|06|

Blake

Cuando abrí los ojos supe dónde estaba al instante al ver una pequeña habitación, con sillones cafesosos, una mesita pequeña en el centro de la sala y un televisor algo maltratado enfrente de esta.

Los volví a cerrar con fuerza y pellizcaba mi brazo como un niño para poder despertar, pero no servía de nada.

Entonces una fuerza inexplicable, me hizo abrir los ojos de golpe y una escena tan conocida se presentó frente a mí:

Eleanor estaba sentada en uno de los viejos sillón de la sala de estar, con su vista fija en un libro. Se veía en paz pero sabía que no duraría mucho.

Intente acercarme a ella para sacarla de ahí, sin embargo, no podía moverme. Intente llamarla, pero tampoco tenía voz. Y en ese momento se oyeron unos pasos provenientes de las escaleras.

Una vez más, intente moverme en su dirección pero mis pies estaban pegados al piso. Eleanor al escuchar los pasos levanto la vista de su libro y se tensó automáticamente al ver a su padre.

El mismo tenía una mirada llena de furia mientras se acercaba a ella con pasos lentos, podía notar que Eleanor temblaba levemente.

—Levántate —ordeno su padre y Eleanor no lo hizo a la primera debido a su miedo—. ¡Levántate!

Intente decirle que no le gritara pero mi voz seguía sin hacerse sonar.

Eleanor, con terror se levantó, y todo se volvió cámara lenta.

Vi como su padre la tomaba con demasiada fuerza del brazo y le tiraba el primer golpe de muchos. Grité mientras veía como seguía golpeando a Eleanor una y otra vez, pero mi grito no se escuchó. Jamás se escuchaba.

Era como si estuviera en una caja de cristal; intentaba moverme: en vano; gritaba que la dejara: en vano; intentaba hacer cualquier cosa: en vano.

La siguió golpeando sin importarle sus suplicas. Fue entonces que le dio un golpe y la soltó del brazo, por la fuerza cayó al suelo y su cabeza impacto con la mesita. Prosiguió a patearla, pero Eleanor ya no intentaba cubrirse más con sus pequeños brazos, solo en ese momento dejo de golpearla. Se hinco a su lado y la tomo del cabello acercando su asqueroso rostro al de ella.

—Siempre serás una maldita perra —soltó su cabeza con demasiado fuerza contra el suelo y salió de la sala en dirección a la cocina.

La cabeza de Eleanor quedo en mi dirección; su bonita cara –llena de sangre– me miraba suplicante, las lágrimas saliendo por sus lindos ojos mientras murmuraba mi nombre. Y como todas las veces, lo hacía pidiéndome ayuda, que la sacara de ahí y la llevara a otro lugar.

Cuando alzó su brazo en mi dirección con la poca fuerza que le quedaba, por milésima vez intente moverme para acercarme a ella, no obstante, seguía en el mismo lugar. Y su padre se hizo presente otra vez, para terminar con lo que había empezado.

Sabía que gritaba que la dejara en paz pero mis gritos seguían sin oírse, lo único que se oían eran sus murmureos pidiendo ayuda. Pidiéndome mi ayuda. Pero yo no podía moverme: no podía alejarlo de ella para que no le hiciera más daño, lo único que pude hacer fue tirarme al piso al ver como ella cerraba los ojos dándose por vencida, lo único que pude hacer fue ver como ella perdía la vida delante de mí.

—¡NO!

Grité en medio de la oscuridad de mi habitación cuando por fin pude despertar de esa pesadilla.

Sentía mis mejillas húmedas por las lágrimas, el sudor por todo mi cuerpo y mi respiración agitada. Me levanté de la cama y camine hacia el baño, abrí el grifo de la llave y me eche agua en la cara. Mire mi reflejo en el espejo y mi aspecto daba miedo: estaba pálido, con los ojos rojos y me respiración seguía irregular.

Salí del baño mirando el desastre de cobijas que era mi cama.

Me pase una mano por el cabello para despegarlo de mi frente. Y me talle los ojos cuando la imagen pareció hacerse presente frente a mí.

Salí de la habitación, y di varias vueltas por la sala –aun pensando en la estúpida y maldita pesadilla–.

No se cuanto más seguí así, pero después de haber ido a la cocina a tomar un vaso con agua, volví a la cama y mire la hora.

5:31 a.m.

Cerré mis ojos con fuerza y una lágrima salió.

Oficialmente se habían cumplido cinco años sin Eleanor, y cada año dolía más.

Volví a pensar que la pesadilla que acababa de tener era la peor de todas, solo se reproducía en mi mente una vez cada año, siempre este día. La primera vez fue tan horrible, que creí que era real.

Hace 5 años, un día después de que tuve esta pesadilla, casi corría hacia Eleanor cuando la vi en la escuela, sentí una inmensa paz al verla bien, al verla viva. Estuve a punto de ir con ella y pedirle disculpas por lo que había pasado, pero al instante me arrepentí, mi orgullo fue más grande.

Aun así, durante los siguientes meses, todos los días antes de entrar en la preparatoria, me quedaba a fuera para asegurarme de que hubiera llegado. Realizaba lo mismo en la salida, esperaba a que saliera para asegurarme que llegara a casa a salvo, aunque tenía la certeza de que en su casa jamás estaría a salvo mientras siguiera viviendo bajo el mismo techo que el idiota de su padre.

Realice lo mismo todos los días hasta que nos graduamos.

Después de nuestra graduación no volví a hacerlo, solo confié en que estaría bien, y hasta el día de hoy sigo esperando que este bien. Que este a salvo y… viva.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo