CAPÍTULO 04

"¿Nuevos amigos?" 

Baje del auto algo apurado ya que llegaría tarde a clase de Biología y todo porque Zoe cambio mi reloj alarma, por uno de vidrio con forma de balón de futbol que no aguanto un golpe.

Corro por los pasillos hasta que choco con alguien.

¡Carajo que dolor! Levanto la mirada y ¡Oh genial! El chico del ego enorme y apellido famoso, Ethan.

— Lo siento, — digo al ponerme de pie y notar que este tiene el ceño fruncido.

— No llego el profesor de biología, así que no llegas tarde.— Se notaba la molestia en su tono de voz, asentí para irme pero alguien me tomo de mis hombros.

— Hola Brad ¿Cierto hermano? — fruncí el ceño al no reconocer al rubio que me tenía agarrado

— Soy Fredd, me salvaste ayer. — Asentí al recordar el rico pote de Nutella que me comí al llegar a casa.

— ¿Que quieren? — Todos mis sentidos estaban en alerta al aparecer Ryan y Esteban detrás de Ethan.

— Nada, bueno solo ser tus amigos. —Comento el rubio, — ya que por lo que veo aun no tienes a nadie cerca aparte de tu novia la castaña — apreté los labios para aguantarme una risa, ¿Zoe mi novia? ¿Tan poco parentesco tenemos?

— Ya veo ¿Cómo sé que no es una broma? E escuchado que a los novatos del equipo siempre suelen darle una broma de bienvenida — los mire fulminándolos con la mirada, a lo que Ryan se echó a reír y golpeo el hombro de Ethan

— Lamentable, pero le hicimos la broma a Ivan ayer en las duchas ya que te retiraste antes. — Ethan chasqueo la lengua irritado. Pobre pelirrojo se habría llevado todo solo porque me fui antes, eso no debe dejarme bien parado frente a él.

El timbre sonó dando a entender que era la hora del almuerzo, y el rubio me llevo por los hombros hasta la cafetería.

Pensé en hacer la fila, pero los chicos al verme con el grupo se apartaron dándonos el paso a tomar lo que quisiéramos, me aproveche de esto ya que tenía hambre por no desayunar y gastar mis pocas energías corriendo.

Zoe me hizo señas para que me sentara junto a ella, en la mesa de 'populares' negué. Ya que ese no era mi sitio y quería cruzar, hasta que esta vez fue Ryan el que me tomo por los hombros y me obligo a sentarme en la mesa a la que me había negado a sentarme.

Mi hermana frunció el ceño y pidió cambio de puesto con una morena para quedar justo frente a mí.

— ¿Que ha sido eso? ¿Qué haces con el grupo de idiotas? — pregunto bajito casi en susurro.

— No lo sé, Fredd el rubio me ha dicho que quiere ser mi amigo, creo que es como pago por haberlo salvado ayer, — se colocó la mano en la barbilla como si fuera un personaje de película.

— Ten mucho cuidado, —asentí. —Ojos abiertos antes todo, yo también los mantendré vigilado. — Asentimos, y comimos. Me incorporaron como a diez conversaciones en menos de un minuto haciéndome sentir a gusto, y por lo que veo a ellos también les agrado que comentara. Se les notaba, aunque Ethan siempre trataba de disimular.

Al salir del comedor me dirigí tan rápido como pude a mi salón pero sentí unos brazos rodearme el cuello y una respiración muy cerca de mi cara. —Hola guapo, —noto a la chica de antes muy cerca de mi rostro, pero esta vez poseía un parche en la nariz.

— ¿Se te ofrece algo? Voy rápido. —No quiero sonar cortante pero no quiero toparme con ninguno de los cuatro chicos.

—Pues, sí. ¡Te quiero a ti! —aguanto una carcajada y quito su mano de mi camisa para seguir andando.

Me tropiezo por segunda vez con el chico del ego enorme quien me observa sorprendido, — ¿Te gusta la chica? —Niego y trato de evadirlo pero este me detiene. — ¿Te gusta o no?—bufo y me paro firme frente a él.

—No, ni si quiera me llama la atención ¿Feliz? —asiente y me da permiso de seguir a clases, al llegar me llevo un sermón por parte de la profesora de Historia y no puedo evitar sentirme avergonzado.

—Eh, amigo aquí estas. —Noto al castaño de nombre Ryan posarse a un lado de mí y darme un abrazo que deja su aroma varonil sobre mi cuerpo, a decir verdad huele muy bien y ni hablar de sus abrazos.

—Estaba a punto de decirle a la profesora que llegarías tarde, por problemas familiares. Pero ya veo que resolviste el embarazo de tu novia debe estar mejor, —trato de comprender lo que está diciendo y este pellizca mi trasero para que no diga nada.

—Ah, ya veo. Pues, si es por eso no hay problemas señor Brad tome asiento, —le susurro unas gracias al castaño y el me responde con un «aún falta».

—¿¡Que¡? ¡Perdió al bebe! Oh, amigo no estés triste seguro que tendrás muchas chicas que si quieran darte uno propio. —Mis ojos se abren de par en par cuando siento la mirada de todas las chicas sobre mí y eso me causa terror.

Escucho los murmullos de algunas chicas diciendo que mi novia debe ser una tonta y que es tierno que quiera tener un hijo.

—¡Vamos ya! —volví de mi mundo al ver a los chicos a un lado de la puerta esperando por mí y entonces doy cuenta que tengo varias notas con números de chicas en mi asiento.

Me levanto y me centro en la conversación que sostienen los chicos, más para alejarme de  lo que ha pasado.

— Entonces esta noche luego del partido ¿Vamos por unas bebidas y comida chatarra? — Todos aceptamos encantados a la proposición de Esteban, quien al parecer estaba más entusiasmado por la comida que por el juego.

—Bien. Te pasamos buscando Brad. —No recuerdo haber mencionado mi dirección nunca, pero no me preocupa así sé que no tendré que ir.

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