Un Pequeño Pedazo de Cielo.
Un Pequeño Pedazo de Cielo.
Por: Alejandra Rodríguez
Capítulo 1. [LAURIE]

Acaricia suavemente mi espalda con una mano, haciendo pequeñas figuras con los dedos lentamente mientras mis ojos revolotean abriendo y cerrándose una y otra vez, besa mi frente tiernamente y suspira alejándose definitivamente de mí, abro los ojos horrorizada y lo observo, está de pie frente al gran ventanal, con las manos sobre las caderas en una pose sensual y pensativa. Fuera la noche cae rápido como para determinar la hora exacta, solo sé que los edificios brillan sutilmente arrojando una imagen tan hermosa pero no tanto como él.

Me siento sobre las sábanas blancas algo desordenadas y se vuelve para verme.

—Hola — me saluda mientras camina elegantemente hasta donde me encuentro se sienta a mi lado y yo lo sujeto del rostro suavemente para besarlo, me alejo y pasa una mano por sus cabellos alborotándolos a su paso.

—Hola — sonrió algo nerviosa por su aparente falta de emoción, pero me sonríe con aquella sonrisa de perfectos labios rojos que tanto amo en él. Se acerca a mí y besa mis labios para luego tomar mi mano con la suya y unirlas en un toque que tan solo confiere cierta intimidad entre los dos, sonrío.

—Tienes la sonrisa más hermosa que jamás he visto Laurie – me susurra al oído en tono de confidencia y luego recorre habitación con la mirada.

—Gracias – susurro en tono tímido y él me observa con una sonrisa, me señala el sofá que se encuentra frente al espejo. Observo con atención y puedo ver mi vestido oscuro doblado cuidadosamente, mis zapatos a un lado del pie del sofá, sonrío

Ha pensado en todo…

—Toma un baño, estaré esperando por ti en el salón – me dice y besa mi mejilla luego tan solo se marcha dejándome sola de nuevo.  Veo el reloj que tengo en la pequeña mesa de noche y me doy cuenta que debo darme prisa para poder llegar a tiempo a casa de sus padres.  Doy un largo suspiro al recordar que será la primera vez que vea a sus padres y también será la primera vez que alguien nos vea en público como una pareja algo desigual. Salgo de la cama y me dirijo rápidamente al cuarto de baño que está a unos pasos dentro del mismo dormitorio. Enciendo el agua caliente y ésta cae rápidamente empapado mi cuerpo casi de inmediato haciéndome olvidar todo por completo durante algunos segundos. Cuando por fin termino camino envuelta en una toalla blanca hasta donde se encuentra mi vestido, me lo pongo y me doy cuenta que es diferente al que yo tenía en el closet, este es más elegante y es de seda, con un pequeño prendedor en forma de flor un poco extraña. Me seco el cabello lentamente y me lo peino, mi cabello cayendo desordenadamente sobre mis hombros. Me pongo los zapatos pasando cuidadosamente los listones por mis tobillos. Me maquillo solo para darle un poco de color a las mejillas que últimamente tan solo se han visto pálidas. Cuando estoy completamente arreglada me veo en el espejo de cuerpo completo que tengo a un lado y sonrío con el resultado. Salgo de la habitación y camino escaleras abajo para ir al salón donde él ya está esperándome. Me observa y avanza hasta mí con expresión seria me toma la mano y suspira pesadamente.

—Te ves hermosa Laurie – murmura en voz baja yo lo observo está preocupado por algo puedo notarlo en la forma en que se dirige a mí y en la manera en que no quiere tocarme por completo.

—¿Qué ocurre? – pregunto mientras paso mis brazos alrededor de su cuello, besa uno de ellos y me sonríe.

—Nada – responde con la mirada clavada en mí, luego aleja mis brazos y besa mi mano lentamente para tomarla con la suya y hacerme caminar hasta la puerta.

—Por favor…– digo en tono de súplica, él suspira…

—Prometeme que no te molestaras por lo que voy a decirte – trago notoriamente en espera de una muy mala noticia para los dos o más bien para mí. Niego con la cabeza, pero él sabe desde el principio que mentiré.

—Eres la  mentirosa mas hermosa que he conocido Laurie– susurra para regalarme una de sus mejores sonrisas llenas de alegría, pero no se refleja en sus perfectos ojos azules.

—¿Lo soy? – pregunto él acaricia mi mejilla con la mano y luego me da un beso ligero que tan solo me deja deseando más…

—¿Me lo diras?

—Tal vez luego, camina o llegaremos tarde y no querrás hacer esperar a mis padres ¿verdad?

—Pero… — enarca una ceja y guarda silencio mientras salimos del apartamento. Fuera el aire es frio y me hace temblar…

—Cory será nuestro chofer esta noche – me susurra antes de abrirme la puerta trasera, me suelta la mano y yo entro cuidadosamente y con toda la elegancia que me es posible.

—Buenas noches Cory – lo saludo y sonrío, él voltea a verme con sus grandes ojos verdes llenos de alegría.

—Hola Laurie hacia tanto que no te veía – dice en tono ligero.

—He estado ocupada – admito, él entra riendo ante mi comentario.

—Muy ocupada – añade y Cory se ríe ante lo que ha dicho. Me toma la mano dentro del auto y Cory levanta las cejas y hace la pregunta que todo mundo ha hecho durante las últimas semanas.

—¿Así que ya es formal?

—Probablemente – contesta mientras fija la mira en mí, me veo atrapada una vez más y como la primera vez en sus perfectas facciones pálidas y sus hermosos ojos azules tan insistentes que tan solo reflejan lo que creo que es amor por mí…

—Tomare eso como un sí… – y luego enciende el auto acelera a fondo y comienza a conducir mucho más rápido de lo que lo haría Thomas.

Me giro para verlo concentrado en la ventanilla del auto con la ciudad brillando enigmáticamente tras esta.

Por algún motivo no ha querido decirme que es aquello por lo que teme acerca de mi reacción y eso me pone demasiado nerviosa y estoy creyendo falsamente que no lo notara, pero es mentirme trágicamente a mí misma.

Trago notoriamente y él me observa con los ojos entrecerrados y con una expresión que no dice nada y estoy preparada para lo que tenga que reprocharme ahora mismo.

—No lo hagas – murmura.

—Sería peor no hacerlo y lo sabes… Si lo dijiste es porque querías que lo supiera y también porque amas que saque conclusiones apresuradas que no son para nada acertadas acerca de lo que me dirás… – digo en tono frío, él suelta mi mano demasiado rápido. Tenía que abrir la boca en este preciso momento puesto que es el momento menos indicado para pelear.

Conoceré a sus padres y lo menos que quiero hacer esta noche es pelear y no dirigirle la palabra en toda la noche.

Suspiro. Nadie habla durante algunos momentos que tan solo parecen demasiado largos y sé que debo ser yo quien rompa eso sí quiero que vuelva a hablarme por el resto de mi vida o bien puedo esperar a que él por sus propios demonios internos haga algo para salvar la noche que aún no ha empezado.

—Por favor… dime algo Jimmy – susurro, se vuelve para verme con aspecto malhumorado.

—¿Qué quieres que diga?

—Lo que sea, pero no me hagas sentir así… No lo soporto y lo sabes…

—Eres la bruja más linda del mundo y la chica más desesperante también – murmura, pero no se encuentra del todo feliz, pero al menos me ha dicho algo.

—No es justo.

—¿Qué?

—Que hagas esto.

—No estoy haciendo nada Laurie.

—Sí, te portas bien y al segundo siguiente todo eso parece desaparece demasiado rápido. O dime ¿estoy equivocada?

—Lo estás claramente – masculla.

—No es verdad Jimmy, no – digo alzando la voz y me cruzo de brazos de manera indignada y lo único que quiero hacer es pedirle a Cory que me deje en algún lugar y desaparecer por algún tiempo fuera del alcance de Jimmy y sus facetas que tan solo odio y amo a la vez.

