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Entro al piso número 8 donde se encuentra mi oficina, voy caminando por el pasillo mientras saludo a mis compañeros. Frente a la puerta de mi oficina me espera Luz, Lucecita como le digo de cariño, ella es más que mi secretaria, mi amiga.

— ¡Buenos días jefecita, aquí está su jugo de frutas tropicales bien frio como le gusta! — me dice con una gran sonrisa.

—Buenos días Lucecita, yummmm ¡muchas gracias! Tú siempre complaciendo mis antojitos, cuéntame ¿está todo listo para la reunión de las 10 am? —  bebo un sorbo del jugo que esta delicioso, es mi bebida favorita después del café, claro está.

—Sí, todo listo, las carpetas están armadas con el expediente de cada becario, el departamento al que se integraran, el tutor al que van a apoyar y por su puesto la descripción del cargo por el cual están compitiendo, junto con una breve reseña sobre nuestra empresa— responde inmediatamente, y su respuesta me rectifica porqué puedo confiar en ella para cualquier actividad sin dudar.

—Excelente Lucecita, como siempre muy eficiente ¿Qué haría yo sin ti eh? — Le digo con ojos de cachorrito, ella sonríe y me hace un gesto con la mano  saliendo de la oficina llamándome exagerada.

De inmediato me siento en la computadora, comienzo a redactar el memorándum de inicio del programa de becarios provenientes de la UCE, la Universidad Central Experimental, que tendrá una duración de seis meses y tiene como finalidad la formación de los estudiantes a nivel laboral como requisito final de sus respectivas carreras.

Una vez que termino, lo envío a cada uno de los miembros de la empresa, con copia a la gerencia de RRHH, gerencia financiera, y gerencia general. Termino las notificaciones y mis ojos arden un poco por el cansancio, los cierro un momento, y ahí están, los ojos de aquel hombre en la oscuridad, me respingo en la sencilla y golpeo mis cachetes con las palmas.

— ¿Sera que ni trabajar me va a dejar? —

He tenido este sueño desde hace poco más de un mes, pero jamás me había pasado mientras estaba trabajaba, solía olvidarme de todo mientras hacía mis labores, ahora cierro los ojos y ahí están los de él. Me siento confundida y un poco asustada de estar enfermando de la cabeza.

Recupero la concentración y vuelvo a las labores, le pido a Luz que convoque a los tutores departamentales, a una rápida reunión de ajuste en 15 min, tal como acordamos ayer por la tarde.

Ultimo con ellos los detalles necesarios, les pido su cooperación y les recuerdo que la evaluación final depende su opinión,  causando entusiasmo en unos y fastidio a otros, pero no me importa, igual tendrán que llevarlo a cabo si quieren tener una buena valuación semestral.

Finalmente son las 10 am, la conferencia más importante de mi día está a punto de iniciar, se encienden las luces del auditorio, los estudiantes, el equipo de tutores y la directiva toman asiento y yo…

Respiro y camino al podio —Mi momento ha llegado—

***

Está  muy oscuro, el agua que golpea mi rostro hace más difícil ver por dónde voy —espero poder alcanzarla— es lo único en que pienso mientras voy corriendo en esta noche fría y tormentosa.

De pronto, ahí está, la a lo lejos veo parada, me mira expectante, empiezo a gritarle pero no me responde, me apresuro aumentando mi velocidad me voy acercando y grito entre jadeos:

—¡Al Fin, al fin, al fin te encontré! —Ella no reacciona, solo está ahí mirando,  siento como nos volvemos alejar.

 Estoy desesperado quiero alcanzarla, abrazarla decirle que está segura conmigo, pero no, la distancia se hace más larga — ¡No te alejes, no te vayas, déjame alcanzarte! —, ya casi lo logro, estoy cerca. Un fuerte estruendo retumba en la oscuridad y abro mis ojos de golpe volviendo a la realidad.

—Fue solo un sueño— digo con voz quebrada en mi oscura habitación.

 Enciendo la luz veo la hora doy un gran suspiro, son las 3 am mi cama está revuelta, debí moverme demasiado mientras dormía — Otra vez, esa pesadilla ¿Quién es esa mujer?, ¿Por qué estoy desesperado por alcanzarla? —

 Dentro del sueño aparentemente soy consciente de su identidad, pero al despertar solo recuerdo su silueta, lleva un vestido con puntos, no parece de esta época, esta empapada por la lluvia, su rostro no está claro, solo sé que insisto en alcanzarla, es más necesito alcanzarla. Arreglo la cama, buscando acomodo para dormir, después de un largo rato lo logro.

Despierto diez minutos antes que suene la alarma, tomo mi celular para desactivarla, no quiero escuchar su molesto sonido, pasé una noche de perros y eso seguro aumentara mi mal humor. Agarro la toalla y entro a darme un relajante baño.

Mi nombre es Enrique Marqués, tengo 32 años soy doctor en ciencias sociales y económicas, gracias a eso actualmente ocupo el cargo de director de la facultad del mismo nombre en la UCE. Hace poco más de un mes que llegué a esta ciudad, hoy es un día importante para la universidad ya que inicia el programa de prácticas profesionales para los estudiantes en una de las organizaciones más poderosas dentro del país, así que todo tiene que salir excelente por el prestigio y reputación de la casa de estudios. 

Salgo de bañarme y me siento en la cama, estoy cansado, desde que me mudé una pesadilla interrumpe mi sueño impidiéndome descansar. Termino de vestirme salgo al comedor preparo un poco de café y salgo a directamente a la facultad tengo una reunión programada con el decano y la rectora de la UCE.

Mientras conduzco por la ciudad, no dejo de pensar en esa mujer, si bien tal vez sea solo un sueño, no puedo evitar la sensación de que es realmente importante para mí o incluso más que eso.

Me considero un hombre libre, a mi edad he tenido pocas relaciones significativas, no he conocido “a la indicada” sin embargo, tampoco me cohibido, de disfrutar con las equivocadas. Modestia aparte soy bastante atractivo y atlético, me ejercito diariamente y cuido mi alimentación, lo que es un gancho perfecto para atrapar mujeres.

Entro a la oficina y ahí esta Susan, mi asistente, inclinada sobre mi escritorio dejándome ver su perfecto y redondo trasero, que en par de ocasiones ha sido el centro de mis fantasías nocturnas.

—Buenos días Susan— digo después de unos minutos admirando ese monumento.

—Buenos días Sr Marqués, estaba organizando las carpetas en su escritorio ¿Tiene mucho rato que llego? No me fije cuando lo hizo— me dice mientras se levanta lentamente, no sin antes dejar caer un lápiz e inclinarse a recogerlo dándome una mejor vista de sus atributos.

—No tranquila, acabo de entrar— respondo rápidamente restando importancia a sus movimientos, me da una sonrisa con mirada seductora al salir de la oficina. No puedo negar que me encantaría tenerla en cuatro patas sobre mi cama mientras tomo posesión de este trasero que me vuelve loco, pero no, acabo de llegar a este trabajo, no lo voy a echar todo a perder por algo que no va a pasar de unas horas de placer y lujuria como mi asistente.

Regreso a la realidad después de recordar la visión de Susan sobre mi escritorio y comienzo a organizar mis labores. En eso, recibo una llamada de la secretaria del decano quien me informa que la comisión designada por la UCE para asistir a la inauguración de las prácticas en “Eigth8Nigth” ha sido reducida solo a los decanos y la rectora, por lo que no es necesario que asista.

Cuelgo el teléfono y aunque estoy un poco desilusionado, me siento tranquilo por tener tiempo de ajustar algunos pendientes en la oficina. Claro en horas de la tarde me reuniré con el decano y la rectora para escuchar los por menores del evento.

Mi vista se siente cansada por la falta de sueño, cierro los ojos para darles descanso, y ahí está de nuevo, llega como una visión la silueta de esa mujer en la oscuridad, los abro rápidamente respiro profundo —No puede ser, ahora hasta despierto la veo necesito saber que pasa, ¿será que estoy enloqueciendo? — bebo un vaso de agua y sigo con mis actividades.

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