El profe seductor

Mis padres revisaron mi cuarto de pies a cabeza pero no encontraron nada sospechoso, ni tampoco había indicios de que alguien forzó la puerta. 

-Pues todo parece en orden y tampoco parece que te robaran algo.

-Pero, alguien intentó aprovecharse de mí, encontré una rosa negra en mi ventana-busque la rosa donde la había tirado pero ya no estaba allí.-No lo entiendo, aquí la dejo.

-No me hagas esto en mi primer día hija.

-Papá, no quiero arruinarte nada, te estoy diciendo la verdad, alguien se metió en mi habitación. 

-Talvez lo soñaste-dijo mi madre.

-Si, tal vez eso pasó.

-Si, solo fue eso, ahora prepárate porque irás a tu nueva escuela.

-¿Ya voy a ir hoy?

-Y, ¿por qué esperar?

Para mi padre su nuevo trabajo era más importante que la seguridad de su hija, pero bueno. Supuse que tenía razón porque la rosa no estaba, a lo mejor si fue un sueño. Me olvidé del asunto y espere a que mis padres salieran del cuarto para prepararme. Me bañe, me puse el uniforme nuevo que habíamos comprado antes de mudarnos y baje a desayunar. 

Mi madre era una gran cocinera y estaba segura que junto con los talentos de venta de mi padre, lograrian crear un buen negocio de comida, pero mi padre no parecía estar interesado en independizarse por ahora.

Mi primer dia iba a ser una tortura, solo esperaba que el dia se pasara volando para no tener que hablar con nadie.

Terminé de desayunar y me encamine a la escuela guiándome por la dirección que mi madre me había anotado en una hoja. Escuché un griterío y desvié mi atención del papel para ver mi camino, de repente un joven con lentes chocó contra mi provocando que ambos cayéramos al suelo.

-Lo siento, no fue mi intención...-el joven iba ayudarme a levantarme pero se cubrió la nariz como si hubiera olido algo desagradable.-Disculpa, tengo que irme-se fue corriendo dejándome tirada en el suelo.

Revisé mi teléfono para ver la hora y seguí mi camino hasta llegar a la escuela. El instituto era mucho más lindo que el anterior y era como una jungla para mí. Respire profundo y me puse a buscar mi salón, me senté junto con la única persona que estaba sola.

-Hola.

-Hola, ¿eres nueva?

-Si, soy Melody.

-Y yo Magali, sé lo difícil que puede ser mudarte, pero al menos ya me conoces a mi.

-Es bueno saberlo.

-Tu quedate conmigo, que yo te presento a mi grupo.

De repente vino un joven que aparentaba ser algo afeminado y se sentó al otro lado de Magali.

-Hola, uhh, unos minutos más y llegaba tarde.

-¿Tu despertador no sonó de nuevo?, Ricardo ella es Melody y melody, él es Ricardo.

-Hola.

-Mucho gusto.

-Al parecer tendremos carne fresca este año.

Nos quedamos platicando hasta que entro la maestra se presentó con la clase y enseguida noto mi presencia, me pidió que me presentara y la obedeci apenada, nadie parecio interesado excepto mis nuevos amigos y un estudiante sentado en el fondo del salón. Me miraba atentamente con expresión seria como si algo en mí le llamara la atención.

Me sonroje ante eso y me senté rápidamente tan pronto como termine de presentarme. La clase fue de matemáticas, justo era un tema que dominaba así que no tuve problemas en resolver los ejercicios que nos dejó. Magali en cambio, se la pasó quejándose de lo aburrida que era su clase pero luego se puso feliz porque nuestra siguiente clase era con un maestro que según ella, era muy guapo.

-¿De qué materia es?

-De historia, te va encantar su clase, es el único profesor que logra mantenerme concentrada.

-Entonces debe ser muy bueno.

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Mi nombre no es relevante en la historia, naci como el hijo de uno de los vampiros más importantes de la historia y fui condenado a tomar el cuerpo de un maestro de preparatoria, la razón era de que en esa escuela, se encontraba mi novia muerta, ella era mi adoración y la mujer que amaba profundamente. Un dia, en el que nadie supo como, unos humanos entraron en una sociedad secreta habitada únicamente por monstruos y toda clase de criaturas, los humanos tenían prohibido el acceso pero por alguna razón, lograron ingresar y esos malditos la llevaron junto con otros seres, la busque por todos lados y cuando alfin la encontre, estaba muerta con una estaca de madera clavada en el pecho. Le juré vengarme de sus asesinos y era una promesa que iba a cumplir. 

Llegué a esta ciudad y bebí la sangre de un joven que resultó ser maestro, me hice pasar por él y comencé a dar clases en su escuela para que nadie sospechara de mis asesinatos, ¿quién sospecharía del maestro de una escuela?

Los aniquile uno por uno y estaba listo para abandonar esa asquerosa ciudad hasta que olió un aroma delicioso de una estudiante, una joven con la que me tope esta mañana, ella tenía el mismo aroma que Cristine, ella era Cristine, había reencarnado en el cuerpo de una alumna, pero ¿porque de entre tantos cuerpos tenía que ser el de una alumna?, no importaba, le juró que después de matar a sus asesinos iba a hacer todo posible para encontrarnos de nuevo y era otra promesa que pensaba cumplir.

Reencarno en el cuerpo de una estudiante que usaba lentes, alta, de cabello negro como la noche, ojos marrones y de piel blanca. Iba a ser que se acordara de mi, para luego llevarla conmigo.

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Entramos a la siguiente clase y cuando el profesor ingresó al salón, clavó su mirada en mí y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Era alto, elegante, atractivo y de voz seductora. Se puso a dar su clase y tal como Magali me había dicho, logró llamar la atención de todos, no había ningún estudiante que no le prestara atención.

Su inteligencia, su forma de hablar eran cautivadoras. Nos habló de la primera guerra mundial y la contaba con tanto detalle que daba la impresión de que él estaba presente. 

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