Debo Irme...

Me levanto de la cama no dormí nada, como ya se me hizo costumbre,  mi mente está llena de confusiones, con todas esas revelaciones, este departamento me tiene mal, los recuerdos me atormentan a cada pasó, necesito irme,  escapar de todo esto.

Entro a la ducha intento ducharme lo más pronto posible puesto que mi tormento me sigue a cada pasó, salgo de la ducha, me cambio de ropa, salgo del cuarto, Jake me espera en  la sala.

- Hola, muñeca, buenos días - saluda colocando agua hervida en unas tazas.

- Hola Jake, Buenos días...

- Otra noche sin dormir...¿No?

- Es que...no puedo - suspiro - me está costando escapar de la tristeza.

- Lo sé, pronto lo harás - jala la silla para que me siente - toma tu desayuno, después al cementerio y al doctor, quizás pueda ayudarte a descansar, lo necesitas.

- Lo sé...- empiezo a tomar mi desayuno, la verdad es que no tengo muchas ganas de conversar así que me limito a terminar lo que tengo en los platos.

Después tomo mi bolsa, Jake se coloca su chamarra y me espera en la puerta.

- ¿Lista? Vamos de una vez.

- Sí, Jake - respondo mirando al piso, estoy de muy pocos ánimos de salir de casa - estoy lista.

- Levanta la mirada, Darla, no mires al piso - exclama colocando su mano en mi menton levantando mi rostro, me da un fugaz beso en la frente y me toma de la mano para que salgamos de casa, mientras camino me coloco los lentes obscuros, no quiero que nadie me vea las enormes ojeras y mis ojos rojos.

Un largo camino en auto veo gente pero sinceramente no tomo atención a nada, estoy en otro mundo, parezco anestesiada, ese vacío no me permite sentir, llegamos al cementerio, salgo del auto y Jake me toma de la mano y hace que lo mire.

- Me quedo aquí, ve y charla con el cabezón - sonríe - te ayudará a sacar la frustración.

Salgo del cuarto y me dirijo a la tumba donde está enterrado Ricardo, mis pies son adobes, es complicado llegar hasta allá, cuando veo la lápida no logro mantener el equilibrio y me desparramo de rodillas en el césped, mis sentimientos salen de muy dentro, podría decir del alma, saco mi frustración, al comienzo le echo la culpa por haberme abandonado pero después me echo la culpa de haberme hecho ilusiones, cuando por fin me libero de todo lo que tenía metido en mi corazón, le doy un beso a la lápida, me pongo de pie y me despido con nostalgia, una que otra lágrima se asoma por mis mejillas que intento limpiar mientras camino de vuelta al automóvil, Jake me abre la puerta.

- Mucho mejor.

- Pues...no sé si ayudará o no pero hay que intentarlo - suspiro.

- Tu hijo es la continuación de Ricardo tienes que vivir por el o por ella, él quería que seas feliz otra vez, debes animarte.

- Es complicado animarse en estas circunstancias, Jake - suspiro y vuelvo a limpiarme las lágrimas indiscretas que quieren correr por mis mejillas.

- Bueno, - enciende  el automóvil- hora de ir al médico, necesitamos saber cómo estás.

- No es necesario, estoy bien.

- Si lo es, eres tan testaruda - levanta la voz con el ceño fruncido- te crees auto suficientes y no es así, te cuidaré hasta que te vayas, si es necesario te llevaré hasta Búffalo.

- Jake, puedo irme sola, no necesitas llevarme hasta allá.

- Aunque no quieras, igual lo haré - responde mirando a la avenida mientras maneja en dirección al consultorio del médico.

Al llegar, tengo una conversación sería con el médico, está molesto con mi proceder puesto que estos últimos meses no fui por mi controles, además porque no como ni duermo y eso para él le hace daño a mi pequeño, comprendo sus explicaciones pero mi estado anímico es muy difícil de manejar en estos momentos, después de tener que escuchar un discurso, me da unas pastillas que no le harán daño al bebé, se supone que me ayudarán a descansar, después de eso por fin volvemos a casa, mi energía se ha agotado como si hubiera hecho millones de cosas, sé lo que significa, la depresión me está consumiendo.

Cuando entramos al departamento, Jake entra a la cocina, toma su teléfono y marca a un restaurante para pedir comida.

- En 10 minutos estará la comida y después tomarás las pastillas que te dio el médico y a dormir.

- Ok - respondo sacando platos y vasos para servir la comida que pronto llegará.

Unos cinco minutos después escucho el timbre tocar, Jake abre la puerta, es la comida paga y después la coloca en la mesa.

- Listo, ahora a comer - nos sentamos y mientras sirvo la comida en los platos, Jake prosigue - mañana vendrá Judy a colaborarme, la mudanza se llevara las cajas y los muebles ¿Dejarás en el departamento alguno?

- Si la cama, el comedor y el living, lo grande lo daré en alquiler con el departamento, cuando encuentre un departamento en Búffalo compraré esos muebles.

- Quieres escapar de todo ¿Verdad?

- Sí, es lo que más deseo...,- respondo torpemente - debo irme.

- Es tu decisión muñeca, preferiría que te quedes.

- No, este lugar me hace daño, Jake.

- Yo sé que saldrás de esto muy pronto.

- Eso espero - suspiro y empiezo a cenar, la verdad es que no tengo muchas ganas de hablar así que intento que nuestra cena sea silenciosa, unos minutos después de terminar con la cena, Jake me coloca un vaso de agua en frente mío con el frasco de pastillas que esta tarde me dio el médico - Miro el agua, después a Jake-  no quiero tomarlas - exclamó empujando el vaso un poco hacia donde se encuentra Jake.

- Debes tomarlas - vuelve a empujarlo a mí dirección - y debes ir a dormir.

- Eres igual de autoritario que Ricardo - comento con el ceño fruncido.

- Soy peor, mi padre es coronel, así que conmigo no te juegues - responde y me levanta el vaso de agua, saca un comprimido del frasco - toma.

- Está bien - suspiro rendida colocando los ojos en blanco, tomo la maldita pastilla y un sorbo de agua, después que lo hago Jake me alza y empieza a dirigirse al cuarto.

- Jake, puedo caminar - exclamó molesta.

- Prefiero que no lo hagas, no te resistas, solo te voy a llevar a la cama, para que duermas.

- Está bien - me deja en la punta de la cama.

- Te espero ve a cambiarte.

- Está bien - me dirijo al baño, me cambio de ropa y vuelvo a salir.

- Hora de dormir - exclama  abriéndome la cama después me  acomoda en la cama, me abraza, unos minutos después las pastillas hacen su efecto y duermo, por fin logró dormir, la pesadilla no me despierta esta vez pero al despertar me revienta la cabeza, dormí pero no descanse, esas puñeteras pastillas me indisponieron, no pienso tomarlas ni una vez más.

- Buenos días,  - saluda  mirándome despierta - por fin dormiste.

- Dormí pero no descansé - aclaro - no quiero seguirlas tomando.

- En serio que tú y Ricardo son tal para cual, ¿no entiendes que tienes que descansar?

- Bueno por lo menos lograrás que durmiera, ¿Verdad? - pregunto con sarcasmo.

- Si y si pudiera te obligaría todas las noches a que descanses y que tomes esas pastillas pero te vas hoy.

- Si, hoy me voy - respondo sentándome en la cama, Jake me mira con una sonrisa en su rostro.

- A las 10 recogerán todo...- comenta mirando si reloj.

- Si...- respondo con un poco con nostalgia.

- ¿Ahora qué? ¿Te quieres quedar?

- No, es que...es difícil comenzar de nuevo cuando lo perdiste todo.

- Si, pero lo harás, siempre lo hiciste, seguirás adelante muñeca, como Ricardo quería - Se acerca y me besa en la boca- tengo unas horas más para ser tú carta blanca...

- No sé, Jake...- respondo intentando negarme.

- Déjate llevar...ve a un mejor lugar, piensa que soy Ricardo.

Cierro los ojos, mi mente la ocupa Ricardo, mientras Jake me saca la polera y empieza a besarme intento volar a meses anteriores, pienso en Ricardo, intento que mi mente se engañe mientras Jake intenta que reaccione a sus caricias, cuando todo acaba, abro los ojos, doy un salto me siento en la cama y tomo mi salto de cama.

- ¿Estas lista para irte? - pregunta colocándose de pie.

- Sí, hay que pararse - Miro la hora - creo que ya es tarde - en eso suena su celular.

- Oh como están, -silencio- muy bien los esperamos, gracias - me mira - los de la mudanza vienen en camino.

- Ok, entonces a levantar las cosas.

- Primero vamos a desayunar y después levantamos lo que falta.

- Está bien - respondo con culpabilidad.

Salgo a la cocina empiezo a preparar el desayuno y la culpabilidad no se me va, es como si estuviera traicionando a Ricardo, el sentía celos por Jake, esto no está bien.

- ¿Que tienes? - pregunta mirándome desde el umbral de la puerta.

- Es que Jake, lo que hacemos no está bien - respondo rápidamente.

- Fue la última vez, Darla, no te sientas mal - exclama con el ceño fruncido - se nota que soy muy poco para ti.

- No es eso,  Jake,- lo primero que piensan los hombres es eso, ¡ hombres! - no entiendes que me siento culpable, esto no debería pasar, así de simple - chillo.

- Ricardo quería que te olvides de tu sufrimiento, para que no te sientas culpable, diré literal sus palabras, hazla tuya Jake, hazle olvidar su sufrimiento ese dolor que va sentir cuando no este, Ricardo estaba desesperado mujer, tienes que entender, te dije que no hablaría de mis sentimientos pero te amo como un loco, he preferido estos días para estar a tu lado que no tener ni eso, se a lo que me metí y sé que te vas hoy y esto no seguirá

- Mejor te detienes acá - exclamó con torpeza -  gracias por estar conmigo, al pie del cañón, - me acerco a él, le coloco la mano en la cara - Disculpa que no pueda corresponder al amor que me ofreces - le doy un beso en la boca pero más que beso tan sólo rozó sus labios y me separó.

Desayunamos en silencio, es mejor no decir nada más, esto tampoco me ayuda, hace que mi desesperación de irme sea más grande, al terminar levantó los platos los lavo y guardó en una caja, después salgo, veo salir a Jake con unas cajas.

- Ya llego la mudanza - exclama saliendo por la puerta.

- Ok - respondo intentando levantar las cajas de la cocina.

Escucho la voz de Jake que vuelve a entrar al departamento.

- No levantes nada, nosotros levantaremos todo, Judy está abajo con su novio, ayudando a organizarlo todo.

Espero a que lo bajen todo molesta, cuando veo que acabaron tomo mi última caja, la de mis recuerdos, lo cierro todo, doy un último vistazo al departamento y cierro la puerta.

- Ya está todo dentro, muñeca - exclama bajando las gradas - te esperamos abajo.

- Ok - bajo las gradas intentando hacerlo con lentitud, cuando estoy por llegar a la puerta  tengo una visión, Ricardo aparece en frente mío, escucho "ten Cuidado" ese instante me desconcentro, mis pies tocan aire y empiezo a caer en cámara lenta, escucho a lo lejos.

- ¡Darla! - es Jake el que grita asustado, siento un golpe en mi cabeza y ahí pierdo el conocimiento.

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