SIN ZALER

Darckl les pide que no se preocupen por los verdugos de la flauta quienes traen la dulce tonada de la muerte, porque ellos serán quienes les manden de regreso a las profundidades del infierno.

Copzu ya se ha recuperado y refuerza las comunicaciones, le habla directamente a Warterland y le advierte que debe eliminar a Dragargar antes que la batalla comience, o el fracaso será inevitable, pero cuando siente la presencia del Dorado Darckl experimenta una esperanza de victoria y la gran incertidumbre al no saber cómo fue capaz de llegar hasta ahí después que todos le creían muerto.

Las fuerzas demoniacas permanecen alertas, como esperando la orden para comenzar el ataque, muchas clases de demonios jamás vistos han aparecido en las filas demoniacas.

El general Copzu les advierte “cuando la pesadilla viviente Dragargar haga presencia en el campo de batalla eviten verlo a los ojos y traten de escuchar la voz de Lexferzus en todo momento”.

Con una voz, muy clara y suave como la brisa de los rosales, se escucha a Lexferzus, recitando el poema “El corazón de un guerrero Ferz”.

Copzu habla al general Herrik, “el enemigo está consiguiendo cruzar los retorcidos bosques, han descubierto el camino del cráneo de lodo y grandes ejércitos Drochelgars han sido capaces de llegar, a los campos abiertos, del sapo de la muerte”.

El general copzu le da la orden a la muralla sangrienta de iniciar el ataque hacia el ejército de los demonios invasores.

Warterland y 50 de sus generales, lanzan una ofensiva directamente hacia los verdugos flautistas, los cuales, por estar tocando sus melodías, no les ven venir y comienzan a morir desmembrados por el hierro Ferz.

Warterland y sus generales parecen volar, mientras matan verdugos flautistas y cualquier demonio que se les atraviesa en su camino.

A pesar que Darckl quería cazar demonios de la flauta, el general Copzu le ordeno mantener su posición en la muralla sangrienta, observando la lucha y esperando la aparición de Dragargar. Darckl por tener los ojos cerrados y Rablackblood por no ser afectado por Norzen demoniaco, eran los guerreros ideales para neutralizar la amenaza de Dragargar.

Darckl y Rablackblood están muy impresionados al ver cómo, Warterland y sus generales acaban con los verdugos flautistas en unos pocos segundos y los guerreros del ejército de 1000 Ferz acaban con colosales demonios coleccionistas de huesos de un solo golpe.

Rablackblood observa a Dragargar, entre las filas demoniacas, de los demonios de 10 brazos (estos demonios por lo general tienen una altura de 4 metros, poseen cuatro pies, diez brazos y en cada uno sostienen una afilada espada negra llameante).

Cuando los dos guerreros encargados de atrapar a Dragargar, se percatan de su presencia, saltan desde la muralla sangrienta hacia el campo del sagrado sapo de la muerte. Darckl vuela muy rápido cerca del fango y con su espada dorada (Traga almas), aprovecha para darles muerte a algunos demonios invisibles. Rablackblood corre sobre el suelo pantanoso del sagrado sapo de la muerte, pero lo hace tan rápido que no se hunde.

Darckl combina las sagradas cadenas, con la máquina de tortura ancestral, de Rablackblood, consiguen inmovilizar a Dragargar y un enorme grillete de hierro Ferz, atado a él, lo hace imposible de mover. Los sapos invocan a los temidos pantanos, a los pies del enemigo, mientras Bacrator invoca la tormenta del sapo (temida tormenta, por su abundante agua, actividad eléctrica y fuertes vientos, el escenario perfecto para los guerreros sapos).

Cuando la melodía de los verdugos flautistas es interrumpida por la tonada del filo de las hachas y espadas de los Ferz, Tazembar y Sentinel liberan del hechizo a los retorcidos bosques y se activa la tercera defensa de los pantanos que impide volar.

Los coleccionadores son obligados a luchar, sobre el lodo y las rocas. El viento está a favor de los sapos y el ejército Ferz, por esa razón las lanzas de hueso de los demonios coleccionadores les son devueltas y las bolas de fuego se apagan y caen sobre el fango convertidas en bolas de hielo, pues el frio que ahí hace es tan fuerte que congela hasta los huesos. Los miembros de la familia Gars y los demás guerreros celestiales que han estado llegando han sido llevados por un grupo de sapos tras la muralla sangrienta para ser vestidos con armaduras especiales para resistir a las condiciones climáticas ya que de luchar con sus armaduras morirían congelados o quemados.

