El mismo error.

Narra Elián.

Tras renacer como el segundo príncipe del inframundo, no niego que he llevado una buena vida solo que antes no era un príncipe si no un Maldito rey.

Iris me salió más inteligente de lo que esperaba, pero no puedo negar que eso me gusta, después de haberla tenido en mi cama no he podido dejar de pensar en esa diosa.

Aún conservo todos mis recuerdos de mi vida pasada y estoy dispuesto a buscarla, pero está vez no es para lastimarla o usarla, si no para enamorarla. Me quedé prendado de esa hermosa diosa la cual ha sido la dueña de mis pensamientos durante cientos de años, he recorrido el mundo buscándola la necesito a mi lado y no pienso dejarla ir una vez que la encuentre.

¡Iris será mía para la eternidad! Pensé entrando en aquel bar el cual esta ubicado en las afueras de una manada de lobos.

Deseaba divertirme un rato con alguna loba o vampira y ya había encontrado con quién, en el momento que vi a esa pequeña cachorra bailando tan sensual me le acerqué con la intención de llevármela a la cama solo por hoy era una diversión y solamente eso, pero al llegar a su lado mi sorpresa fue aún mayor, al darme cuenta que se trataba de mi Iris.

Ese arcoíris en su espalda es inigualable aún sigue teniendo la marca de los dioses y ella al parecer no lo sabe o quizás no conserve los recuerdos de su vida anteriores.

¡Por fin mi iris otra vez juntos y está vez será para siempre! Pensé sonriendo.

Narra iris.

Después de haber escuchado aún taxista parlotear por 20 minutos Gary yo llegamos al dichoso bar, no sin antes escuchar todas sus quejas por haber llegado tarde.

Al entrar observamos que el bar estaba lleno habían tantos humanos como seres sobrenaturales.

—Princess nos quedaremos en la barra—me dijo marcos al ver qué no había ni una sola mesa disponible.

Levanté los hombros indicándole que me daba igual así que nos sentamos.

—Gary quien pide vino tinto en un bar tan rústico como este y además esos tipos de vinos se toman con la cena— le dije con la intención de molestarlo.

Adoro fastidiar a mi amigo.

—Princess me quieres ver la cara de idiota el vino se toma donde se le de a uno la regalada gana— me respondió sin dejar de observar al barman quien también intercambió varias miradas con Gary.

¡Que tierno es mi Gary! Pensé al verlo sonrojado.

  • Princess y tú con ese atuendo no deberías tomar cerveza te vez rústica así como tipo la esposa del camionero con traje prestado — me dijo con un tono jocoso.

Abrí la boca en forma de O sorprendida era la primera vez que Gary me había dejado sin respuesta así que solo me quedó mostrarle mi dedo medio.

Gary al ver qué me había quedado en silencio empezó a reír sin parar y a pesar del gran ruido de la música la cual estaba súper alta, vociferó— un punto para mí al fin pude ganarte una— y yo solo me hice la ofendida.

Después de algunos tragos decidimos bailar y aunque se me acercaron barios hombres ninguno logró llamar mi atención.

De un momento a otro sentí mucho frío, algo que no es normal en un lobo nuestra sangre es súper caliente.

Sentí la sensación de que estaba siendo observada, miré para todos los lados y me sentí estúpida.

¡uff que bruta iris claro que te están observando, estás en un bar lleno de personas los cuales la mayoría buscan lo mismo que tú! Bufé molesta con la intención de irme a sentar, pero antes de hacerlo fui sujetada por alguien o mejor dicho por un hombre el cual respiraba sobre mi nuca erizándome la piel.

—Hola pequeña— me dijo el desconocido con una voz profunda.

—que atrevido— grité molesta manoteando sus manos, pero al girarme me encontré con un Ken que está para chuparse los dedos, el es un rubio de ojos azules el cual estaba sonriendo de medio lado dejando ver esos hermosos hoyuelos que le daban el complemento a su bello rostro con esa nariz griega, de cejas finas pero tupidas al igual que sus pestañas, de labios finos que de cierta manera se veían muy bien con esa barba bien tratada.

                                         

Él era mucho más alto que yo, juro que tendría que medir 1.8 de cuerpo tonificado no musculoso pero si se le ve que el chico se mantiene.

Pequeña terminaste de escanearme o desea continuar— me susurró en el oído causándome un escalofrío que me recorrió el cuerpo entero.

 —eres como muy presumido rubio teñido— le respondí muy segura pues no estaba dispuesta a admitir que lo estaba mirando, no sé lo puedo dar a entender después su ego se infla.

—ok preciosa no te enojes solo quiero que hablemos, si — me dijo el desconocido rogándome con la mirada.

¡El sería el hombre perfecto para perder mi virginidad! Pensé con malicia.

Ya que el desconocido no es mi mate y aunque este hermoso eso no significa que lo volveré a ver una vez más, total mi virginidad no era nada especial para mí ya que en mi anterior vida me la robaron para usarme al menos en esta vida se la daría a alguien por diversión.

Narra David.

Estaba en el bar en el área VIP observando a Iris la cual estaba vestida de manera provocativa y eso me molestaba mucho y más me molestaba ver cómo todos la observaban con lujuria.

—Romperé ese Maldito vestido— Exclamé alterado mientras caminaba para encontrarme con ella está noche estaba dispuesto a secuestrarla de ser necesario.

Pero antes de llegar vi como un demonio la abrazó por la espalda.

¡Maldito demonio te mataré! Pensé explotando el vaso con whisky qué tenía en mi mano sin más avancé llevándome a todos por delante hasta llegar a dónde ellos se encontraban hablando muy a gusto o mejor dicho coqueteando y para marcar territorio abracé a Iris quien quiso forcejear, pero la sujeté con bastante fuerza.

—Suéltame perro— me gritó sin aún haberme visto.

¡Será que ella conoce mi aroma! Pensé contrariado.

—No escuchaste que ella te pidió que la sueltes— me dijo el demonio retándome con la mirada.

—Y si no me da la gana qué piensas hacer— lo reté directamente.

—Princess vámonos — gritó el lobo amanerado amigo de Iris.

—si mejor vámonos — le respondió ella soltándose de mi agarre o más bien yo la liberé ya que me molesta menos que se vaya con su amigo a qué este Demonio se la lleve.

—Si me sigues fastidiando la vida te mataré— me dijo este en el momento que vio que Iris se había alejado de nosotros.

Narra iris.

No puedo negar que estar entre los brazos de David se sintió bastante agradable, se sentía acogedor y sobre todo me sentía segura.

No sé porque el me causa esas sensaciones aparte de que su aroma me atrae mucho.

¡Ese lobo es de tu hermana! Pensé moviendo la cabeza para los lados deseando olvidar todo lo que me causó ese simple agarre.

Gary me ha dejado sola en la salida del bar con el pretexto de que se le había olvidado algo dentro y yo creo que en realidad no se le ha quedado nada más bien el está detrás del barman.

Sentí una fuerte necesidad de hacer pis, así que miré la puerta del bar con la intención de volver a entrar, pero sentía que no me daría tiempo a llegar al baño, así que observé todo buscando el lugar perfecto para hacerlo y cuando logré visualizar  el lado contrario del bar donde hay un callejón bastante oscuro y sin pensarlo dos veces avancé hasta este.

—uff que delicia — dije en el momento que me encontraba orinando.

—Si es muy placentero— me dijo alguien y esa voz se me pareció similar a la del chico desconocido.

— ¿Qué demonios?—pregunté algo confundida.

—si, soy un demonio, pequeña Iris —me respondió el desconocido sonriendo.

¡Como rayos este Demonio sabe mi nombre! Pensé por un momento, pero después le reté importancia.

—y uno muy sexy, pero poco caballeroso, el cual no sabe respetar la privacidad de una dama — le dije antes de subirme la tanga sin remordimiento alguno pues yo me imagino que este demonio me vio hasta el código de barras y aunque estábamos en la oscuridad juraría que el me podía ver a la perfección.

—Sabes que eres mi pareja— me dijo este acercándose más a mi

—no lo creo— le dije dudosa sin poder creer que la vieja bruja de la diosa Luna se había atrevido a interferir una vez más en mi vida enviándome a un demonio el cual se le ve que emana mucha oscuridad si este chico no fuera un Demonio juraría que es el mismo Elián.

—Lo siento amigo pero no quiero ser la pareja de nadie, sólo busco pasarla rico y sin compromiso — le dije sin más y era que este demonio no me causaba ni la mitad de la torrentes de sensaciones que me hace sentir David.

—pero podemos pasarla rico y mientras tanto verás que has nacido para mi—pude escuchar como saboreaba la última palabra.

—Creo que mejor me voy— Barbuceé con la intención de irme, pero el desconocido me rodeó por  la cintura con sus brazos de manera posesiva.

—ya no quieres pasarla rico? —me preguntó antes de besar mi cuello tratando de convencerme.

—bueno siempre y cuando no quieras una boda yo si deseo pasarla rico — le respondí emocionada por que al fin iba a cumplir con mi propósito al venir a este bar.

—vámonos —me dijo sujetando mi mano.

—No— Exclamé soltándome  bruscamente de su agarre—aquí lo podemos hacer — le dije antes de obligarlo a inclinarse pues deseaba besarlo y su estatura me imposibilitaba  poder alcanzar sus labios.

Narrador.

Iris no sabía que estaba cometiendo un segundo error nuevamente al entregarse una vez más a Elián, quien tenía pensado llevársela consigo.

Así que la besaba con demanda deseando devorar sus labios pues iris se había convertido en su obsesión fue tantos los años añorando este beso que no le importó saber que este era su primer beso o mejor dicho en esta vida ya que para el iris no tenía recuerdos algunos de su vida pasada, estaba equivocado ya iris sabía a lo que se enfrentaba esta era su primera vez en ese cuerpo más su alma ya estaba usada y su memoria marcada con aquella traición.

Elián sostenía su cuello para poder profundizar el beso abriéndose paso entre sus labios para introducir su ágil lengua mientras que con su otra mano acariciaba descaradamente sus glúteos los cuales apretaba con malicia arrancándoles unos que otros gemidos a iris quien estaba extasiada y era que el demonio tenía mucha experiencia en cuanto al sexo pues había sido muchas las mujeres que este había hecho suya.

En todos sus años vividos Elián había probado todo en cuanto al ámbito sexual desde orgías, dominación, sadismo y todo tipo de BDSM.

Sin más la cargó incitando a iris a rodear su cintura con las piernas y al cumplir con su petición la puso contra una pared, en esa posición el vestido de iris ya se le había subido hasta la cintura ella podía sentir su erección a flor de piel y era que aquel pantalón de mezclilla no era impedimento para que iris sintiera como el miembro le palpitaba constantemente.

Iris estaba tan excitada que ya no podía pensar con claridad mientras Elián besaba, chupaba y succionaba sus senos con desesperación, hambre y necesidad.

—No sabes cuanto te he deseado mi diosa—le susurró en el oído.

Elián estaba embriagado por el placer, la voz se le escuchaba sumamente ronca por la excitación.

—Puedes hablar menos y dejar el cariño y el amor para otra que si lo desee — le sugirió ella haciendo  caso omiso a lo que este había susurrado pues entendía que no se refería a ella.

El al escucharla sonrió con malicia está iris le fascinaba más, esta chica rebelde y malcriada estaba hecha a la perfección para el.

La diosa Luna 🌛miraba desde las alturas negando con desesperación, pues una vez más le volvió a fallar el destino.

—Nena eres virgen y no deseo lastimarte —le dijo este fingiendo preocupación.

—mira demonio el que parece virgen aquí eres tu, si no deseas tomarme tu sólo avisa que te aseguro que dentro de ese bar habrán muchos más que dispuesto a ocupar tu lugar —le dijo ella con la prepotencia que la caracteriza.

Sus palabras sólo enfurecieron más a Elián quien mordió su labio bruscamente y sin darle tiempo a respirar rompió su tanga.

¡Eso me gusta más! Pensó iris sonriendo.

—Quieres que sea brusco, pues seré brusco— dijo antes de besar su cuello dejando marcas notorias mordiendo parte de éste, esos besos estaban cargado de rabia y era que el sólo hecho de imaginarse a otro hombre tocando lo que a el le pertenece lo hacían querer encerrarla en su castillo.

A iris esa rudeza no le disgustaba más bien le fascinaba ya que deseaba sentir dolor, no quería que fuera tierno, ella no deseaba que el demonio desconocido se enamorara de ella, se decía una y otra vez que este nunca la podría encontrar.

Elián le ordenó recostarse de la pared mientras el se arrodillaba delante de ella, estando en esa posición empezó a besar su intimidad, provocando que ella  mordiera su labio inferior para contener los gritos de placer que salían de su boca sin permiso algunos.

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