Capitulo 5

Me despierto de un susto al escuchar mi alarma de las 6 de la mañana, no sé por qué se me ocurrió poner la alarma de gallos, me quito los pelos de la cara mientras con otra mano me limpio un poco el lado de mi boca, me dan pinchazos en la cabeza, bebimos demasiado, me doy la vuelta para ponerme boca arriba y noto que le doy a algo que se queja, levanto la mirada rápidamente y me veo a Kat, echa un ogro durmiendo y me susurra algo que creo que es un 'Uuughh' miro mi móvil para ver que hora es.

Joder! ¡Llegamos tarde a la universidad Kat!

Kat me mira con los ojos todavía arrugados y cuando se da cuenta el tema abre los ojos como platos y da un salto que casi se cae de la cama.

Te robo ropa Jeri!

Cuando ya estamos preparadas bajamos las escaleras, veo que papá está riéndose de nosotras y tiene justo dos platos preparados para cenar, quita los platos y pone nuestros desayunos en una servilleta mientras nos saca dos termos con café uno para cada una, le doy un beso a papá en la mejilla, cojo las llaves de mi Jeep.

Corremos hasta el coche, abrimos las puertas nos subimos a toda leche, Kat sujeta mis cosas mientras yo pongo en marcha el coche, miro hacia atrás para dejar mi bolso y me quedo fija en un punto del coche.

¿Eso es hierba? —Digo curiosa

Kat mira hacia atrás frunce el ceño.

¿Y eso es un consolador?

Nos miramos y Kat pone la cara de asco más graciosa que he visto, no hay tiempo para resolver lo que pasó ayer, llegamos tarde en nuestro primer día de universidad.

No puedo estar más asqueada de estar aquí sobre todo el primer día.

Todos con sus amigos, falsas sonrisas y alegrías, ya he visto a tres personas que se han saludado y han puesto cara de asco al darse la espalda, que pereza me está dando todo y ni ha empezado.

Puedes oler el puterío?

Yo soy el vivo aroma del puterío, amor. —le guiño el ojo— vamos a entrar anda.

Vemos el edificio con un toque gótico, alto y bastante grande no puedo evitar que me dé un poco de impresión, el vértigo no ayudaba nada en mi vida.

No puedo evitar no fijarme en los pilares, grandes, con estructuras bastante bonitas y Antiguas, el techo es entero de cristal, Si no fuera por el tiempo que llevo aquí, diría que es una iglesia, tengo que empezar a luchar contra esto tengo que empezar poco a poco, pero no puedo subir mucho la cabeza por el vértigo que me entra.

Noto que me chocan el hombro y me tiran un poco hacia el lado, me doy la vuelta para saber que ha pasado y me encuentro a una chica rubia, minifalda, tacones, una camiseta cortada, una rebeca y un maquillaje más cargado que mi móvil, ojos marrones claros y los labios gruesos con un rojo putón bastante bonito la verdad.

Mira por dónde pisas apestada! —Me fusila con la mirada fijamente mientras se marcha

Cierro los ojos y Kat me coge por los hombros.

Respira hondo Jeri, por dios Respira hondo! No quiero vivir una pelea antes de primera hora.

Cuando lo dice así me hace sentir mala persona, me he tragado tantas cosas en mi vida que decidí no aguantar más, extremista? Si, pero así nadie me vuelve a hacer daño, quizá sea un mecanismo de defensa.

Hago caso a lo que me dice y sigo adelante, Noto que todo el mundo me mira y me conoce, pasamos por la clase de artes y me vienen mil recuerdos a la cabeza, digamos que hace 2 años me fui a lo grande cuando le rompí la mandíbula, nariz y nudillos a un estudiante que iba a graduarse ese año, se llamaba Zak James, voy a recordar ese nombre toda mi vida, sobre todo por qué él fue el responsable de que a una estudiante la violaran en una fiesta de fin de curso, le metió droga en el vaso y cuando estuvo medio inconsciente se aprovecharon de ello.