Respiro profundamente cuando Cory gira en dirección al norte por la 5ta

—Por favor Jimmy… voy a conocer a tus padres y lo menos que ellos merecen y nosotros también es un noche tranquila dejando nuestras tontas peleas para después…

—No creo que sean tontas – y me observa con expresión claramente molesta en el rostro de facciones tan hermosas.

—Entonces decido que no voy – mascullo y sé que es una locura y que me espera una respuesta peor de lo que me imagino ahora.

—No lo hagas tan difícil Laurie – murmura acercándose ligeramente a mí.

—¿Difícil?

—En ocasiones eres tan absurda con tus comentarios Laurie realmente no lo entiendo.

—Me alegro tanto James – digo molesta con la estúpida situación que estamos viviendo frente a Cory que tan solo parece ir demasiado lento para disfrutar con aquello que tan solo se ha vuelto estúpido y más.

—¿James? – pregunta.

—Así te llamas, ¿no?

—Realmente estas molesta Laurie, ¿no?

—Acaso me estoy riendo Señor Sullivan

—No – me toma de las muñecas fuertemente cuando Cory se detiene en el imponente portón de casa de los padres de Jimmy.

—Escucha, no quiero pelear contigo, no esta noche Laurie.

—Entonces ¿Por qué lo has hecho durante todo el camino?

—No lo hice – comenta y me suelta las muñecas rápidamente. Cory me abre la puerta y yo observo a Jimmy una vez más antes de salir del coche.

—No te preocupes por Jimmy solo está nervioso, es todo – me susurra por lo bajo Cory con una sonrisa.

—¿Por qué?

—Ya lo veras tú misma – me toma la mano y me da un pequeño apretón cariñoso para luego soltarla y escuchar lo que Jimmy le dice. Me coloco a lado de Jimmy casi mecánicamente algo que le saca una sonrisa encantadora a Cory y me doy cuenta que ahora toda la pelea se ha visto olvidada por algunos momentos.

—Muy bien, los recogeré a esa hora. Buenas noches y que pasen una linda velada juntos.

Cory se marcha acelerando fuertemente el Audi negro de Jimmy algo que lo hace mirar la carretera por algunos segundos con los ojos entrecerrados para luego mirarme a mí con expresión seria y me espero lo peor, en cambio me encuentro con una mirada de ojos azules penetrantes y una sonrisa característica de que su buen humor y simpatía ha vuelto. Y me pregunto si algún día comprenderé a James Sullivan por completo.

Me toma la mano y pasa la otra alrededor de mi cintura de forma natural y cariñosa mientras se acerca a mí lentamente y me sorprende con un beso mucho más insistente de lo que puedo creer. Mi respiración se vuelve rápida mientras sus dulces labios se encuentran sobre los míos. Cuando se aleja la cabeza me da vueltas, sonrío.

—¿Quieres pasar?

—Sí.

Caminamos lentamente hasta la puerta principal, me sorprendo al ver la enorme casa iluminada hasta el último rincón. Jimmy me ayuda a subirlos pequeños escalones y la puerta se abre en ese momento y ahí están los que supongo son los padres de Jimmy, hermosos a su manera tomados de la mano con una sonrisa en los labios que tan solo me hace sonreír también.

—Laurie te presento a mis padres, Joshep Sullivan y BárbaraSullivan. Papá, mamá ella es Laurie Wendt– nos presenta me ruborizo casi de inmediato ante la presentación vaga de Jimmy extiendo la mano hacia él y luego hacia ella quienes me aceptan con una cálida sonrisa.

—Buenas noches Swñor, Señora Sullivan es un placer conocerlos – digo tímidamente Jimmy me da un pequeño apretón en la mano. 

—Lo mismo digo señorita Laurie Wendt – me dice con una amable sonrisa de perfectos dientes blancos Joseph Sullivan.

—Por favor llámeme Laurie – digo y Jimmy se me queda viendo.

—Es un placer que nos puedas acompañar hoy para cenar.