Las tropas Drochelgar y las tropas de los demonios de 10 brazos son obligadas a retroceder las primeras filas hacen murallas con sus cuerpos para cubrir la retirada de los demás guerreros demoniacos.

Las tropas de los coleccionadores se enfrentan a los sapos y a Warterland con sus generales. El ambiente pantanoso favorece a Warterland y a sus fuerzas, dándoles una gran ventaja en el combate.

La niebla absorbedora de Norzen demoniaco ha cubierto el extenso campo del sagrado sapo de la muerte y ha segado a los invasores demoniacos, les ha debilitado y ha roto sus comunicaciones. La densa niebla no permite ver absolutamente nada y tan solamente se escucha el choque de las espadas, hachas, lanzas, escudos de hueso, rompiéndose y armaduras cediendo ante las armas del ejército de lodo.

Un equipo de seis Hidrogars vigila a Dragargar, aunque este ya se ha hundido en el putrefacto lodo, los Hidrogars, se están asegurando que no salga, estos guerreros le han atado con las cadenas de hierro maldito y le han encerrado dentro de la jarra de lodo (Hidrogars: unidad de guerreros de la familia de los Ferz, estos guerreros son los carceleros de la legendaria prisión de Burdengardenz, prisión exclusivamente para demonios y dioses).

De pronto se escucha por todo el oscuro pantano el poderoso y escalofriante rugir de la trompeta del príncipe Torret.

El poderoso rugido de la trompeta de Torret es una orden directa del alto mando de inteligencia Ferz, que ordena a todos a retroceder y refugiarse en las trincheras de las rocas de hierro Ferz. Warterland y sus generales cubren la retirada de sus tropas, sin la sinfonía de los verdugos flautistas el retorcido bosque ha despertado y ha activado sus defensas al máximo.

Los retorcidos bosques gozan de su propia voluntad y han activado la 4ª defensa (las Brezerkeltorgan). Las Brezerkeltorgan han salido a comer Drochelgars, huesos y energía demoniaca, pero no es agradable luchar junto a ellas ya que lanzan golpes y espinas a todo lo que se mueve o atacan a los seres malignos sin importarles a quien se llevan por delante.

Warterland no se explica porque las Brezerkeltorgan han abandonado a los retorcidos bosques y han salido al campo abierto a buscar al enemigo cuando las reglas del pantano prohíben hacer eso (regla de batalla de los Ferz: deja al enemigo venir a ti y mátale frente a frente con honor al menos que este sea más fuerte entonces mátalo a traición, pero que venga el a ti).

Unos pocos guerreros se refugian en las trincheras de hierro, mientras que los demás deciden quedarse en las rocas del antiguo sapo, apoyando la lucha desde ahí. La lucha de las Brezerkeltorgan es una verdadera masacre de demonios y Drochelgars con sus lanzas, flechas y espinas, como es la especialidad de estos guerreros todas las armas están envenenadas con veneno de rana del campo de los huesos sombríos (este poderoso veneno podría matar a humanos si no es atendido a tiempo, pero está diseñado especialmente para matar demonios).

Darckl observa como varias docenas de Brezerkeltorgan y algunos sapos están cayendo ante un poderoso verdugo flautista, que a pesar de la 3ª defensa y de la fuerte tormenta aún mantiene el vuelo y haciendo uso nada mas de su flauta, estremece el campo de batalla, destrozando Brezerkeltorgan, sapos y hasta a los Ferz.

Darckl se siente inútil nada más vigilando a Dragargar y decide abandonarle en las manos de los Hidrogars y unirse a la lucha, su amigo Ra también hace lo mismo, ellos creen que seis Hidrogars son suficientes y hasta demasiado para cumplir con esa misión.

Darckl y Ra en medio de la devastadora tormenta hacen contacto visual con el temido verdugo flautista, quien se muestra tranquilo mientras les observa aniquila puñados de Brezerkeltorgans a pesar de la poderosa tormenta es capaz de volar con mucha facilidad y evadir las cadenas de hierro maldito que emergen de entre el fango.

Darckl corre de prisa hacia el demonio de la flauta, cubierto por rayos dorados, sosteniendo en su mano izquierda su poderosa espada “traga almas”, Rablackblood impaciente decide lanzar un ataque sorpresa ya que por ser de la familia de los Blackblood es capaz de manipular la dimensión sombría.

Ra se oculta tras una enorme roca gris, donde abre un portal hacia la dimensión oscura, pero cuando se dispone a entrar en él, se percata que se ha hundido en el podrido fango hasta la cintura y no es capaz de salir por su cuenta.

El portal abierto se cierra y Ra se hunde por completo en el letal pantano, pero mientras se hunde hacia un destino incierto, viene a su cabeza una última idea. Lleva sus palmas hacia su pecho y las junta, para rasgar nueva mente a la oscura dimensión, abriendo así una enorme ruptura, justo frente a sus pies que le traga junto a varias toneladas de lodo.

Tras el extraño demonio de la flauta se abre una grieta desde la dimensión oscura de la cual sale Ra y ataca por la espalda al demonio del temido réquiem prematuro, haciéndole caer con mucha fuerza sobre el hambriento pantano.

Darckl utiliza la violenta actividad eléctrica de la tormenta, para crear un enorme rayo dorado el cual hace caer sobre el demonio flautista que se encuentra sobre una enorme roca gris, aun recuperándose del fuerte golpe de Ra. El poderoso ataque por parte de Darckl hace estremecer la superficie fangosa de todo el oscuro pantano y hunde al verdugo flautista en un enorme agujero de fragmentos de roca, agua sangrienta y lodo oscuro.

El verdugo flautista antes de quedar atrapado en la letal trampa de lodo salta entre los fragmentos de la roca destrozada, por el poder del destructor rayo. Se pone de pie sobre los restos de los cadáveres de las Brezerkeltorgan, que flotan sobre el pantano muy furioso y visiblemente dañado, tres de sus alas totalmente destruidas, dos de sus cuatro brazos han sido cortados y uno de sus enormes cuernos, se ha clavado en su estómago.

Muy furioso levanta su larga flauta, dispuesto a decapitar a el guerrero dorado Darckl, pero cuando se dispone a entonar uno de sus réquiems prematuros y sopla en el agujero de la temida flauta se da cuenta que durante el ataque su flauta ha sido rota a la mitad y el resto tiene fisuras en toda su estructura, por tal razón su flauta es totalmente inútil.

El demonio de la flauta hace a un lado su instrumento de la muerte y luego le deja caer pesadamente sobre el fango, la flauta al tocar el lodo emite una nota musical muy triste y aterradora.

El gigantesco verdugo de la flauta hace aparecer entre sus manos a su poderosa guadaña de la muerte, cuando intenta desplazarse hacia Darckl se ve atrapado por las cadenas de hierro maldito que han surgido de entre el pantano, apresándole por sus ocho esqueléticas patas, las cadenas del pantano comienzan a hundirlo en el podrido fango, al mismo tiempo varias docenas de Brezerkeltorgan saltan sobre él.

El verdugo de la flauta mantiene su vista sobre Darckl y con mucha confianza agita su afilada guadaña reduciendo las fuertes cadenas y las Brezerkeltorgan a minúsculos pedacitos.

Nubes de oscuridad salen de él y curan sus heridas que recibió tras el brutal ataque de Darckl, sus ojos se ponen rojos y el fuego del infierno comienza a cubrir su cuerpo con una poderosa armadura llameante.

El verdugo de la flauta abre sus alas y alza el vuelo, para atacar desde arriba ya que él, parece conocer muy bien, a la tercera defensa de los oscuros pantanos que por alguna razón no le afecta y la ha estado burlando.

Mientras asciende el colosal demonio, agita sus enormes alas, que crean remolinos violentos, acompañados de una melodía cortante, que rasga los vientos y destroza rocas, armaduras y huesos, pero cuando se dispone a lanzar el primer ataque con su enorme guadaña, hacia los guerreros del pantano, es devuelto al lodo por un poderoso golpe de Bacrator y al caer rápidamente es encadenado por el guerrero Velzen.

El verdugo de la flauta agita sus alas y apenas consigue alzar el vuelo, llevando atadas a él, las pesadas cadenas de hierro maldito y sobre el pantano está llevando a rastras a Velzen, que trata de detenerlo con todas sus fuerzas.

Bacrator arroja una enorme roca gris y velzen da un enorme tirón a las cadenas, para hacer que la pesada roca encuentre a su objetivo. El gigantesco demonio de la flauta es derribado nuevamente y esta vez velzen se asegura de crear un capullo de cadenas alrededor del demonio flautista, que está siendo tragado por el pantano, pero antes de que se hunda Darckl le golpea fuertemente lanzándolo hasta donde se encuentra Warterland.