Yo estaba en esa fiesta y fui yo la que se la llevó a mi casa maldiciendo a toda la puta gente que sabía de ese plan, ella estaba destrozada, tenía golpes y tenía sangre en los muslos, fui yo la que tuve que limpiar mientras intentaba por todos los remedios no hacerla sentir mal o incómoda, me llevo 3 días terminar de asearla del todo, estaba malditamente destrozada

Así que cuando faltaban 30 minutos para su foto de graduación le pillé por banda y le di un puñetazo como mi papá me enseñó, con cautela, siempre defendiéndote y sobre todo, con respeto hacia la rabia que estabas sintiendo, no das un puñetazo sin razones, mi papá siempre me enseñó a pelear, fue al ejército lo cual siempre me ha ayudado a defenderme bastante bien.

Después del puñetazo él se defendió y me soltó otro mucho más fuerte que el mío, cogí su cabeza con toda mi rabia interior en cuanto pude recuperarme del golpe y le estrelle en la cajita llena de chinchetas, con algunas chinchetas clavadas en la cabeza y cara me miraba mientras me cogían de la cadera intentando separarme, hasta que cogí su mano llegué a sus nudillos y los eché para atrás lo máximo que pude hasta que me levantaron dos chicos para que parara, un recuerdo precioso.

Vuelvo a la universidad al escuchar como la gente decía mi nombre y al ver que están todos mirándome solo me limito a sonreír y mover mis caderas como si fuera una modelo.

Veo a Myles en la otra punta, nuestras miradas se cruzan y él me sonríe, él como es de esperar me echa un vistazo rápido y eso hace que cada día me suba más de vida, me he puesto una sudadera blanca sin capucha, unos vaqueros azul claro de pitillo, mis converse blancas altas, una camiseta de tirantes blanca y mi chaqueta de camuflaje, cuando voy a ir a saludarlo escucho que me llaman por megafonía.

Jericho Mills, acude cuanto antes al despacho del director, por favor y gracias.

Pongo los ojos en blanco mientras que veo que Myles viene hacia mí subiendo las cejas en forma de sorpresa, pasa por mi lado y me dice al oído

Eres toda una chica mala Mills, voy a tener que echarte un ojo muy a menudo.

Le guiño el ojo y añado a mi sonrisa un poco de lengua amistosa mientras me voy de camino al despacho de la señora Andrews, llego al descansillo y sonrío al ver que sigue estando la misma mujer haciendo papeleo, he pasado más tiempo aquí que en clase y ni me llegue a saber su nombre completo me parece que era Darsey, o algo parecido, la saludo con toda mi educación y tocó la puerta de la directora.

¿Se puede?

Si si, por supuesto!

Entro sin mirar a nada, dejo mi mochila en el lado en el que siempre dejaba todo lo mío cuando me metía en algún lío y cuando me siento y alzo la mirada para saber que he hecho me doy cuenta de que no es la directora Andrews, es una mujer mucho más joven y está un poco agobiada por tantos papeles y cajas que hay de por medio, no me he dado cuenta hasta que he empezado a mirar el despacho.

Se sienta dando un suspiro gracioso y me mira muy sonriente.

Tú debes de ser Jericho verdad? Me han pasado como unos 3 archivadores solo de ti.

No sé si sentirme halagada o cabreada, pero no reacciono, solo subo mis cejas en modo de sorpresa irónica, me miraba es neutral y ella nota que no voy a decir nada.

Voy a ser sincera, no quiero malgastar mi tiempo en cosas que no debería así que te lo voy a decir tal cual es, estás en las clases de canto y en el coro, pero después de lo que pasó hace dos años con Zak no quieren tenerte, y están esperando a la mínima para expulsarte.

Levanto la vista más que interesada, maldita sea solo puedo atreverme a cantar en las clases del coro y algunas veces lo hacía cuando no había nadie para sentirme muchísimo mejor.

¿Pueden hacer eso? ¿Echarme solo por una pelea que tuve hace dos años?

Aquí dice que Zak acabo con chinchetas clavadas en la cara y que estuvo de perder la vista por qué una de ellas casi se le clava en el párpado.

Me mira medio riéndose y se pone sus gafas de cerca.

También dice que le diste un puñetazo y le rompiste la mandíbula al instante que le tiraste al suelo de la fuerza y que... —Me mira y vuelve a mirar al papel acercándose a él mientras de su boca sale un "wow"— le rompiste los nudillos uno a uno, así que por eso no te quieren coger en el coro.

Me echo detrás de la silla agotada de todo el tema y le digo

Vale no importa, no me uniré al coro y ya esta, algo más?

Están dispuestos a cambiar de opinión si haces algo al respecto, no tenemos mucho tiempo, pero te diré que solo con que controles esa ira, podrás volver te lo garantizo

De acuerdo señorita...

Julia Andrews. —dice con una sonrisa de oreja a oreja.

La hija de la directora, la recordaba más pequeña

Señorita Andrews. —Asiento con mi sonrisa forzada

Me levanto de la silla para coger mis cosas y enfrente veo un título de ella, Psicóloga, lo que me faltaba no lo he hecho en 10 años lo voy a hacer ahora, se tira por la ventana si le cuento todos mis problemas, me despido de ella y salgo por la puerta un poco frustrada.

Me salgo fuera del recinto donde hay unas mesas con fuentes y el césped verde, me saco mi tabaco de mi mochila y me enchufo un cigarro, que bien sienta cuando el estrés puede contigo, me encojo de hombros al notar una presencia y esa voz tan dura y suave me roza la oreja al hablar y se me pone todo de gallina

Tienes mi hierba en el coche, así que... —Sube el tono de voz a más neutral— tenemos dos opciones, tragarnos las últimas dos clases que nos quedan o podemos ir a fumarla —me sonríe y ahora lo tengo enfrente— que me dices?

Me mira sonriente, abre la boca para decirme algo cuando mira por encima de mi hombro y se le tensa la mandíbula, me mira con esos ojos azules verdosos y me muerdo el labio inconscientemente.

¿Y tú quien eres? ¿Y por qué vas a irte con mi chico?

Sigo mirando a Myles y cierro los ojos con un suspiro, tiene una mirada un tanto preocupada.

No le hagas caso —me dice— no es mi novia.

Me mira con sus ojos pidiéndome disculpas, me río al escuchar eso mientras apago el cigarro me doy la vuelta para hablar con ella.

Me doy la vuelta para hablar con Myles, pero ella me coge del hombro antes de que pueda darme la vuelta del todo, y ya me empieza a molestar.

Mira, no sé cuál es tu problema —cojo su mano que está en mi hombro y se la quito lentamente— pero no soy la persona con la que debes molestar por qué te puedo asegurar de que vas a perder.

Ella me mira con los ojos como platos y sus amigas de atrás también están alucinando, cierra la boca y veo que sonríe nerviosamente al oír esas palabras de mi boca, yo también le sonrío sin saber que plan tiene hasta que veo que coge su coca cola y me la tira por encima, Hielo, frío, hielo y más frío por todos lados lo único que puedo hacer es mirar mis converse blancas que ahora son marrones, son mis favoritas joder.

Pero de que coño vas!? —dice Myles quitándome mi mochila del brazo en la que la tenía colgada— te has vuelto completamente loca Cindy joder.

Sin mirar a nadie empiezo a andar hacia el baño mientras intento respirar hondo para relajarme, pero su risa hace que sea un poco imposible.

Así de fácil fue chicas, aprendan —su mirada llena de furia— no olvides que yo mando aquí.

Me doy la vuelta y sonriendo me acerco a ella y escucho la suave voz de Myles diciendo mi nombre, ahora tiene el brazo cogiéndome el hombro poniendo barrera entre nosotras dos, me conoce desde hace poco, pero conoce lo suficiente.

Pero reina... —La sonrió dulcemente— me voy por no reventarte la cara a ostias, no has ganado nada, solo que no quiero que me expulsen 2 años otra vez.

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