—El placer es mío, Sra. Sullivan. Estoy muy agradecida por la invitación – contesto en el tono más dulce que logro encontrar dentro de mí.

—Pero que estamos esperando, pasen por favor – nos indica rápidamente la madre de Jimmy, él me hace entrar y los cuatro caminamos hasta la sala. Es amplia y está decorada con colores cálidos, los pisos son de madera cubiertos por partes con finas alfombras de sutiles y elegantes colores. Los muebles son de madera muy bien trabajada para mi gusto y del techo cuelgan algunas lámparas de extrañas formas que me agradan ya que sus formas me recuerdan a Jimmy y sus cambios de humor tan cerrados y volubles.

—¿Te encuentas bien? – me pregunta en ese momento Jimmy mientras besa mi mejilla suavemente y me detiene a media sala con la mirada de todos puestas sobre nosotros.

—Lo estoy… me encanta – él me hace avanzar.

En el sofá se encuentran Emily y Zacky, hablan en susurros. Emily es la hermana mayor de Jimmy quien tan solo parece odiarme desde que la conocí por accidente en el departamento de él una noche no hace mucho tiempo. En tanto Zacky es uno de los mejores amigos de Jimmy con quien tan solo he cruzado unas pocas palabras a comparación de Brian otro de sus amigos con quien tengo una relación de maravilla.

—Buenas noches – saluda de forma amable Jimmy a los presentes.

—Jimmy llegaste – murmura Emily quien se levanta del sofá y se dirige a abrazarlo por lo que me suelta la mano.

—Hola Emily.

—Te extrañé – dice en tono alto para que yo pueda oírlo.

—Y yo a ti ¿Dónde está Chelsea? – pregunta de inmediato Jimmy.

—Debe estar aun arreglándose en su recamara – dice algo irritada por la falta de atención que Jimmy le ha prestado.

—Hola, Laurie – me saluda y se acerca a mí, me abraza y yo a ella mientras observo a Jimmy, él me sonríe.

—Buenas noches, Emily – saludo y me alejo de sus brazos.

—Veo que has atrapado muy bien a mi hermano – masculla.

¿Qué se supone que quiere decir eso? ¿Que soy una clase de arpía que ha puesto sus garras sobre el voluble de Jimmy Sullivan o qué?

No sé qué decir así que solo sonrió.

—Hola, chicos – saluda Zacky mientras camina hasta nosotros.

—Hola, zacky – dice Jimmy abrazando a su amigo.

—Jimmy es genial poder verte de nuevo – dice luego de abrazarlo.

—Lo mismo digo zacky, es genial que Emily aun no te haya matado – y los dos comienzan a reír alegremente yo los observo y me encojo de hombros ya que yo jamás he logrado hacer que Jimmy ría de forma natural.

— Laurie te ves hermosa el día de hoy y en verdad me alegra verte – suelta de inmediato Zacky mientras sonríe.

—Lo mismo digo Zacky, es bueno volver a verte.

—La cena estará lista en unos minutos – dice la Sra. Bárbara cuando vuelve al salón y jamás supe cuando ella y el Señor Sullivan se marcharon.

—De acuerdo – responde Emily.

—Por favor Laurie toma asiento, estás en tu casa – me dice en tono amable con los ojos llenos de alegría.

Jimmy me hace caminar hasta uno de los sofás libres y Zacky y Emily toman sus anteriores lugares y se toman de la mano con una sonrisa.

—Hablare con mis padres, espera aquí– me ordena de forma suave Jimmy mientras avanza hasta su madre, ella extiende los brazos hacia él y lo abraza por algunos segundos muy, muy largos…

Luego aparece el señor Joseph con una botella de vino en las manos y la deja sobre la pequeña mesa de centro. Jimmy le da la mano y este la acepta de forma afectuosa, pero en un tono serio y ahora sé de dónde es que salió parte del carácter de este chico tan dulce, voluble, extraño y perfecto hasta la inmensidad. Los veo hablar y en ocasiones siento las tres miradas puestas en mí mientras Zacky y Emily solo me ignoran. ¡Genial!

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