Warterland atraviesa al demonio flautista con su espada de hierro Ferz matándole al instante, una oscuridad sale del demonio de la dulce melodía de la muerte y es absorbida por la espada del Ferz Warterland, luego el cuerpo del demonio cae sin Norzen a sus pies y este le patea fuertemente, hacia un enorme charco de agua café, donde flota por un pequeño momento y luego es apresado por muchas cadenas y devorado por el hambriento pantano.

El capitán Herrik, agrupa sus fuerzas después de aplastar una pequeña tropa Drochelgar y pide un informe, acerca de los oscuros pantanos, pero se muestra muy sorprendido al darse cuenta que los oscuros pantanos han sido rodeados por los cuatro puntos cardinales, Norte, Sur, Este y Oeste.

El general Copzu, informa a Warterland y a los demás altos mandos de los oscuros pantanos, que a pesar de las pesadas defensas de los retorcidos árboles y las temidas Brezerkeltorgan, los demonios y tropas Drochelgars están consiguiendo cruzar, así que les recomienda bloquear el camino del cráneo de lodo para impedirles el paso.

Haciendo crecer, al retorcido bosque, plantando más semillas de Brezerkeltorgan y haciendo más profundos los pantanos, cubiertos por niebla grisácea y en su interior muchas cadenas de hierro maldito, esperando por alguien a quien atrapar, para hundirlo en un destino incierto, entre la vida y la muerte, en la temida prisión de Burdengarzen.

Un ejército de 100 sapos guerreros, se paran sobre un enorme charco de agua color lodo, llevan sus pies izquierdos hacia el frente, luego unen las palmas a la altura de su pecho, creando un fuerte sonido, que se escucha en todo el campo de batalla e indicando vigilar donde se colocan los pies. Los hábiles sapos consiguen agitar todo el suelo pantanoso para que estos se traguen los cadáveres Drochelgars, pese a la brutal batalla ningún guerrero de los oscuros pantanos ha muerto, los sapos guerreros o los demás guerreros heridos son retirados por las Brezerkeltorgan y llevados hasta el campo de los huesos sombríos tras la muralla sangrienta, donde se encuentran médicos que atienden y curan de inmediato a los heridos, utilizando su Norzen y sus pócimas mágicas de recuperación de energía.

El sombrío continente de los oscuros pantanos son los lugares más temidos por los seres demoniacos debido a que si se hunden en los pantanos quedando atrapados para toda la eternidad y absolutamente nada puede volar, esa es la tercera defensa de los oscuros pantanos y si alguien lo consigue y lo hace por demasiado tiempo, todo su Norzen se agota y es blanco fácil para los guerreros nativos.

El que pretenda llegar al campo de los huesos sombríos, que es la ciudad central de los oscuros pantanos, debe hacerlo Caminando entre las venenosas espinas de la costa, cruzando el retorcido bosque y el mortal campo del sapo de la muerte, cubierto por niebla, lodo, rocas afiladas. Hasta las trincheras de hierro para desde ahí solicitar entrar a los guardianes de la poderosa muralla sangrienta.

La trompeta de Torret suena nuevamente, pero esta vez para informar que la batalla ha sido ganada por la gente y las criaturas habitantes de los oscuros pantanos.

“La batalla aún no ha terminado… eso apenas fue el comienzo”, dice Lexferzus a Warterland, hace una pequeña pausa como pensando y luego dice, “tropas Drochelgars acompañados de un gran número de demonios se han introducido a los retorcidos bosques, donde se están abriendo camino hacia el sagrado campo del sapo de la muerte”.

Warterland se muestra muy indeciso al no saber si Solrack aún está vivo, pero debe tomar una decisión para impedirle el paso a los seres demoniacos. Warterland solo ve dos opciones: activar la defensa final de los retorcidos bosques, pero si Solrack esta con vida esto probablemente lo mataría o la segunda opción esperar que el enemigo llegue hasta el sagrado campo del sapo de la muerte y enfrentarle ahí. Warterland habla a sus dos generales, los hermanos: Sentinel y Tazembar, diciendo, “señor de las plantas del oscuro pantano y señor de las criaturas del retorcido bosque y la muerte ¿hay algún reporte de Solrack y sus sombras?”, “no, señor”, responden los dos hermanos simultáneamente.

