ‘‘Privada’’ que lleva Eva con su mejor amiga, por lo que se ríen.

—Será mejor que nos marchemos por unas horas, —sugiere Halif terminando de beber el jugo de cereza, Hamit asiente sacando su billetera para pagar y dejar una muy buena propina a Eva.

—Hasta luego, guapa, —suelta mirando a Eva antes de salir, no puede evitar sonrojarse de la vergüenza que le causa porque todos la han mirado.

—Joder amiga, sí que te la tiraste alto, —chilla Julieth provocando que Eva se sienta más avergonzada.

—Dios, —susurra alejándose de su amiga para poder seguir trabajando más relajada después de que los Bogart se fueron.

(…)

—Hola Eva, —saluda Jarel cuando se acerca a la caja que está siendo atendida por ella.

—Hey ¿Qué tal estás? —cuestiona dándole una pequeña sonrisa al chico.

—Muy bien, ¿Y tú?

—Bien, —Jarel sonríe llevando su mano a su nunca.

—Eva, me preguntaba si quieres ir conmigo y los chicos a acampar en el bosque mañana, —se nota lo nervioso que está.

—Claro ¿Quiénes van a ir?

—Todos, —anuncia. —Y cuando eso incluyo a Julieth y Trinity, —comenta.

La morena asiente.

—Perfecto, —Jarel le pide un café y una donas para tomar asiento en la barra muy cerca de donde está la caja y así sacarle temas de conversaciones a Eva que responde amable, se da cuenta de que el chico no es un tonto después de todo.

El turno de Eva termina en la cafetería y es acompañada por Jarel y Julieth hacia la casa, ya que el novio de su amiga no pudo pasar por ellas porque tiene entrenamiento y saldrá algo tarde, no obstante ninguno se da cuenta de que a la distancia los rubios los siguen hasta su vivienda.

—Como siempre te digo Jarel, siente como en tu casa, —murmura Julieth desapareciendo por las escaleras hacia la segunda planta de la casa.

— ¿Quieres algo de tomar? —consulta amable la morena.

—No, gracias, —responde. —Solo vine para acompañarlas hasta la casa y me debo ir a tomar mis últimas clases en la universidad, —la diva solo asiente.

—Entonces te acompaño hasta la puerta, —comenta, Jarel asiente y Eva lo acompaña hasta fuera de la casa donde los gemelos la observan desde la oscuridad.

— ¿Qué diablo hace ese brujo con nuestra chica? —gruñe Halif mirando con sus ojos dorados a Jarel que está muy cerca de Eva.

—No vemos mañana, Eva.

La morena asiente y este se acerca tomándola por sorpresa para dejar un beso en su mejilla muy cerca de sus labios provocando que ambos lobos gruñan enojados, Eva asiente y entra a la casa mientras que Jarel dirige su mirada hasta donde se encuentran los rubios.

Los rubios salen de su escondite para acercarse al brujo que deja salir su energía esperando ser atacado por los lobos que lo miran con odio y repulsión.

—Más te vale mantenerte alejado de ella, brujo, —gruñe Hamit diciendo la palabra de su especie de manera despectiva.

—¿Y si no quiero? —Interroga eleva su barbilla mientras que infla su pecho, Jarel solo quiere molestarlos.

—Tu cabeza ya no estará pegada a tu cuerpo si te vuelve a acercar a ella, —lo amenaza Halif, es un chico pacífico, pero los celos provocan que se salga de sus casillas.

—¿Qué quieren ustedes con Eva? —curiosea, ya que los Bogart no son de ir buscando pleitos y menos por una chica.

—Eso a ti no te debe de importar, —murmura Hamit, sin embargo el brujo es demasiado curioso.

—Mmm… Así que Eva es su mate, —ronronea con una sonrisa de lado. —Vaya, —se ríe. —¿Quién diría que los Bogart tendrían una mate humana? —Pregunta a la nada, —pero tranquilos, no tocaré a su chica, respeto las reglas sobrenaturales, por lo que les brindaré una ayuda…

—No pedimos tu ayuda, brujo, —gruñe Hamit provocando que Jarel ruede sus ojos.

—Mañana iremos a acampar en la zona sur del bosque, Eva estará allá y pues están invitados, —pasa por su lado volviendo a colocar su energía en su lugar—De nada, —es lo último que declara para seguir con su camino, Jarel es el brujo más poderoso del pueblo y es quien mantiene activa las barreras activas junto a su aquelarre, espera que algún día los Bogart dejen de ser tan neandertales y acepten su propuesta.

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