Cuando escucha el “no”, de sus generales. Warterland ordena a las Ranas abandonar la búsqueda de las sombras de RAM y volver al campo del sagrado sapo de la muerte de inmediato y luego ordena activar la defensa final (por alguna extraña razón los retorcidos arboles no han despertado de su sueño y su espíritu de batalla continúa durmiendo…, Warterland cree que se debe a un hechizo de un ser demoniaco superior a cualquier demonio antes visto y ordena a la inteligencia de lodo investigar acerca de ello).

La defensa final es activada (las plantas y las criaturas de los oscuros pantanos, entran en modo asesino, con un gran toque de odio y locura). Los retorcidos arboles cobran vida y una temeraria conciencia asesina y comienzan a golpear y a estrangular a los Drochelgars, adornando sus retorcidos cuerpos cubiertos por brumas verdosas con cadenas que sujetan Drochelgars por el cuello.

Los demonios coleccionadores de huesos son atacados por lluvias de espinas envenenadas y abrazados por las raíces de la muerte de decenas de Brezerkeltorgan que saltan suicidamente sobre los demonios huesudos y son llevados a las profundidades del pantano por las cadenas de hierro maldito. De pronto las rocas se hunden y el suelo simplemente es una trampa mortal, que hace totalmente imposible el avanzar, del demoniaco ejército.

Bacrator nuevamente hace uso de su técnica (la tormenta del sapo) pero esta vez hace que cubra a todo el oscuro continente (la furia de la poderosa tormenta es controlada por Bacrator, sus ojos se ponen blancos y rayos eléctricos rodean su cuerpo y aunque llueva en todo el oscuro continente de los Ferz, solo afecta a los demonios. La lluvia es acida y devora Norzen demoniaco, debilitando al enemigo y dándole una muy evidente ventaja a los guerreros celestiales y sapos, sobre la armada de los demonios), la tormenta se convierte en un verdadero huracán en los retorcidos bosques para apoyarles en la guerra que están librando.

El numeroso ejercito demoniaco es obligado a retroceder, para reagruparse en las costas y reorganizar sus estrategias de conquista sobre el sombrío continente. Llegan informes que en las costas hay demonios antiguos organizando filas y dando instrucciones a los demonios de alto rango y un extraño informe de algún guerrero agonizando que dice “de las peligrosas…aguas están naciendo…”.

La inteligencia del general Copzu analiza el mensaje que envió un guerrero no identificado en su lecho de muerte y mientras tratan de interpretar el confuso mensaje son interrumpidos por sentinel.

Las Brezerkeltorgan han informado a Sentinel de la presencia de humanos entre las líneas enemigas y este a Copzu y a Lexferzus para que adviertan a los demás, “Sin duda… los humanos entre el enemigo están invocando a este ejercito demoniaco”, dice Warterland a el general Copzu.

Los altos mandos, desde los sagrados templos ordenan eliminar a las personas que son las que están invocando a los demonios, haciendo uso de alguna magia oscura, muy antigua y prohibida por el segundo acuerdo mundial.

Warterland habla a su general Tazenbar y dice, “haz lo que sea para eliminar a las personas entre las filas demoniacas” y Tazembar encomienda la peligrosa misión a Bagertan (temido monstro muy antiguo, habitante de los oscuros pantanos, conocido como el asesino de la pesadilla… jamás visto).

Tazembar se para sobre una de las trincheras de hierro y sin mover la boca, con su suave y a la vez grave y depresiva voz dice, “despierta, despierta de tu sueño, el sueño de la pesadilla ha comenzado, sal, sal, a jugar, pues la guerra siempre fue tu hogar…”.

A los pies del árbol muerto retorcido, entre las cadenas de hierro oxidado y el fango putrefacto, una tumba se abre y revela a la guarida de un ser extraño, una especie de humanoide sonríe al salir de su sueño y al saber que tiene una importante misión, pero sobre todo una muy peligrosa misión entre sus manos.

Bagertan, “tras un sueño de siglos, espero una guerra que valga la pena recordar, como el día en que los espectros cayeron ante la humanidad”.

Tazenbar, “lamento decepcionarte, pero no estamos en guerra con los espectros… si no con los demonios”.

Bagertan comienza a moverse hacia el enemigo, mientras los demás soldados preparan sorpresas, para recibir al enemigo en el campo del sapo de la muerte. Warterland es llamado a los campos de los huesos sombríos, porque el portador de Fu, ha comenzado a actuar muy extraño y sin control, desde que la batalla contra los demonios comenzó y lo han encadenado con las cadenas del hierro maldito, al puño de Ferz.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo